Por segundo año consecutivo, no se realiza el tradicional festejo. Pero los habitantes tomaron la ciudad. Los habitantes de Venecia se pasean por la famosa plaza de San Marcos disfrazados de nobles y con elegantes atuendos, en el inicio del Carnaval en medio de la pandemia de coronavirus, sin turistas y en gran parte virtual.
«Es totalmente surrealista. Lo que más me sorprende es el silencio. Durante el carnaval siempre se oye música, la gente que se divierte. Pero Venecia entre brumas sigue siendo un lugar mágico», dijo Chiara Ragazzon, de 47 años.
Esta oficinista llegó con su marido desde Jesolo, a unos 50 kilómetros, ya que aunque Venecia está en zona amarilla, con un riesgo moderado de contagio, los habitantes no pueden salir de su región, según las restricciones impuestas para frenar la Covid-19.
A unos pasos de la plaza de San Marcos, Hamid Seddighi, de 63 años, con una bata blanca con manchas de pintura, se esmera en terminar una máscara de carnaval.
En el taller de su tienda, Ca’ del Sol, las máscaras hechas de cartón piedra, de encaje o de hierro, o decoradas con cristales de Swarovski, no encuentran comprador.
«Me enamoré de las máscaras. Las hago desde hace 35 años. Pero ahora es trágico, sólo he vendido dos para el carnaval», se lamenta este artesano de origen iraní, citado por la agencia AFP.
Antes de la pandemia, el carnaval generaba unos 70 millones de euros, que gastaban unos 567.000 turistas, según la comuna de Venecia.
Existir y resistir
Delante de la Basílica de San Marcos, un grupo de artesanos, con máscaras y largas capas negras, se mueven en silencio, para «recordar al mundo que todavía existen y resisten».
Para incitar a los vecinos de la Serenísima a perpetuar la tradición, la asociación de artesanos de Venecia lanzó la campaña: «El carnaval de los venecianos, enmascarados… y con la máscara» anticovid.
«Venecia se ha quedado sin turistas, es la ocasión para los venecianos de reapropiarse y redescubrir su ciudad», explica su director, Gianni De Checchi.
«En estos últimos 25 años, el turismo de masas ha alterado el tejido socioeconómico del centro de Venecia. Y de alguna manera, ha dañado al carnaval», opinó.
Por la pandemia, la ciudad apuesta este año por los videos publicados en línea con los venecianos disfrazados.
«Es una manera de recuperar los lazos que nos unen a millones de personas que aman Venecia», afirma el consejero para turismo, Simone Venturini.
Fuente: Telam
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