El Gobierno mantiene latente la aplicación de la suba de 3% de las retenciones que aprobó el Congreso nacional. No lo hace porque del otro lado también está latente el reclamo. La Mesa de Enlace se reunió con el presidente Alberto Fernández y acordaron una tregua que resulta muy aceptable para las bases agropecuarias que hicieron un tractorazo la semana pasada en Río Cuarto y preparan uno nuevo para mañana en la provincia de Buenos Aires.
Los ruralistas se quejan de la presión impositiva sobre el sector y piden que sea la política la que ajuste. “Todos estos aumentos hace que la gente esté muy enojada y busque maneras de expresarse; las concentraciones del campo van a seguir, porque las perspectivas a futuro con esta presión impositiva son muy malas”, aseguró el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pelegrina, en diálogo con radio Mitre.
En tanto, el consultor y ex funcionario del Ministerio de Agroindustria Néstor Roulet realizó un trabajo que señala que el aporte del campo a través del pago de los derechos de exportación implica ingresos para el Estado nacional suficientes como para alimentar a 66 millones de habitantes, un 50% más que la población actual del país.
Dado que los impuestos tienen varios destinos y que el dinero es fungible, el trabajo del ex vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) calcula los kilocalorías que produce la Argentina y, en base a la energía básica que necesita una persona, establece «la cantidad de habitantes que se pueden alimentar con dicha producción”.
A partir de esto tomó como ración básica de alimentación la medida del Programa mundial de Alimentos de 2.100 Kilocalorías diarias por persona, que equivaldría a 766.500 Kilocalorías anuales.
Roulet consideró la cantidad de alimentos producidas en 2019 en el país, tanto los consumidos directamente y los utilizados como parte de una dieta para animales (en el mercado interno y externo) calculados mediante una conversión a carne para luego ser consumidos como alimentos terminados y, de esa manera, alcanzar un número de kilocalorías producidas.
Así, obtuvo la cantidad de carne, leche, verduras, frutas, huevo, maní, yerba, aceite, azúcar, trigo, maíz, soja y girasol, entre otros productos, para concluir que durante el 2019 la Argentina agraria produjo “alimentos para 419 millones de personas considerando la necesidad básica de 766.500 Kilocalorías anuales por persona, o 2.100 diarias”.
«Lo que debemos manifestar que en el campo ya pagamos los impuestos ordinarios (Ganancias, Bienes Personales, al cheque, Ingresos Brutos, Rentas Provinciales) como cualquier ciudadano argentino. Pero desde hace 18 años también pagamos un impuesto extraordinario sobre las ventas al exterior (Derecho a las Exportaciones) conocido habitualmente como Retenciones. Si calculamos lo que va aportar el sector en el 2020 (Suponiendo un rendimiento similar al año 2019) por retenciones con el actual esquema (sin tener en cuenta el aumento de la Ley de Emergencia Económica), podríamos alimentar a 66 millones de personas”, detalló.
El trabajo explica que se llega a esta conclusión alimentaria de las retenciones por la cantidad de kilocalorías que se queda el Estado a través del mencionado tributo. Según los números de Roulet, el Estado se queda con 2.142.720.000 kilocalorías de carne (retenciones de 9%), otras 3.834.162.000.000 de trigo (retenciones de 12%) , otras 5.856.312.000.000 de maíz (también paga 12%) y, en el caso del girasol, por el que paga retenciones de 12%, suma otras 912.758.400.000 kilocalorías. En total, son 50.745.117.120.000, que dividido por las 766.500 kilocalorías anuales por persona, implica que se podría alimentar por un año a 66.203.385 personas. Cabe recordar que en el censo nacional de población del 2010 en la Argentina había unas 40 millones de personas y que la tasa de crecimiento vegetativo de la población es del 1% anual.
“En el país se producen alimentos para 419 millones de personas; con el aporte que hace el campo en “Retenciones” agropecuarias se podrían alimentar 66 millones de personas. Este resultado nos indica que la producción agropecuaria aporta las herramientas necesarias a la política para que no haya hambre en el país. El campo cumple la obligación social, moral y humanitaria de producir alimentos… .¿y la política?”, concluyó el ex Secretario de Agregado de Valor del Ministerio de Agricultura del gobierno de Cambiemos.
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