El Gobierno de Obama ratificó su posición de «neutralidad» en el conflicto por las islas, negando así los dichos del primer ministro David Cameron. Por su parte, la cancillería británica acusó a la Argentina de «intimidar» a los kelpers.
El gobierno de Estados Unidos ratificó su posición de «neutralidad» en el conflicto entre Argentina y el Reino Unido por las Islas Malvinas, desmintiendo así las declaraciones del primer ministro británico, David Cameron.
«Nuestra posición sigue siendo de neutralidad» en la controversia y «deseamos que se resuelva pacíficamente», aseguró a la agencia francesa AFP un funcionario de la Casa Blanca que pidió mantener el anonimato.
La polémica sobre la posición norteamericana surgió luego de que Cameron fuera recibido por el presidente Obama el pasado miércoles en la Casa Blanca en visita de Estado para abordar su alianza bilateral.
Tras ese encuentro, Cameron habló de un supuesto apoyo de la administración de Barack Obama a mantener el «statu quo» en las islas, es decir, el dominio británico sobre Malvinas.
La cancillería británica, en tanto, salió a acusar a la Argentina de «intimidar» a los isleños y dijo que las amenazas de denunciar judicialmente a empresas que operan la explotación de petróleo en la zona, son parte de «un patrón de conducta» para dañar su economía.
En respuesta al anuncio realizado por el canciller Héctor Timerman de llevar a la justicia a las empresas y bancos que colaboren con la extracción de petróleo en las islas, el Foreing Office señaló en un comunicado reproducido por la BBC News, que «los últimos intentos de dañar los medios de vida económicos de la población de las islas Falkland, lamentablemente reflejan un patrón de conducta por parte del gobierno argentino» y calificó a ese comportamiento de ‘intimidación ilegal'».
En ese marco, la cancillería británica señaló que el derecho a desarrollar el sector de los hidrocarburos es una «parte integrante» del derecho que tienen los isleños a la libre determinación.
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