Así lo manifestó a la prensa Daniel Pollack, el mediador designado por el juez Griesa para encontrar una solución a la puja con los holdouts.
El gobierno argentino y los fondos buitre que reclaman el pago de deuda en mora no avanzaron ni un paso hoy en EEUU en la búsqueda de una salida negociada a un enfrentamiento que podría llevar al país a un nuevo default.
«Las cuestiones que dividen a las partes siguen sin resolverse por el momento», indicó el mediador Daniel Pollack en un comunicado tras sus encuentros por separado con las partes en sus oficinas de Manhattan, agregando que esperaba «más reuniones en los próximos días».
Pollack señaló que propuso a las partes «discusiones directas cara a cara», tal como instó el juez federal estadounidense Thomas Griesa a cargo de la causa, pero la comitiva argentina «declinó» la oferta. Fue la tercera reunión de este tipo en las últimas semanas.
Los fondos especulativos NML Capital y Aurelius tienen una sentencia a su favor de Griesa para el cobro de 1.330 millones de dólares en concepto de bonos impagos de la deuda soberana argentina que entraron en default en 2001.
Estos fondos, compraron esos títulos ya en default y luego litigaron en la justicia estadounidense para cobrar 100% de su valor.
Los fondos rechazaron entrar en los canjes de deuda efectuados por Argentina en 2005 y 2010 que implicaban quitas de hasta un 70% sobre el valor nominal de los títulos, y que tuvieron una aceptación del 92,4% de los acreedores.
Luego de que la Corte Suprema de EEUU rechazara ver en el caso, el fallo de Griesa quedó vigente.
El juez bloqueó el pasado 27 de junio un giro de 539 millones de dólares de Argentina a un banco de Nueva York para pagar un tramo de su deuda reestructurada, exigiendo el cumplimiento de su sentencia que establece que al mismo tiempo el país debe abonar a los fondos litigantes.
Si ese pago a los bonistas que entraron en los canjes no se efectúa antes de que venza el plazo de gracia el 30 de julio, el país entraría en un default técnico, diferente al colapso total de fines de 2001 pero de consecuencias imprevisibles para su economía.
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