A ocho meses de la designación del Papa Francisco, ocho medidas, ocho fotos, ocho frases. El 13 de marzo pasado, el mundo se enteraba que Jorge Bergoglio se convertía en el sucesor de Benedicto XVI
Desde el momento en que se anunció que se llamaría Francisco, el 13 de marzo pasado, pudo atisbarse cuál sería su impronta. «Cómo me gustaría una Iglesia pobre y para los pobres», dijo Jorge Bergoglio días después, en italiano, sentado frente a un micrófono frente a una multitud expectante durante la audiencia a la prensa internacional que siguió al cónclave que lo proclamó papa.
Eligió el nombre en honor al fundador de la orden franciscana, San Francisco de Asís, uno de los santos más célebres de la Iglesia. Y dejó entrever a través de sus primeras palabras como pontífice que introduciría un estilo diferente en la Iglesia, de mayor apertura a otros credos, de austeridad, de tolerancia, de integración. Que sería un papa cercano a la gente e inauguraría un nuevo estilo, informal y distinto. A sabiendas de que sería criticado por los sectores conservadores eclesiásticos.
A lo largo de los últimos ocho meses -los primeros de su papado- Francisco transformó aquellas promesas en decisiones sobre la Iglesia, la familia, el papel de la mujer, el Vaticano, que quedaron plasmadas en frases e imágenes.
DECISIONES CLAVE
1. El papel de la mujer. El rol de las mujeres en la Iglesia es uno de los focos de discusión tanto fuera como dentro de la institución. En este sentido, Francisco destacó la necesidad de elaborar una nueva teología de la mujer.
En octubre, destacó la carta apostólica Mulieris dignitatem, que consideró un «documento histórico», al ser el primero del magisterio pontificio dedicado por completo al tema de la mujer. «Sufro cuando veo en la Iglesia o en algunas organizaciones eclesiales que el rol de servicio, que todos nosotros debemos tener, que el rol de servicio de la mujer, resbala hacia un rol de servidumbre», disparó el Papa, al salirse del texto que tenía preparado para recibir a los participantes del seminario promovido por el Pontificio Consejo para los Laicos en ocasión del XXV aniversario de la Carta Apostólica Mulieris dignitatem , del beato Juan Pablo II.
2. Divorcio. Uno de los principales focos de crítica a la Iglesia es la negativa de darles la comunión a los divorciados que se volvieron a casar. Aunque algunos de los principales referentes del catolicismo niegan que vaya a haber un cambio en esa posición, Francisco promovió recientemente el envío de un amplio cuestionario sobre la situación de la familia moderna a los obispos del mundo entero.
El motivo es la proximidad de la celebración del sínodo extraordinario de octubre del año próximo sobre «Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización». En el punto 4 del cuestionario, una de las preguntas es: «¿Los separados y divorciados vueltos a casar son una realidad pastoral relevante en la Iglesia? ¿En qué porcentaje? En estos casos, ¿cómo viven los bautizados su irregularidad? ¿Son conscientes, manifiestan indiferencia o se sienten marginados y viven con sufrimiento el hecho y la imposibilidad de recibir sacramentos?»
3. Santa Marta. Apenas asumió, el Papa transmitió una de sus primeras decisiones. Aunque sutil, la determinación de no vivir en el lujoso departamento palaciego de sus predecesores, sino en un alojamiento más modesto del Vaticano en Santa Marta, dio que hablar.
Al igual que particular estilo -no utiliza autos lujosos, calza sus zapatos de siempre, porta un sencillo maletín de mano, llama por teléfono a sus amigos e incluso a desconocidos, dialoga abiertamente con los periodistas y usa un lenguaje sencillo-, fue una de las primeras señales de que correrían vientos de cambio en la Santa Sede.
