Egipto se prepara para lo que podría ser un día crucial tanto a nivel nacional como en todo el Medio Oriente, con la llamada «marcha del millón de personas», contra la cual el ejército dijo no intervendrá al considerar «legítimas las demandas del pueblo».
Para este martes, grupos de oposición hicieron llamados a una huelga general en contra del gobierno de Hosni Mubarak y a una manifestación de un millón de personas en El Cairo. Una marcha masiva similar fue convocada para Alejandría.
Los servicios de trenes en el país árabe se han detenido entre las horas del toque de queda de 15:00 y 08:00 (13:00 y 06:00 GMT), y la aerolínea EgyptAir anunció la cancelación de todos los vuelos nacionales e internacionales entre esas horas, algo que según los corresponsales podría repercutir en la asistencia a las manifestaciones.
Desafío
Sin embargo, miles de manifestantes siguen acampando en la Plaza Tahrir (Liberación), el epicentro de la ola de protestas antigubernamentales en la capital egipcia, en un renovado desafío del toque de queda.
Y no sólo en El Cairo. Miles de personas también se manifestaron este lunes en Alejandría y hubo marchas importantes en Mansoura, Damanhour y Suez.
En medio de los llamados a la huelga general, los bancos, las escuelas, muchas empresas y el mercado de valores están cerrados por segundo día consecutivo y se han formado colas en las afuera de las tiendas de alimentos.
Muchos países están evacuando a sus ciudadanos en Egipto, lo que ha dado lugar a escenas de caos en el aeropuerto de El Cairo, con muchos vuelos cancelados o retrasados.
El ejército
A la espera de los acontecimientos de este martes, el ejército se ha comprometido a no utilizar la fuerza contra las decenas de miles de personas que piden la renuncia de Mubarak, de 82 años de edad y en el poder desde hace tres décadas.
En un comunicado, difundido en medios de prensa egipcios, las Fuerzas Armadas anunciaron este lunes que consideran «legítimas» las reivindicaciones del pueblo y que «no utilizarán la violencia contra los ciudadanos».
El editor de la BBC para Medio Oriente Jeremy Bowen dice que el anuncio es fundamental, ya que elimina en una gran medida las incertidumbres de cualquier manifestante potencial.
Desde la capital egipcia, la periodista de la BBC Lyse Doucet manifiesta que la gente vea las similitudes con lo sucedido en Túnez, cuando la negativa del ejército a disparar contra los manifestantes llevó a la destitución del presidente Zine al-Abidine Ben Ali después de 23 años en el poder.
No obstante, y pese a lo impredecible de la situación, hay un grupo de posibilidades que se plantean los analistas como hipotéticos desenlaces para las próximas horas. Estas son algunas de ellas.
Las protestas son suprimidas; Mubarak se aferra al poder
Estas son las protestas que más tiempo han durado en la historia moderna de Egipto. En contraste, el levantamiento en Túnez, que tiene una población más pequeña que la de Egipto y un ejército mucho más débil, se mantuvo durante un mes. Las protestas antes de la revolución iraní tomaron la moyor parte del año con un empuje final en diciembre de 1978 y enero de 1979. La fracasada «Revolución Verde» de 2009 se prolongó durante meses, pero se agotó después de que las fuerzas de seguridad impusieran un operativo.
EE.UU. ha dado una clara señal de que estará en contra de cualquier represión de las protestas al estilo de las de Tiananmen, en China.
Alguien de las esferas del poder toma las riendas
Si Mubarak logra retener por algún tiempo más el poder podría arreglar formalmente la sucesión. Ahora que Omar Suleiman ha sido designado como vicepresidente, un hombre aceptable para la élite militar, para occidente y para Israel, no es descartable que suceda a Mubarak. Aunque con más de 70 años, la edad es un factor en su contra.
Ocurre un golpe militar
Esta posibilidad es menos probable ahora que Suleiman ha sido nombrado.
Mubarak se retira o renuncia; se efectúan elecciones
Existe la opción de que Egipto se convierta en una democracia semejante a Turquía con un partido islámico moderado en el poder.
Las elecciones presidenciales
En cualquier caso, para finales de este año están previstas elecciones generales pero habría necesidad de introducir reformas en las leyes electorales. En ese caso habría posibilidades de que el premio Nobel de la Paz Mohamed el Baradei concurra a los comicios.
El Baradei es respetado en Occidente y tiene algo de apoyo entre las clases medias egipcias. Cuenta con buenas credenciales democráticas y, además, como ex jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) se enfrentó a EE.UU. en el tema de las actividades nucleares de Irán y en cuanto a las afirmaciones de que Irak tenía armas nucleares.
Pero también es alguien que ha pasado mucho tiempo fuera de Egipto y no se sabe la cantidad de apoyo que tiene entre las fuerzas armadas o entre las clases populares.
Elecciones anticipadas
Podrían efectuarse bajo supervisión internacional, pero igualmente sería necesario modificar la ley electoral actual.
Existe la posibilidad de una victoria de los Hermanos Musulmanes, el principal grupo de oposición, lo cual generará una sustancial reacción internacional.
También puede que se forme una coalición entre los Hermanos Musulmanes y grupos seculares. Alianzas políticas entre estos grupos en la oposición ya han fracasado.
Toma violenta del poder
Algunos analistas han advertido del peligro potencial de que en Egipto ocurra algo como en Irán en 1979, cuando una alianza de grupos laicos y religiosos derrocó al Shá, y que los fundamentalistas religiosos (es decir, los Hermanos Musulmanes) «secuestren» la revolución e impongan un régimen teocrático.
Dicen igualmente que Egipto podría caer el caos con la salida de Mubarak y que grupos yihadistas impongan su fuerza como en Yemen.
No obstante, otros observadores creen que esto es improbable porque, dicen, los Hermanos Musulmanes no son un movimiento extremista.
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