Cristina viaja a Nueva York para participar de la 70° Asamblea de la ONU. La mandataria se dirigirá el próximo lunes por octava y última vez a la Asamblea General de las Naciones Unidas donde se prevé haga especial hincapié en la lucha contra los fondos buitre luego de la aprobación por ese cuerpo de una resolución para blindar las reestructuraciones de deudas soberanas.
La presidenta Cristina Kirchner viajará este viernes hacia la ciudad de Nueva York, donde el lunes brindará su último discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas
, en una exposición que genera expectativas por ser la última de su mandato y por su correlato con la reciente resolución de la ONU en referencia a la relación entre los países y los fondos buitre.
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La titular del Ejecutivo llegará a Nueva York el sábado por la mañana, y si bien no trascendieron detalles de su agenda, es muy probable que el domingo participe de la reunión del G-77+China. El discurso ante el plenario de jefes y jefas de Estado en el marco de la 70° edición de la Asamblea general de Naciones Unidas, lo brindará a las 16.30 del lunes (17.30 hora argentina).
El contexto de esta edición está signado, además, por la presencia del papa Francisco en Estados Unidos, y más precisamente en la sede de la ONU, donde mañana asistirá a las 8.30 y será el primer pontífice en hablar en la Asamblea de dicho organismo multilateral.
En su último y octavo discurso, se espera que Cristina realice un balance de lo que fue uno de los temas insignia en sus anteriores presentaciones, basadas en la negociación argentina para el pago de la deuda ante el embate de los fondos buitre. El 9 de septiembre último,la ONU aprobó la iniciativa impulsada por Argentina para frenar el accionar de los fondos buitre, que incluye una serie de nueve principios que tienen por objetivo dar viabilidad a los procesos de reestructuración de deuda soberana encarados por países en crisis.
Aquella votación superó de manera amplia la cantidad de votos necesarios para alcanzar la mayoría simple que requería el proceso, y contó con el apoyo de 136 países, 41 abstenciones, mientras que Alemania, Canadá, Estados Unidos, Israel, Japón y Reino Unido votaron en contra.
En 2014 la Presidenta había asegurado ante sus pares que «no sólo son terroristas los que ponen bombas, sino también son terroristas económicos los que desestabilizan la economía de los países y provocan hambre, miseria y pobreza», al tiempo que afirmó que «en épocas de buitres económicos y halcones de guerra necesitamos más palomas de la paz y respeto al derecho».
En 2013, tras poner de manifiesto la necesidad de realizar cambios en la regulación del sistema financiero internacional, expresó: «¡Qué cosa, no! De haber defaulteado la deuda, hoy no nos quieren dejar pagar la deuda».«Resulta casi absurdo en un mundo que se debate en reestructuraciones de deudas, en millones de hombres y mujeres, inclusive aquí en Estados Unidos, uno puede ver hombres y mujeres sin trabajo, que han perdido su casa, que han visto disminuido su empleo, ni qué hablar en una Europa devastada», sostuvo la jefa de Estado.
En la sesión de 2012, la mandataria resaltó una vez más que cuando la Argentina aborda el tema de la deudas soberanas lo hace desde la propia experiencia: «Quiero decirles que cuando hablamos de esto hablamos desde lo empírico, cuando hablamos de esto en la República Argentina lo hacemos desde el conocimiento profundo por haber sido una suerte de conejillo de indias de las políticas neoliberales».
Esto como «producto de haber sido alcanzados por las políticos del Consenso de Washington, que traspusieron las fronteras de toda la década de los ’90 y finalmente implosionaron en el país en 2001 cuando se produjo el default de deuda soberana más importante que se tenga memoria», recalcó.
En 2011, criticando al FMI, recordó que el ex presidente Néstor Kirchner, «apenas a cuatro meses de asumir como presidente de la República Argentina con apenas el 22 por ciento de los votos, manifestaba ante esta Asamblea la necesidad de la reforma de los organismos multilaterales de crédito, especialmente el Fondo Monetario Internacional, y también de los organismos políticos de esta honorable organización». «Lo hacía dada la situación de nuestro país, la República Argentina, que había caído en default en el año 2001», agregó.
Además del tema de las deudas soberanas, la Presidenta en sus discursos ante la Asamblea General de la ONU se refirió a los conflictos bélicos en el mundo, y en especial a las víctimas de los atentados terroristas sufridos por la Argentina, tanto como a la Cuestión Malvinas.
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