4. Reforma de la curia. Una de las principales señales de cambio en la Iglesia de parte de Francisco fue la creación del denominado «G-8», un consejo de ocho cardenales de todos los continentes, designados por el Papa, que tienen instrucciones de asesorarlo en la reforma de la curia y en el gobierno universal de la Iglesia.
5. Abusos a menores. Sin dudas, el de la pedofilia en el ámbito eclesiástico es uno de los temas más controversiales en todo el mundo y Francisco continúa en la línea de su predecesor, Benedicto XVI, el primero en afrontar directamente ese tema. Sólo había pasado un mes desde su designación frente al Vaticano, cuando Francisco llamó a actuar «con decisión» contra los casos de abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes.
Corría mayo cuando, por segunda vez desde que fue elegido, el papa Francisco condenó con fuerza la violencia contra los chicos. Más adelante, en julio, firmó un decreto que endurece las sanciones penales contra los abusos a menores en la Santa Sede y en la Curia. Y en octubre, destituyó a un obispo irlandés, William Lee, que en 2010 reconoció haber protegido a un sacerdote pedófilo.
6. Designación clave. El 31 de agosto nombró como secretario de Estado, en el puesto más importante de la Santa Sede, a Pietro Parolin, en reemplazo del cuestionado cardenal Tarcisio Bertone. Días después, el nuevo número 2 de Francisco planteó por primera vez desde la cúpula de la Santa Sede que el celibato «se puede discutir».
7. La relación con otros credos. «Lo dije otras veces y quiero repetirlo ahora: es una contradicción que un cristiano sea antisemita. Sus raíces son un poco judías. ¡Un cristiano no puede ser antisemita! ¡Que el antisemitismo sea vedado del corazón y de la vida de cada hombre y de cada mujer!», dijo Francisco cuando empezaba su papado.
Meses más tarde, aprovechó para plasmar sus dichos durante varios días cuando, insólitamente , recibió en Santa Marta al rabino Abraham Skorka, amigo suyo, con quien mantuvo cuantiosas charlas, desayunos, almuerzos y cenas. El Pontífice compartió el rito de la bendición de los alimentos y supervisó si la comida de su invitado es kosher. Meses atrás, había llamado «hermanos» a «los musulmanes del mundo entero», en la misma línea que sus antecesores, Pablo VI y Juan Pablo II.
8. El «Banco Vaticano». Controvertida en algunos ámbitos y bien recibida en otros, el Papa creó en junio una comisión especial para investigar el Instituto para las Obras de Religión (IOR), el llamado «banco vaticano», creado en 1942, envuelto en escándalos y sospechado de lavado de dinero. Desde la Santa Sede, revelaron que fue una idea de Francisco.
«Nació del deseo del Santo Padre de conocer mejor la posición jurídica y las actividades del Instituto para permitir una mejor armonización de éste con la misión de la Iglesia universal y de la Sede Apostólica, en el contexto más general de reformas que sea oportuno realizar de parte de las instituciones que dan auxilio a la Sede Apostólica», indicó un comunicado. En julio, el director y el subdirector del Banco del Vaticano renunciaron en medio de revelaciones sobre un escándalo financiero.
8bis. Su intervención en Siria. Durante las semanas más álgidas del conflicto civil en Siria, es decir, cuando Estados Unidos expresó sus intenciones de intervenir con fuerzas militares, el Papa tuvo un papel central.
Con una doble estrategia, diplomática y religiosa, Francisco llamó a la paz en jornadas de vigilia y meditación, oraciones y audiencias públicas, convocó a 71 embajadores acreditados ante la Santa Sede para insistir en favor del diálogo e incluso a través de Twitter. «La paz es un bien que supera cualquier barrera, porque es un bien de toda la humanidad», sentenció en un tuit publicado una mañana de septiembre.
