Según el Papa, las protestas no contradicen el Evangelio, Francisco considera justas las manifestaciones en Brasil. Aludiría a ellas en su encuentro con más de un millón de jóvenes en Río de Janeiro, el 22 de julio
Brasilia, Roma. El papa Francisco, que llegará a Brasil el 22 de julio, es informado de las protestas en curso en las calles del país latinoamericano, con una participación mayoritaria y activa de jóvenes que se confiesan apartidistas. En el discurso que dirigirá al más de un millón de personas que se concentrarán en Río de Janeiro con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), el Pontífice aludirá a las manifestaciones, según informaron las fuentes al diario El País .
El papa argentino tenía ya escrito su discurso a los jóvenes cuando fue informado por prelados brasileños de lo que ocurría en el país, por lo que reescribió una parte para abordar la situación. Según Francisco, las reivindicaciones por una mayor justicia no contradicen el Evangelio.
Tres altos prelados de Brasil hablaron con el Pontífice en Roma cuando las manifestaciones hervían en la calle y con ellas los actos de violencia. Quisieron informarle en persona, y no a través de los canales diplomáticos, dada la importancia política y social de las protestas.
El primero que se encontró con Francisco fue el arzobispo de Río de Janeiro, Orani João Tempesta, responsable de la organización de la JMJ.
Hace 15 días, quien voló a Roma fue el cardenal arzobispo emérito de San Pablo, Cláudio Hummes, con fama de obispo social pues a finales de los ’70 abrió las puertas de las iglesias a obreros en huelga.
El último en encontrarse con el Papa en el Vaticano, la semana pasada, fue el presidente de la Conferencia Episcopal de Brasil (CNBB), el cardenal Raymundo Damasceno.
Con apoyo del Vaticano. El 21 de junio, tras dos días de reunión en Brasilia, la Conferencia Episcopal de Brasil redactó un documento oficial que decía: “Declaramos nuestra solidaridad y apoyo a las manifestaciones –mientras sean pacíficas– que sacaron a las calles a personas de todas las edades, sobre todo jóvenes”.
La importancia del documento radica en que en ese momento los obispos no lo hubiesen escrito, y menos con tanta firmeza, de no haber sido acordado antes con el papa Francisco, que llegará en breve a Brasil.
Tras subrayar que “nada justifica la violencia” el documento concluye: “Que estas manifestaciones sirvan para fortalecer la participación popular en los destinos de nuestro país y sean un anuncio de nuevos tiempos para todos. Que el clamor del pueblo sea escuchado”.
En una entrevista en TV Globo, el arzobispo de Río aseguró: “La mayoría de los jóvenes que han salido a la calle quieren un Brasil nuevo, más justo y solidario”. Y añadió: “Eso concuerda con lo que nosotros buscamos también”.
A su regreso del encuentro con Francisco, el cardenal Hummes habló en San Pablo con sobre las protestas ante un grupo de católicos. Como un eco de su conversación con Francisco, llegó a decir que “el mensaje de Cristo está en sintonía con esas reivindicaciones del pueblo”, y agregó: “Por eso debemos estar presentes. En la calle la gente, de hecho, está viviendo el Evangelio”.
Hummes hizo además una dura crítica a los políticos: “Ni los sindicatos, ni el gobierno saben cómo comportarse con el movimiento”.
El cardenal confió a los fieles reunidos que el Papa no “teme que las manifestaciones vayan a empañar” su viaje a Brasil, aunque reconoció que “es difícil hacer predicciones”.
A su vez, la presidenta Dilma Rousseff está informada de lo que piensan el Papa y los obispos sobre las protestas. El cardenal Damasceno se reunió con ella el viernes en el palacio del Planalto, en Brasilia.
Advertencia del gobierno. El gobierno brasileño advirtió que tomará medidas para impedir que continúen los cierres de rutas en el país por parte de choferes de camiones, que demandan rebajas en el precio del diésel y de la tarifa de peaje.
Los sindicatos de camioneros iniciaron el lunes una huelga de 72 horas. El ministro de Transportes, César Borges, afirmó que esa protesta perjudica la economía nacional.
Un policía jubilado hirió en la cabeza a un niño durante una protesta del lunes por la noche cerca de Belo Horizonte.
Fuente: La Voz
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