Brasil: incidentes en las masivas protestas de indignados en más de 80 ciudades
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff canceló el viaje que tenía previsto a Japón la semana próxima, debido a la convulsión social que vive el país Miles y miles de brasileños se volcaron a las calles de al menos 80 ciudades para exigir servicios públicos de calidad y denunciar los gastos en el Mundial de fútbol, pese a la reciente ola de rebajas del precio del transporte.
La presidenta Dilma Rousseff, a su vez, canceló el viaje que tenía previsto la semana próxima a Japón debido a la convulsión social que vive el país.
En Salvador de Bahía, la policía disparó gases lacrimógenos y balas de goma contra manifestantes que estaban concentrados a dos kilómetros del estadio donde jugaron Nigeria y Uruguay por la Copa Confederaciones. Los protestantes tiraban piedras para intentar traspasar una barrera y aproximarse más al recinto.
Al menos un manifestante fue herido por bala de goma, y también hay un policía herido.
En Salvador de Bahia, la policía disparó gases lacrimógenos y balas de goma contra manifestantes
Miles de personas gritaban «íEl gigante despertó!» y coreaban consignas contra la presidenta Dilma Rousseff, contra la homofobia y el racismo.
Miles más se concentraron en
«¿Hay mucha gente en el Maracaná? Imagina en la fila de la emergencia de un hospital público?», se leía en una pancarta.
En Brasilia, grupos de manifestantes intentaron ingresar por la noche en el Palacio de Itamaraty, sede de la cancillería brasileña, mientras en San Pablo militantes del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) fueron atacados, en medio de las multitudinarias marchas de protesta en las principales ciudades de Brasil.
La policía impedía a usuarios del subte descender en las estaciones cercanas al Maracaná para evitar que se concentren allí manifestantes, según el diario O Globo, y sólo dejan pasar a los que exhiben entradas para el partido.
En Recife, otra sede de
Gigantescas marchas están convocadas en unas 100 ciudades y nada presagia el fin de este movimiento apolítico, que carece de liderazgos identificados.
Este jueves, algunos sindicatos, organizaciones de la sociedad civil y partidos políticos -incluido el gobernante Partido de los Trabajadores (izquierda)- declararon su intención de participar en las marchas, portando sus banderas.
INDIGNACIÓN GENERAL
Las protestas, que han dejado perplejo al gobierno de izquierda de Dilma Rousseff y a la clase política en general, comenzaron exigiendo la revocación del aumento del precio del boleto de autobús, metro y tren. Pero rápidamente sumaron otros reclamos y denuncias, como los 15.000 millones de dólares de dinero de los contribuyentes destinados a
Los manifestantes, en su mayoría jóvenes, educados y de clase media, expresan su indignación por el aumento del costo de vida y la mala calidad de los servicios, en momentos en que el país, mundialmente famoso por sus programas sociales que sacaron a millones de la pobreza, registra un decepcionante crecimiento económico y una inflación en alza.
También denuncian la corrupción arraigada en la política brasileña y reclaman mayores inversiones en educación, salud y seguridad.
Estas son las mayores protestas en dos décadas en Brasil, un país donde la población no acostumbra salir a las calles a expresar su descontento.
Por primera vez, el Movimiento de campesinos Sin Tierra (MST),
Miles de personas gritaban «íEl gigante despertó!» y coreaban consignas contra la presidenta Dilma Rousseff, contra la homofobia y el racismo
«La repercusión de esta intervención será conocida hoy en
Amanda Souza, estudiante de derecho de 27 años, reivindica su derecho a manifestar junto a los movimientos organizados, porque representan «a organizaciones y a fuerzas políticas que históricamente combatieron por las conquistas de los derechos de los trabajadores».
MUCHO MÁS QUE 20 CENTAVOS
La marcha atrás de más de decenas de alcaldías y gobiernos estatales en el aumento del precio del boleto de metro, tren y autobús no logró frenar las protestas.
Las ciudades de Belo Horizonte y Campo Grande han comunicado planes para rebajar el precio del transporte público, siguiendo los pasos de Sao Paulo, Rio de Janeiro, Porto Alegre, Cuiabá, Recife y Joao Pessoa.
La convocatoria para la protesta en Rio de Janeiro, bajo el lema «Son más que veinte centavos», en referencia al anulado aumento del precio del boleto de autobús de
En Sao Paulo, eran más de dos millones de seguidores y casi 300.000 indicaron presencia. En la capital, una ciudad 10 veces menor que Sao Paulo, medio millón de personas habían sido avisadas a través del evento «Despierta Brasilia» y más de 50.000 indicaron presencia.
Las manifestaciones han sido en su mayoría pacíficas, pero en varios casos subgrupos violentos se han enfrentado con la policía y protagonizado saqueos y actos de vandalismo.
Agencias EFE, AFP y DPA.
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