El derrocado presidente Zelaya arribó a la capital hondureña en un avión venezolano procedente de Nicaragua, tras varios meses de exilio.
El ex mandatario, derrocado por un golpe de Estado en junio de 2009, llegó al aeropuerto internacional capitalino con su esposa Xiomara Castro, dos de sus hijas y varios de sus ex funcionarios en un jet de la línea Conviasa de Venezuela.
El ex presidente panameño Martín Torrijos y los cancilleres Nicolás Maduro de Venezuela y David Choquehuanca de Bolivia acompañaron al ex gobernante.
También viajaron junto a la familia Zelaya el representante de la presidencia de República Dominicana Miguel Mejía y la ex senadora colombiana Piedad Córdoba.
No dio declaraciones al bajar del avión y de inmediato abordó un vehículo para ser trasladado a una plaza cercana donde se dirigirá a sus seguidores. El carro avanzó lentamente entre miles de partidarios, muchos de los cuales pernoctaron en los alrededores de la terminal aérea.
Fue recibido en Tegucigalpa por su madre Hortensia Rosales y otros familiares.
Los seguidores portaban banderas rojinegras del Frente Nacional de la Resistencia Popular, que surgió el día del golpe de Estado. En una de las pancartas se podía leer: «A 700 días del golpe aquí nadie se rinde».
La presidencia hondureña informó el sábado en un comunicado que después del discurso en la plaza, el ex mandatario se reunirá con el presidente Porfirio Lobo, los cancilleres de Venezuela y Bolivia que lo acompañaron en el viaje, y el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) José Miguel Insulza y la canciller colombiana María Angela Holguín que ya se encontraban en Tegucigalpa para verificar el cumplimiento del acuerdo que permitió el retorno.
La llegada de Zelaya está garantizada por el denominado Acuerdo de Cartagena de Indias firmado el 22 de mayo con la mediación de los mandatarios Hugo Chávez de Venezuela y Juan Manuel Santos de Colombia.
En declaraciones a la televisora CNN en español, poco antes de que su avión despegara de Nicaragua, Zelaya dijo que no será candidato presidencial en las elecciones de noviembre de 2013.
Al ser consultado si llamará a un plebiscito dijo que el acuerdo firmado en Cartagena «tiene precisamente este compromiso». Agregó que el pueblo «tiene que tomar esta decisión de una asamblea constituyente, una nueva Constitución, un nuevo pacto social».
Zelaya fue derrocado precisamente por intentar convocar a una Constituyente y perpetuarse en el poder, como lo han hecho varios presidentes sudamericanos. Sin embargo, en su ausencia el legislativo modificó las leyes y abrió la posibilidad de realizar plebiscitos para convocar a una Constituyente e impulsar la reelección presidencial.
El acuerdo firmado por Zelaya y Lobo auspició el regreso del mandatario derrocado y la reincorporación de Honduras a la OEA, tras el golpe de Estado.
El convenio incluyó la suspensión por parte de la Corte Suprema de dos juicios por corrupción.
La OEA analizará el miércoles la situación hondureña en una asamblea extraordinaria a celebrarse en Washington.
Los militares expulsaron a Zelaya a Costa Rica el día del golpe de Estado. Regresó subrepticiamente a Tegucigalpa en septiembre de 2009 y se refugió en la embajada de Brasil, donde permaneció más de cuatro meses. De la sede diplomática salió el 27 de enero de 2010 hacia República Dominicana con un salvoconducto otorgado por Lobo.
Al menos cuatro personas se desmayaron por el intenso calor luego de una noche de fuertes lluvias en la ciudad y que el agua se agotó en los puestos de ventas de la zona. Fueron atendidas por los cuerpos de socorro.
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