Al borde del precipicio, las elecciones aparecen como uno de los reclamos clave de la oposición movilizada. Analistas consideran que es la única forma de evitar enfrentamientos todavía más graves.
“La resistencia se mantendrá en la calle hasta que Nicolás Maduro entienda que debe respetar la Constitución”, dijo el líder opositor, Henrique Capriles, al convocar a las marchas que, con menos masividad, volvieron a ganar ayer las calles venezolanas.
“Tenemos que condenar la represión contra quienes piden elecciones; el año pasado nos quitaron el revocatorio, suspendieron las elecciones de gobernadores y no se habla de las de alcaldes”, afirmó ayer el gobernador del estado de Miranda, quien rechaza una inhabilitación política por 15 años que le fue impuesta días atrás.
“Nosotros somos los primeros interesados en ir a elecciones”, replicó Jorge Rodríguez, alcalde chavista del municipio caraqueño de Libertador e histórico jefe de campañas del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv). Pero no precisó a qué comicios aludía.
El constitucionalista venezolano Pedro Alfonso del Pino le dijo el miércoles a La Voz que un cronograma electoral, fijado de modo oficial, “con certezas ante el país y el mundo”, sería un gran avance para destrabar la situación actual. A lo que el politólogo Daniel Zovatto agregó que ese compromiso debería estar acompañado por la presión internacional y la movilización en las calles.
La de elecciones no es la única demanda de la veintena de partidos que integran la Mesa de Unidad Democrática (MUD), pero es la que líderes de la mayoría de esas fuerzas y analistas consideran como la llave hacia una salida que evite más enfrentamientos.
Sin embargo, la represión a las marchas opositoras y los incidentes que dejaron el miércoles tres muertos (dos civiles y un miembro de las fuerzas de seguridad) parecieron alejar las perspectivas de una solución negociada y acercar al país hacia un escenario de más violencia.
Ayer unos y otros volvieron a cruzar acusaciones de golpismo y se endilgaron responsabilidad por las vidas perdidas en medio de las protestas.
Mientras, los gobiernos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Paraguay, Perú y Uruguay emitieron un nuevo comunicado en el que condenaron “enérgicamente” la violencia y subrayaron que “resulta imperativo” que Venezuela cumpla con su cronograma electoral, que libere a los presos políticos y que garantice la separación de los poderes constitucionales.
Sin que nadie ceda, la ruta que separa la solución negociada de un abismo impredecible parece cada vez más tenue y borrosa
Fuente: La Voz
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