«El aborto no es un mal menor: es un crimen. Es echar fuera a uno para salvar a otro. Es lo que hace la mafia», dijo. El Papa Francisco se refirió hoy a dos espinosos asuntos para la Iglesia en el vuelo de vuelta a Roma desde México: el peligro para el feto en caso de que la madre contraiga el zika y la amistad del difunto papa Juan Pablo II (1978-2005) con una filósofa.
En la habitual rueda de prensa que ofrece siempre a la vuelta de un viaje, Francisco respondió durante 45 minutos a doce preguntas formuladas por representantes de los 76 periodistas de medios de comunicación internacionales, entre ellos Efe, que viajaron con él.
Y además de las preguntas relacionadas con el viaje, se abordaron temas actuales…. El riesgo mayor para quienes contrae el virus del zika, que se está difundiendo en América Latina, son las malformaciones en el feto, por lo que algunas autoridades han propuesto el aborto o evitar el embarazo como «mal menor». ¿Cuál es la posición de la Iglesia?, le preguntó una periodista.
Lo primero que aclaró el papa es que «el aborto no es un mal menor: es un crimen. Es echar fuera a uno para salvar a otro. Es lo que hace la mafia», afirmó…. Pero respecto a la posibilidad de evitar los embarazos «como mal menor» con el uso de contraceptivos, Francisco no cerró la puerta a esta posibilidad.
Francisco recordó que el papa Pablo VI (1963-1978) en una situación difícil en Ãfrica (la guerra en el Congo Belga) «permitió a las monjas usar anticonceptivos ante la posibilidad de que fueran violadas».
Aunque pidió «no confundir el mal de evitar el embarazo, por sí solo, con el aborto».
«El aborto no es un problema teológico: es un problema humano, es un problema médico. Se asesina a una persona para salvar a otra (en el mejor de los casos). Va contra el juramento hipocrático que los médicos deben hacer», añadió.
En cambio, «evitar el embarazo no es un mal absoluto», pues «en ciertos casos, como en este, como en el que he nombrado de Pablo VI, era claro», dijo.
Otro de los temas de actualidad que se abordó en el avión de regreso de México fue la publicación de las cartas entre el papa Wojtyla y su amiga la filosofa americana de origen polaco Anna-Teresa Tymieniecka, en las que se intuye que existía una relación profunda entre ellos.
«Yo conocía esa relación de amistad del papa San Juan Pablo II y esta filósofa cuando estaba en Buenos Aires. Era una cosa que se sabía incluso en sus libros. Juan Pablo II era un hombre inquieto», explicó Francisco.
Para Bergoglio «no hay nada malo en tener una amiga» con la que hablar y confesó que siempre pide opinión a las mujeres.
Francisco elogió que las mujeres «miren las cosas de otro modo» y dijo que «una amistad con una mujer no es pecado», otra cosa es «una relación amorosa con una mujer que no sea tu mujer, eso es pecado».
Francisco reiteró que un pontífice «tiene un corazón» y «que puede tener una amistad sana con una mujer».
«No hay que asustarse, pero las mujeres todavía no están bien consideradas en la Iglesia. No hemos entendido el bien que una mujer puede hacer a la vida del cura y de la iglesia, en un sentido de consejo, de ayuda, de sana amistad», señaló.
De las doce preguntas que se le hicieron, Francisco también contestó sobre la situación de Europa y pidió una refundación de la Unión Europea.
Entró en campaña electoral en Estados Unidos al asegurar que un buen cristiano no pude apoyar a una persona que construye muros y no puentes, en referencia al candidato republicano Donald Trump.
También se preguntó sobre los casos de pederastia en México y de la situación de los Legionarios de Cristo y el escándalo de su fundador Marcial Maciel.
«Un obispo que cambia a un sacerdote de parroquia cuando se detecta una pederastia es un inconsciente y lo mejor que puede hacer es presentar la renuncia», señaló.
Sobre Maciel, Francisco quiso «rendir un homenaje» al entonces cardenal Joseph Ratzinger, luego papa Benedicto XVI (2005-2013), por su investigación sobre los Legionarios.
«Es un hombre que tuvo toda la documentación. Siendo prefecto de la Doctrina de la Fe tuvo todo en sus manos. Hizo las investigaciones, pero no pudo ir más allá en la ejecución», aseguró Bergoglio
Francisco aseguró que fue Benedicto XVI quien puso los cimientos para «destapar» la olla y aseguró que a veces se olvidan estos «trabajos escondidos que fueron los que prepararon los cimientos para destapar la olla».
El papa no quiso pronunciarse sobre la aprobación de las uniones entre personas del mismo sexo por parte del Parlamento italiano, mientras que confesó un sueño: «Ir a China, me gustaría tanto», dijo.
Fuente: La Voz
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