Las revelaciones de WikiLeaks asestan un duro golpe a la credibilidad de Estados Unidos y vuelven a poner en tela de juicio el principio del secreto, base de la diplomacia, sin aportar por ahora datos trascendentales sobre los grandes asuntos internacionales, según expertos.
Después de esta enorme filtración de documentos, los diplomáticos «ya no dirán lo que piensan ni siquiera en sus telegramas. Es una revolución copernicana», subraya Dominique Moisi, consejero del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI).
Esas revelaciones «introducen un elemento de desorden muy profundo en las costumbres diplomáticas», agregó.
Los expertos coinciden en que es justamente el primer principio de la diplomacia, la cultura del secreto, que WikiLeaks ataca con esta divulgación masiva, pues los documentos conocidos hasta ahora no contienen informaciones revolucionarias.
Lo que se sabía del rechazo de las monarquías del Golfo hacia Irán queda claramente explicitado. Allí radica toda la diferencia y esto quizá puede tener consecuencias en Medio Oriente, estima François Heisbourg, de la Fundación para las Investigaciones Estratégicas (FRS).
«Hay muy poco novedoso», confirma Daniel Korsi, del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR, por sus siglas en inglés).
Henning Riecke, del Instituto Alemán de Investigaciones sobre Política Exterior (DGAO) considera que «en el futuro, los diplomáticos hablarán menos abiertamente», inclusive a través de los circuitos considerados más seguros.
«Pero la necesidad de un análisis claro en la diplomacia sigue siendo elevado. Por lo tanto, o se encuentran medios para comunicar o se correrá el riesgo» de seguir haciéndolo como hasta ahora, estima.
Para François Nicoullaud, ex embajador de Francia en Irán, la consecuencia más importante es «la ruptura del tabú» que provoca la publicación de telegramas que describen a los principales dirigentes internacionales.
Más que los hechos en sí «sólo hay un elemento verdaderamente secreto: son los juicios sobre las personas» los que son potencialmente peligrosos, afirma.
Según Daniel Korski, la publicación por parte de WikiLeaks de estos documentos se basa en la confusión que ese sitio internet hace entre fiabilidad y transparencia.
«La transparencia es sólo un elemento de la fiabilidad», y «la esencia del trabajo diplomático sigue siendo confidencial y circunspecta y así seguirá», considera, antes de opinar que después de estas revelaciones, es sobre todo la diplomacia estadounidense la que podría ver socavada su confianza.
«¡La primera potencia al desnudo! Desde Arabia Saudita hasta las principales capitales europeas, se van a proteger de Estados Unidos. No se castigará al ladrón sino a quien ha sido robado», predice Dominique Moisi.
La divulgación anunciada de 250.000 cables diplomáticos que el sitio internet WikiLeaks transmitió a cinco diarios de referencia mundial, que los están difundiendo progresivamente desde el domingo, reforzará la idea de que «los estadounidenses son incorregiblemente incapaces de llevar adelante una acción de forma discreta», subraya Francois Heisbourg.
Director del Instituto de Relaciones Internacionales y Estratégicas (IRIS) en París, Pascal Boniface, relativiza el alcance de estas revelaciones masivas.
«Es incómodo para Estados Unidos», afirma este experto que no lo considera un «revés diplomático mayor».
Claro que las repercusiones más serias podrían tener lugar dentro de un tiempo: informaciones divulgadas por WikiLeaks podrían «influir sustancialmente en la escena internacional así como, indirectamente, en la vida doméstica de algunos países», advierte Heisbourg.
Cada persona mencionada reaccionará y ello provocará otras reacciones.
En su opinión, elementos que hoy en día parecen periféricos podrían tener consecuencias más graves.
Fuente: AFP
Comentar post