El papa Francisco pidió a los sacerdotes «ser pastores con olor a oveja» En su primera Misa Crismal, el Sumo Pontífice los llamó a salir «a las periferias» para «ser mediadores y no gestores»; por la tarde visitará una cárcel de menores
Francisco ofició en la basílica de San Pedro del Vaticano la Misa Crismal, que abre el Triduo Pascual y durante la cual los sacerdotes renovaron las promesas sacerdotales, pobreza, castidad y obediencia.
Durante la celebración, Francisco bendijo los óleos de los catecúmenos, de los enfermos y el crisma -aceite y bálsamos mezclados- que se utilizan para ungir a los que se bautizan, a los que se confirman y para la ordenación sacerdotal, que le fueron presentados en tres grandes jarras de plata.
Este año el aceite bendecido procede de una empresa española de Castelseras, en la provincia aragonesa de Teruel. El rito se celebra en todas las catedrales del mundo.
A la misa asisten varios centenares de cardenales y obispos, así como 1.600 sacerdotes diocesanos y religiosos.
Durante su homilía, el Papa pidió a los sacerdotes «ser pastores con olor a oveja, en medio de su rebaño y pescadores de hombres» e insistió con que la Iglesia debe «salir de sí misma e ir a las periferias donde hay sufrimiento». «Al buen sacerdote se lo reconoce por cómo anda ungido su pueblo. Cuando la gente anda ungida con óleo de alegría se le nota», afirmó Francisco, tras reconocer una «crisis de identidad sacerdotal».
Enseguida, agregó: «El sacerdote que no sale de sí, en vez de mediador, se va convirtiendo en gestor».
LA MISA DE LA ÚLTIMA CENA
Francisco se trasladará esta tarde de Jueves Santo a la cárcel de menores de Casal del Marmo, a las afueras de Roma, para celebrar la misa de la Última Cena. Su visita allí es un nuevo gesto de Francisco; la tradición indica que este ritual se realiza en la Basílica San Juan de Letrán.
El Papa Francisco lavará allí los pies a doce jóvenes -entre los cuales habrá una mujer- del Instituto Penal de Menores, durante la celebración de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo, de acuerdo a lo confirmado por el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, el padre Federico Lombardi.
Después de la Misa, el Pontífice mantendrá un encuentro en el gimnasio del centro con las personas que trabajan allí, alrededor de 150, y en el que también participará la ministra de Justicia italiana, Paola Severino.
El portavoz vaticano precisó que los jóvenes le regalarán al Papa un crucifijo y un reclinatorio de madera realizado por ellos mismos en el laboratorio artesanal de Casal del Marmo y que el Papa Francisco entregará regalos pascuales a todos: huevos de chocolate de Pascua y el pan típico italiano para esta fiesta, la «colomba»|. Además, está previsto que un joven salude al Papa Francisco y que le entreguen un mensaje escrito redactado por todos ellos.
Fuente: La Nación
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