FRASES CÉLEBRES
1. «Diosa coima». Dos palabras disímiles que unidas Francisco utilizó para fustigar contra la corrupción semanas atrás, en su homilía en la misa matutina de la residencia de Santa Marta, donde vive. Mientras el Vaticano se veía sacudido por el increíble caso del superior de los camilianos, Renato Salvatore, arrestado por haber urdido el secuestro de dos curas que hubieran impedido su elección al frente de la orden, Francisco llamó a rezar «para que el Señor cambie el corazón de estos devotos de la diosa coima y se den cuenta de que la dignidad viene del trabajo digno».
2. «Hagan lío». Hacía meses que se esperaba la llegada de Francisco al continente americano. En los diarios del mundo, la cuenta regresiva apuntaba a la última semana de julio. El Papa encabezaría la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Río de Janeiro. Cuando llegó el momento, en una charla con jóvenes católicos de diversos países, entre ellos varios argentinos, el sumo pontífice respondió una pregunta con un insólito llamado: «¿Qué espero de la Jornada? Espero lío, que haya lío, que la Iglesia salga a las calles.
Que nos defendamos de la comodidad, que nos defendamos del clericalismo», dijo.
3. «¿Quién soy yo para juzgar a un gay?». Moderado pero revolucionario, Francisco pronunció esa reflexión a varios miles de pies de altura. Lo dijo al responder las preguntas de varios periodistas que lo acompañaban de vuelta a Roma, desde Río, junto a una nutrida comitiva. Uno de ellos lo consultó respecto a su posición frente al al «lobby gay».
«Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo?», respondió. «El catecismo de la Iglesia católica lo explica de forma muy linda esto. Dice que no se deben marginar a estas personas por eso. Hay que integrarlas en la sociedad. El problema no es tener esta tendencia. Debemos ser hermanos. El problema es hacer un lobby», dijo el Papa.
4. «Obispo de lujo». Inesperadamente, se hizo conocido en todo el mundo y los medios de comunicación decidieron llamarlo «el obispo de lujo». El alemán Franz-Peter Tebartz-van Elst fue acusado, en septiembre, de haber gastado supuestamente 31 millones de euros para remodelar la sede de su arzobispado en Limburgo.
Poco después, el Papa se reunió con él. Y en octubre trascendió el comunicado, donde el Vaticano informaba que el obispo sería apartado de su ministerio episcopal mientras se investiga en profundidad «la cuestión de la construcción de la sede episcopal». Francisco tardó poco en tomar cartas en un asunto sensible en relación a su forma de conducir la Iglesia.
5. «No existe un Dios católico, existe Dios», dijo el Papa durante la primera reunión del consejo de ocho cardenales de todos los continentes que lo ayudarán a reformar la curia y a gobernar, y volvió a sorprender con fuertes críticas a la administración central de la Iglesia.
6. «A los jóvenes les digo: ¡no tengan miedo de ir contra la corriente!» «Cuando nos quieren robar la esperanza, cuando nos proponen valores averiados, como la comida en mal estado, cuando la comida está en mal estado nos hace mal, estos valores nos hacen mal», clamó el Papa desde la ventana del tercer piso del Palacio Apostólico, durante la oración mariana del Angelus a mediados de junio.
7. «Tírense los platos, pero no dejen de perdonarse». Es conocida la postura de la Iglesia, y del mismo Papa sobre el divorcio. Francisco lo dejó en claro, pero con humor, durante un discurso a principios de octubre, donde pidió a las parejas que hagan lo posible por mantenerse unidas en matrimonio a pesar de las adversidades.
«Yo a los recién casados siempre les digo, peléense, tírense los platos, pero nunca terminen la jornada sin hacer la paz. ¡Nunca!», dijo, y causó risas y aplausos entre los presentes.
8. «La curia tiene un defecto: es Vaticano-céntrica». La palabra ‘apertura’, utilizada en gran parte de los artículos que buscan describir la dirección eclesiástica de Francisco, correspondería nuevamente, esta vez, para describir la entrevista que el pontífice brindó a Eugenio Scalfari, el fundador del diario La Repubblica, de 89 años.
Fuente: La Nación
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