Un portavoz de los rebeldes ha advertido de que «la situación es muy peligrosa, las brigadas de Gadafi comenzaron a bombardear en las primeras horas de la mañana». Los ataques, sostuvo, se produjeron en el centro de la ciudad y en las zonas residenciales, tal y como señalan agencias internacionales.
Los rebeldes consideran que la tregua declarada por las fuerzas de Gadafi que se retiraban en la noche de este sábado de la localidad de Misrata era una «trampa». Los opositores denuncian que Gadafi ha vuelto a bombardear este enclave del oeste controlado por los revolucionarios. Denuncian también que las tropas fieles al régimen de Trípoli se limitaron a efectuar un repliegue con la intención de lanzar nuevos ataques.
«No se han ido de verdad», declaró el coronel Omar Bani, portavoz del Consejo Nacional de Transición, el órgano de Gobierno de los rebeldes en Bengasi. Los revolucionarios dicen que «la situación en Misrata es muy peligrosa».
Según Bani, el régimen quiso que el mundo creyera que las tribus de Misrata siguen siendo leales a Trípoli. «Gadafi quiere demostrar que el conflicto es una guerra entre tribus, pero no es verdad», dijo el portavoz.
El régimen anunció su retirada de la tercera ciudad del país el viernes por la noche. «La táctica del Ejército era tener una solución quirúrgica pero esta solución no funciona con los ataques aéreos» de la OTAN, aseguró el viceministro de Asuntos Exteriores, Jaled Kaim. La Alianza Atlántica lleva más de tres semanas en una operación autorizada por la ONU para proteger a la población civil.
Combatientes de la oposición señalaron que al menos 1.000 personas han muerto en Misrata, la tercera ciudad más poblada de Libia y ubicada a unos 200 kilómetros al este de Trípoli. El importante enclave rebelde ha estado asediado durante ocho semanas.
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