El Departamento de Estado norteamericano formuló fuertes críticas a Cristina y Néstor Kirchner e indagó a sus funcionarios en la embajada de Buenos Aires sobre la aptitud psicológica, física y política de la Presidenta, de acuerdo con las comunicaciones internas que fueron reveladas a la prensa y que generaron un escándalo mundial.
En distintos cables diplomáticos secretos, la repartición conducida por Hillary Clinton preguntó si la presidenta Cristina Kirchner estaba en condiciones de manejar su estrés y si iba a hacer tan confrontativa como su esposo Néstor, además de llamar «intolerante» y hasta «paranoica» a la pareja.
«Siempre han sido ácidos, tan impermeables al consejo ajeno e incluso tan paranoicos con respecto al poder», mantiene. «Ha sido lo mismo durante estos más de seis años de poder, y siguen en la Casa Rosada», concluye uno de los varios mensajes revelados por Wikileaks a cinco diarios del mundo respecto de la Argentina.
En un documento con fecha 31 de diciembre de 2009 y divulgado hoy por el diario el País de Madrid, la oficina estadounidense conducida por Hillary Clinton preguntó cómo Cristina Kirchner podía manejar sus nervios y ansiedad.
El texto tiene varios apartados en el que también preguntaba por la afección gastrointestinal de Néstor Kirchner y cómo funcionaba la pareja en el poder.
En el apartado «A» sobre «salud mental y física», se trasladaron a Buenos Aires varias preguntas: «¿Cómo está Cristina Fernández de Kirchner manejando sus nervios y ansiedad?; ¿Cómo afecta el estrés en su comportamiento hacia sus asesores y/o sobre su toma de decisiones? ¿Qué pasos da Cristina Fernández de Kirchner o sus asesores para ayudar a lidiar con el estrés? ¿Está tomando medicamentos? ¿Bajo qué circunstancias es ella más capaz de manejar el estrés? ¿Cómo afectan las emociones en sus decisiones y cómo hace para calmarse cuando está afligida?»
El cable también preguntó si compartía la misma visión que Néstor Kirchner sobre sus adversarios o si ella intentaría moderar su estilo político de «mano dura».
En otro apartado, la diplomacia estadounidense también se interesó sobre si la pareja presidencial «dividía su día de trabajo» y en qué áreas Cristina Fernández prevalecía y cuáles estaban bajo el control de Néstor Kirchner.
No obstante, la solicitud de «perfiles» de este tipo es considerado algo muy frecuente dentro de las actividades de la diplomacia norteamericana.
Según se reveló, el Departamento de Estado envió ese telegrama (firmado genéricamente por «Clinton») en el que anuncia que está preparando un «perfil» de Cristina Kirchner con información sobre «su estado mental y salud», «su visión política» y «su forma de trabajo».
La demanda de información sobre la personalidad de Cristina Kirchner se produjo poco después de la visita del por entonces flamante secretario de Estado adjunto para América, Arturo Valenzuela, a Buenos Aires (el 15 de diciembre de 2009), que se desarrolló en medio de un fuerte conflicto con el kirchnerismo por declaraciones suyas sobre la seguridad jurídica en el país.
En ese marco, un despacho de la embajada, supervisado por el propio Valenzuela (cable 242241), calificó en duros términos al Gobierno argentino por «su intolerancia a la hora de recibir críticas».
Ocurrió que Valenzuela había provocado un gran revuelo en la prensa argentina, y una dura reacción del Gobierno nacional, al hacer públicas las quejas de la empresas norteamericanas por la falta de seguridad jurídica que percibían en Argentina.
Por otro lado, entre el lote de preguntas referidas al ex presidente argentino figuraban: «¿Qué tal está Néstor Kirchner de su enfermedad gastrointestinal? ¿Le sigue molestando? ¿Toma medicación? Es bien conocido su temperamento, ¿ha demostrado mayor tendencia a oscilar entre extremos emocionales? ¿Cuáles son los objetivos más comunes de la furia de Néstor Kirchner?».
El segundo y tercer grupo de preguntas trata sobre la tendencia de la presidenta argentina a mantener visiones estratégicas o si prefiere las tácticas, si se mueve en términos matizados o prefiere el blanco o negro y si comparte la visión política confrontativa de Néstor Kirchner o si intenta moderar el duro estilo de su marido.
Finalmente, la Secretaría de Estado se interesa sobre la manera en la que Cristina Fernández de Kirchner y su esposo se dividen la agenda. «¿En qué materias toma las decisiones y cuáles deja a Néstor Kirchner?», interroga el documento.
En la introducción de los requerimientos se indica que los analistas de Washington están interesados en la dinámica de los líderes argentinos, particularmente con respecto a Cristina Fernández de Kirchner y Néstor Kirchner.
En los otros correos internos, los diplomáticos estadounidenses hablaban siempre de la «pareja gobernante» o de la «First Couple» (primera pareja).
En ese marco, se señalaron que hubo quejas de la Presidenta por no recibir de Washington el mismo trato que Brasil, pese a la firme postura de Argentina respecto a Irán y que la jefa de Estado ofreció colaborar con Estados Unidos en Bolivia.
Además, un telegrama de la embajada norteamericana describió el frustrado viaje de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a Washington y El Salvador «en un intento fallido» para restaurar a Manuel Zelaya en la presidencia de Honduras. (Zelaya había sido depuesto por un golpe militar en 28 de junio de 2009).
La embajada (en el documento 215335) aseguró que la presidenta actuó en contra de los consejos de la Cancillería que no quería que viajara a Centroamérica antes de que hubiera algún acuerdo «precocinado».
«Este episodio», mantiene el informe norteamericano, «es otra muestra de la ineptitud de los Kirchner para la política exterior».
De hecho, el documento sugiere que Cristina Fernández de Kirchner tomó la decisión de hacer un «audaz gambito (lance) diplomático» para «sacar de la primera página» de los periódicos argentinos la noticia de la derrota electoral de su marido.
Néstor Kirchner había sufrido una importante debacle en las elecciones legislativas celebradas el mismo día 28 de junio de 2009.
Un documento posterior (al 216782, que habla de la derrota legislativa de Néstor) se queja de los argumentos sobre «la precaria psyque de la «ruling couple», que, para el diplomático que firma el telegrama, son «altamente especulativos y anecdóticos».
A su juicio, la «pareja presidencial» no ha cambiado mucho en los dos últimos años: «Siempre han sido ácidos, tan impermeables al consejo ajeno e incluso tan paranoicos con respecto al poder», mantiene. «Ha sido lo mismo durante estos más de seis años de poder, y siguen en la Casa Rosada».
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