La nueva brecha este año en Argentina creció la desigualdad, cambiando una tendencia de doce años. Ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más pobres, mientras la clase media se achica. Ya se ven las consecuencias de la nueva política económica en la pirámide social.
Argentina es un país más desigual. Así lo informan los últimos datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que el INDEC publicó hace algunas semanas, con casi un mes de retraso. Según las cifras oficiales, en los primeros 10 meses del año se experimentó una concentración de la riqueza en manos de los sectores más acaudalados del país, ampliándose así la brecha entre los hogares más ricos y los más desfavorecidos.
La coyuntura que vive nuestro país con una caída de la actividad económica, caída del consumo, altos niveles de inflación y despidos masivos en el sector público y privado beneficia a los sectores dominantes y perjudica a los de menores ingresos.
El aumento de la desigualdad va en sintonía también con los datos que, tanto desde el INDEC como desde el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, señalaron que en este año hubo un incremento considerable de la pobreza y la indigencia. Hace poco más de un mes el INDEC informó que el 32,2% de los argentinos es pobre y que el 6,3% es indigente. Por su parte, desde el Observatorio que dirige Agustín Salvia se planteó que desde diciembre de 2015 a fines del primer trimestre más de 1.400.000 personas se convirtieron en “nuevos pobres”, constituyendo así el 34,5% del total de la población.
El análisis de la expansión de la brecha entre los sectores más acaudalados y los más desfavorecidos fue el tópico de uno de los últimos informes del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) que, junto al Instituto de Economía Popular (Indep), examinó el fenómeno de la distribución del ingreso de los últimos trece años en nuestro país. El estudio se titula “Desigualdad: un cambio con ganadores y perdedores”.
Regresión
El informe en cuestión apunta que en lo que va del año la distribución del ingreso en la Argentina ha sido regresiva. Así lo demuestra su análisis sobre los ingresos en base a escala individual. Tal como se observa en el gráfico 1, el año en curso sólo es comparable con el período 2008-2009, cuando explotó la burbuja inmobiliaria y la crisis azotaba las principales economías del mundo.
Más allá de algunos sobresaltos, CEPA señala que del 2003 al 2015 la brecha entre quienes más y menos tienen disminuyó de 33 a 18,7 veces. Esto significa que durante los gobiernos del Fpv, el ingreso promedio a escala individual del decil 10 pasó de ser 33 veces más elevado que el ingreso promedio del decil 1, a ser 18,7 veces en 2015. Sin embargo, desde el inicio del 2016 se experimenta un cambio de rumbo: la diferencia entre el decil 1 y el 10 pasó de 18,7 a 23,2 en menos de un año.
Gráfico 1: Evolución de la brecha entre el decil 1 y 10 de los ingresos a escala individual, período 2003 a 2016.
Dice CEPA: “En 2016, la tendencia a la baja de la brecha entre los altos y bajos ingresos se revierte bruscamente. La brecha aumenta en un año 4.5 veces adicionales, pasando de 18.7 a 23.2, siendo el aumento más intenso en todo el período (aumenta 24%)”.
Algo similar sucede cuando se analizan los datos en torno a los ingresos de los hogares (gráfico 2). Allí se observa “una fuerte reducción de la brecha entre 2003 y 2015 de 27,9 veces a 12,3 veces entre el ingreso del decil 1 y el decil 10 (una reducción del 56%, a una tasa de 3,77% anual acumulativa) y una reversión de la tendencia en 2016, que eleva la brecha entre los altos ingresos y los bajos ingresos a 13.8 (un aumento de 12%)”.
Gráfico 2: Evolución de la brecha de ingresos medios de hogares de los deciles 1 y 10, período 2003-2016.
Coeficiente Gini
Uno de los indicadores más utilizados a nivel mundial para medir las desigualdades en una sociedad es el coeficiente Gini. “El coeficiente es un número entre 0 y 1, en donde 0 representa la perfecta igualdad y 1 implica la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y el resto no tiene ningún ingreso)”.
Sobre la base de los datos del INDEC, CEPA e Indep señalan que si tomamos los ingresos medios a escala individual y los ingresos por hogar, el coeficiente Gini también muestra un grave retroceso en materia de distribución del ingreso.
En el ingreso a escala individual, el coeficiente de Gini aumentó más de 0,03 en 2016, siendo así el alza más significativa en todo el período analizado. Esto representa un 8% de aumento en sólo 1 año. De esta forma, se puede afirmar que en 11 meses se echó por tierra la disminución lograda durante el período 2011-2015 (gráfico 3).
Gráfico 3: Evolución del coeficiente de GINI de ingresos medios escala individual, período 2003-2016.
La variación del coeficiente de Gini corrobora los resultados del análisis de la brecha entre los deciles 1 y 10 de los ingresos considerados y a su vez indica un muy pronunciado cambio de tendencia hacia el aumento de la desigualdad en el último año bajo análisis.”
Gráfico 4: Evolución del coeficiente de GINI de ingresos medios de hogares período 2003-2016.
Emergencia Social, ¿otro veto en camino?
En este marco, hace una semana, el Senado otorgó dictamen al proyecto de Emergencia Social de los senadores Abal Medina, Teresita Luna (ambos PJ-Fpv) y Jaime Linares (GEN). La iniciativa promueve declarar la emergencia social por un año para que durante los próximos 12 meses exista un aumento del 15% mensual de la AUH y la asignación por embarazo; así como también el comienzo de la creación de más de un millón de puestos de trabajo. El proyecto, que cuenta con el apoyo de la CGT, movimientos sociales y hasta del mismísimo Papa Francisco, tendría un costo fiscal cercano a los $9.000 millones y se financiaría con impuestos al juego y a la minería. El próximo 18 de noviembre la CGT marchará al Congreso junto a Barrios de Pie, la CTEP, la CCC y demás organizaciones sociales para exigir su sanción antes del 10 de diciembre.
Fuente. Ag. Noticias (N.V)
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