La mujer alertó de que estaba siendo retenida por su pareja junto a sus tres hijos al incluir un insólito mensaje de auxilio en su pedido de pizza a través de Internet. La Policía lo detuvo.
El marido la tenía retenida y ella, cuando pedía una pizza pepperoni, agregó un pedido de ayuda. Ocurrió en La Florida, EE.UU. «Por favor, ayuda. Llame al 911 por mí», escribió Cheryl Treadway a Pizza Hut a través de la aplicación de la pizzería. El empleado que recibió el mensaje se contactó con la policía y la salvó.
«Nunca habíamos visto esto antes», relató la gerente del establecimiento, Candy Hamilton.
La pizzería se puso en contacto con los agentes, que enviaron una patrulla a la vivienda desde donde se había formulado el pedido.
La puerta la atendió la mujer con su hijo en brazos y le avisó a la policía que su marido, Ethan Nickerson, de 26 años, estaba armado con un cuchillo y que los mantenía retenidos. Rápidamente la ayudaron a salir y estar segura.
El teniente Curtis Ludden, que participó en el operativo, dijo: «Sus primeras palabras fueron: ‘No voy a salir porque iría a la cárcel'».
Menos de media hora después el hombre, de 26 años, salió de la casa de manera pacífica.
La pareja había discutido y el hombre tomó un cuchillo. Treadway contó a las autoridades que su novio le quitó el celular cuando se disponía a salir de casa para ir a buscar a sus hijos del colegio.
Tras acompañarla a la escuela, Nickerson supuestamente la mantuvo incomunicada junto a sus hijos. Pero la mujer logró convencer a su pareja de que le dejase el teléfono para pedir comida y fue entonces cuando tuvo la genial idea de usar el pedido para dar la voz de alarma.
El restaurante se puso en contacto con las fuerzas de seguridad, que enviaron una patrulla a la vivienda desde donde se había formulado el pedido.
A su llegada, la Policía fue recibida por la propia Treadway, que llevaba en brazos a un niño. La mujer aseguró entonces que su pareja estaba narcotizado y armado con un cuchillo y los mantenía retenidos a ella y a sus tres hijos.
Tras sacar a Treadway de la casa, los agentes hablaron con su pareja. «Sus primeras palabras fueron: ‘No voy a salir porque iría a la cárcel», ha contado el teniente Curtis Ludden, que participó en el operativo.
Unos 20 minutos después, Nickerson, de 26 años, abandonó la vivienda de forma pacífica y sin herir a nadie. Sobre él pesan ahora cargos por asalto agravado con arma -aunque sin intención de matar-, agresión, retención ilegal y obstrucción a la justicia.
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