Los restos del poeta trasandino serán exhumados este lunes para constatar si murió debido al cáncer que padecía o si fue asesinado por la dictadura instalada pocos días antes en Chile, en 1973
El chofer sostiene que Neruda murió el 23 de septiembre de 1973 por una inyección letal que le aplicaron días antes de partir a Mexico donde iba a exiliarse
La hipótesis del asesinato fue criticada y rechazada hoy por Bernardo Reyes, sobrino del poeta -cuyo nombre real era Neftalí Reyes Basoalto
La exhumación es parte de las diligencias dispuestas por el juez Mario Carroza, a cargo de la causa abierta en 2011 por homicidio y asociación ilícita a partir de la denuncia del Partido Comunista, al que pertenecía Neruda, sobre la base del testimonio del chofer del escritor, Manuel Araya.
Araya sostiene desde hace años que Neruda murió el 23 de septiembre de 1973 por una inyección letal que le aplicaron mientras estaba internado en la clínica Santa María a la espera de viajar a México, donde había decidido exiliarse tras el golpe que 12 días antes derrocó al presidente Salvador Allende.
La versión oficial, aceptada por todos, afirmaba que el Premio Nobel de Literatura 1971 falleció de un cáncer de próstata, que lo había obligado a regresar a Chile desde Francia, donde era cónsul.
La hipótesis del asesinato fue criticada y rechazada hoy por Bernardo Reyes, sobrino del poeta -cuyo nombre real era Neftalí Reyes Basoalto-, en una entrevista emitida por CNN Chile y recogida por la agencia noticiosa EFE.
“La dictadura no tuvo que ver” en la muerte de Neruda porque “el proyecto Andrea, que lo desarrolló el Ejército de Chile con ayuda estatal, empezó a desarrollarse, de acuerdo a las declaraciones de Michael Towley, en 1976”, afirmó Reyes.
El sobrino agregó que “antes de eso, entre el 73 y el 76, no hubo un solo crimen que se haya producido mediante prácticas de inyecciones letales”.
El proyecto Andrea permitió a la dictadura encabezada por Augusto Pinochet fabricar gas sarín para usarlo en contra de opositores, y en esa iniciativa participó el estadounidense Towley, exagente de la CIA que actualmente vive en su país, acogido a un programa de protección de testigos.
“De esto se ha hecho un circo, del cual no deseo ser parte; esta mancha quedará en la historia de quienes la han construido; independientemente del resultado, va a costar sacarla de encima”, sostuvo Reyes.
Fuente: Telam
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