Demoledora visión sobre el país en el Congreso de EE.UU. Fue comparado con Corea del Norte durante la evaluación del candidato a embajador
WASHINGTON.- Fue una auténtica picadora de carne . La evaluación en el Senado del elegido de Barack Obama como embajador en la Argentina derivó en pronósticos de «posible crisis financiera» en el país y en reproches por la dudosa calidad de su democracia y de su compromiso como aliado. «Hace cosas que ni Corea del Norte hace», dijeron legisladores demócratas y republicanos que ayer interrogaron a Noah Mamet.
«Es un país con el que ciertamente hay algunos aspectos irritantes en la relación bilateral y yo me comprometo a trabajar en ello», dijo, presionado y contra las cuerdas, el empresario al que Obama recompensó por sus esfuerzos en la campaña presidencial con la embajada en Buenos Aires.
El duro interrogatorio al que fue sometido Mamet no sólo fue un reflejo de las dudas crecientes que despierta la Argentina en Washington. También resultó un tiro por elevación contra la política del Departamento de Estado hacia el país.
«Es probable que tengamos una crisis económica pronto en la Argentina», dijo el senador republicano Marco Rubio. Figura en ascenso del partido, calificó a la Argentina como «el aliado más peculiar en el mundo, porque no paga sus deudas y no coopera militarmente».
El demócrata Bob Menéndez no se quedó atrás. De entrada, sus comentarios fueron críticos. Sostuvo que el país no sólo «no paga la deuda», sino que además el Gobierno avanza sobre la «independencia judicial y la libertad de expresión».
A la vez, Menéndez subrayó que la Argentina es un país sospechado de narcotráfico, lavado de dinero y violación de patentes de propiedad intelectual.
Los argumentos de Mamet, preparados por el Departamento de Estado, dejaron dudas en los legisladores sobre el destino del voto, indispensable para que el candidato sea confirmado como embajador en Buenos Aires.
«La situación es preocupante. Queremos a los argentinos y pensamos que merecen algo mejor. Pensamos también que las compañías que invierten en la Argentina merecen algo mejor también y con más experiencia», sintetizó Menéndez, al poner en duda la aprobación del candidato de Obama.
A esta altura del partido, es difícil pronosticar la suerte de Mamet. En la candidatura se concentraron varios aspectos.
No sólo dudas sobre la Argentina y sobre la política del gobierno de Obama para con el país, sino también algunos recelos internos contra el elegido, quien -en uno de sus momentos más incómodos- admitió que jamás estuvo en el país.
-¿Ha viajado a la Argentina?, quiso saber el republicano Rubio de parte de Mamet.
-No, desgraciadamente nunca estuve allí todavía. He viajado por todo el mundo, pero nunca fui a la Argentina, reconoció el aspirante a embajador.
Rubio subió luego todavía más el tono de su ironía hacia el país. «Hace cosas que ni Corea del Norte», expresó ante la mirada de sus colegas parlamentarios y del hombre designado por Obama para ocupar el lugar vacante que dejó el año pasado Vilma Martinez en la embajada norteamericana en Buenos Aires.
Según recogió LA NACION, el dato no es necesariamente determinante -en otros casos, no lo ha sido-, pero en esta oportunidad las preguntas y el tono en que estaban dirigidas fue una prueba más de la dureza del interrogatorio que tuvo que sortear Mamet.
Lo ocurrido ayer fue sólo el primer paso en el proceso de aprobación parlamentaria. Por norma, Mamet se presentó ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado. Expuso los objetivos de su misión y aceptó preguntas. En total fueron más de una docena, una más dura que la otra. Pasarán semanas antes de que se sepa su suerte. Su pliego debe ser votado primero por la Comisión de Relaciones Exteriores en pleno y, si supera ese tramo, se da por sentado que ocurrirá lo mismo en el recinto.
«Lo que nos importa es que pase la prueba», confiaron a LA NACION fuentes de la administración demócrata. Ayer parecía haber real preocupación por la posibilidad de que eso no ocurra. «Con todo respeto, yo no veo esta designación», anticipó Rubio, disconforme por las respuestas del aspirante ante lo que considera un grave retroceso democrático en nuestro país.
«La Argentina se suma a esta tendencia de América latina donde los gobiernos son elegidos, pero luego no gobiernan democráticamente. El gobierno de Kirchner monitorea a los medios de comunicación críticos y los acusa de aterrorizar a la población por informar», y luego «firma un acuerdo con Irán» que no llevará a otra cosa que a «reinterpretar» lo que fue un ataque terrorista, dijo.
DESACUERDOS
«¿Es la Argentina un aliado de los Estados Unidos?», quiso saber entonces el republicano, al sondear el criterio del aspirante a embajador.
«Desde mi perspectiva, es un aliado, pero tenemos desacuerdos. Las democracias maduras pueden disentir en forma directa, privada o públicamente. Y esa es la razón por la que debemos interactuar con los gobiernos en el más alto nivel», se defendió el nominado.
Mamet es un financista demócrata, al que se le atribuye una importante labor como recaudador de fondos para la campaña en la que Obama consiguió la reelección. Empezó su carrera desde abajo: algunos afirman que fue chofer y hasta guardaespaldas en campañas para cargos legislativos. En 2008 trabajó para Hillary Clinton, en su fracasado intento por quedarse con la candidatura a la presidencia. Pero en 2010 lo hizo activamente a favor de la reelección de Obama y se le atribuye haber recaudado medio millón de dólares.
Si logra pasar el test del Senado, reemplazará a Vilma Martinez, que dejó el cargo en julio último y tampoco pertenecía a la carrera diplomática.
Su suerte se conocerá dentro de poco. El termómetro de la relación bilateral tuvo ayer, mientras tanto, una nueva y reveladora prueba.
Fuente: La Nación
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