TOMAN CUERPO VERSIONES DE QUE BUSCARIAN UN CESE EL FUEGO EN LIBIA MEDIADO POR EL HIJO DE KHADAFI. La sucesión de papelones militares impulsó la idea y logró que los generales pasados al bando revolucionario finalmente tomaran el mando de las acciones. Primeros civiles muertos por los bombardeos aliados.
El tempo de la acción diplomática y militar para un posible cese del fuego en la guerra civil libia ganó impulso ayer con los informes de que el hijo de Muammar Khadafi estaba intentando mediar un trato. Se dice que Saif al Islam, quien apareció como el rostro público y beligerante del régimen durante las semanas de violentos conflictos, está proponiendo un acuerdo que limitaría el rol de su padre e incluiría figuras de la oposición en un gobierno interino. Habría elecciones en un futuro próximo y un «proceso de reconciliación». Los detalles del plan no pudieron ser verificados independientemente pero, de acuerdo con fuentes diplomáticas, altos funcionarios en Occidente ven a Saif al Islam, que supuestamente se quiere quedar para jugar «un rol constructivo» en la Libia de posguerra, como una figura creíble.
Hay, sin embargo, un odio profundo al dictador y a su familia entre los partidarios de la revolución, y los pedidos de castigo contra los Khadafi han ido desde un juicio por cargos de abuso de derechos humanos hasta el exilio forzado. Ayer, el gobierno provisional de la oposición en Benghazi anunció que estaba listo para aceptar un cese de hostilidades a cambio de que el régimen suspenda su ofensiva contra los rebeldes en todo el país. Mustafa Abdul Jalil, el jefe del Consejo Transicional Nacional, dijo: «Concordamos con un cese el fuego, con la condición de que nuestros hermanos en las ciudades del oeste tengan libertad de expresión y también que se retiren las fuerzas que asedian esas ciudades. En ese punto veremos cómo todo el pueblo libio quiere la libertad».
Jalil añadió más tarde: «Nuestra principal exigencia es la ida de Khadafi y de sus dos hijos de Libia. Esta es una exigencia sobre la que no retrocederemos». Pero los funcionarios del gobierno dijeron después que había opiniones diferentes sobre el cese de fuego y un pacto de paz permanente, con la remoción de los Khadafi aplicada a este último.
A pesar de casi dos semanas de ataques aéreos por parte de Occidente, las fuerzas revolucionarias fracasaron de manera abyecta en avanzar contra los leales. La declaración de ayer fue vista como una admisión de que una victoria militar está ahora fuera de su alcance. Un cese el fuego daría tiempo para entrenar y armar a los combatientes con ayuda internacional. Pero los funcionarios de la oposición también confesaron en privado que están desesperados por retomar Brega y Ras Lanuf, dos puertos petroleros de enorme interés financiero, antes que haya un cese de fuego.
Este objetivo fue reflejado en el terreno con ex personal de las fuerzas armadas que desertaron con la revolución, haciéndose cargo de dirigir la campaña de Al Shabaab. En las últimas semanas, los voluntarios habían estado a cargo del caos local. Dando más evidencia de la urgencia de la situación, el general Bashir Abu Gadr, que se ganó una reputación como uno de los pocos comandantes capaces en los rangos rebeldes, dejó su cama en el hospital, donde había estado recibiendo tratamiento por las heridas en batalla, para hacerse cargo de la operación para capturar Brega. También, por primera vez desde que comenzó el conflicto, los dos más altos oficiales de las fuerzas revolucionarias, el general Abdel Fatah Younis y el general Khalifa Hafta, visitaron la línea de vanguardia.
El general Abu Gadr, quien se cree que tuvo un nexo con los diplomáticos occidentales, le dijo a The Independent en la posición más avanzada de los rebeldes, a 35 kilómetros de Brega: «Idealmente me gustaría tener más armas pesadas antes de seguir adelante. Pero me dijeron en el consejo del ejército que es necesario que saquemos al grupo pro Khadafi de Brega lo antes posible. Después de eso iremos a Ras Lanuf y luego a Ben Jawad para asegurar las rutas de acceso. El ejército está a cargo desde hoy, le hemos dicho a Al Shabaab que deben seguir nuestras instrucciones».
Aun si se arregla un cese de fuego temporario, un pacto de paz permanente involucrando a Saif al Islam es probable que resulte altamente problemático. El hijo de Khadafi se presentó tanto internacionalmente como internamente como un modernizador y alguien que intentó provocar divisiones dentro de la sociedad libia. Entre sus logros, él y sus partidarios han señalado, estaba el rol de persuadir al fundamentalista Grupo de Combate Islámico de que abandonen la lucha armada y subsecuentemente liberando a sus miembros de la cárcel.
Pero Selim Ibrahimi, un cientista político en Benghazi, dijo que «Saif al Islam apareció en televisión e hizo alarde de que la revolución será aplastada. Ahora saben que no pueden ganar, de manera que se adelantan con esos planes. Pero las fuerzas revolucionarias pueden usar un cese de fuego para conseguir las armas adecuadas de las potencias internacionales. Más que nada puede detener la violencia que se está cobrando tantas vidas».
«Puede haber una paz permanente más adelante, pero no puedo ver cómo puede suceder con los Khadafi quedándose en Libia. Debería haber un referéndum sobre si se debiera permitir que estén en alguna parte en el futuro del país, y la gente puede decidir si se quedan o se van.» Fuentes en Londres insistieron que cualquier arreglo debe satisfacer los deseos del pueblo libio. Pero, según Al Jazeera, el gobierno libio rechazó el ofrecimiento del cese del fuego por los rebeldes. Por otra parte, los primeros informes creíbles de muertes civiles como resultado de los bombardeos de la OTAN se conocieron ayer. La BBC habló con un médico que afirmó que siete personas habían muerto en un ataque sobre un convoy cerca de Brega.
* De The Independent de Gran Bretaña.
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