Se sancionaron solamente 69 normas en todo el período legislativo. Se realizaron 20 sesiones en Diputados. El año que viene se espera todavía menos actividad por la campaña electoral.
Con explicaciones diferentes, la mayor parte de los referentes políticos en el Congreso de la Nación acuerdan con que el desempeño legislativo en 2010 no fue bueno, que el número de normas aprobadas es bajo y que las leyes sancionadas con respecto a años anteriores está lejos de acercase al promedio.
Posturas
Entre acusaciones cruzadas por el uso del quórum y la mayoría parlamentaria, el propio titular de la bancada oficialista en diputados, Agustín Rossi dijo que el balance fue «negativo», mismo término que utilizó el titular del radicalismo y senador por Mendoza, Ernesto Sanz.
Para otros referentes de la oposición del Grupo A, como Federico Pinedo (PRO) o Patricia Bullrich (Coalición Cívica), en cambio, el resultado del año legislativo es muy positivo.
En tanto, para la centroizquierda, el balance tampoco arroja buenos resultados: «El 2010 estuvo muy cruzado por la minoría del oficialismo y la mayoría de la oposición», resumió el legislador de Nuevo Encuentro, Ariel Basteiro.
Por otra parte, la gran mayoría de los diputados y senadores anticiparon que el próximo año electoral habrá menos actividad en el Congreso por las presidenciales y por los distritos que adelantaron los comicios.
«En los años electorales no hay mucha actividad parlamentaria», admitió Basteiro en diálogo con Notio.
Números de 2010
Según la información publicada por la Dirección de Información Parlamentaria del cuerpo, se aprobaron 69 leyes, 37 provenientes del Poder Ejecutivo, 21 originadas en la Cámara de Diputados y 11 que se iniciaron en el Senado. Desde 1983, el promedio de normas sancionadas asciende a por lo menos cien. De hecho, durante el período de sesiones pasado se aprobaron 111 leyes.
Por otra parte, desde el 1º de marzo (inicio del año legislativo 2010), la cantidad de sesiones llegó a 20 en la Cámara de Diputados. En tanto, el Senado extenderá la labor durante las sesiones extraordinarias convocadas por el Poder Ejecutivo.
Luego de la renovación de los integrantes de ambas cámaras el año pasado, el oficialismo perdió algo de terreno pero la atomización de la oposición no reflejó la victoria antikirchnerista en los comicios legislativos de mitad de mandato.
Así las cosas, los bloques opositores no lograron homogeneizar propuestas y el denominado «Grupo A» entró en un proceso de diferencias internas que muchas veces repercutieron en el recinto.
Por otra parte, la centroizquierda en la Cámara baja también se dividió entre quienes se acercaron más al kirchnerismo y los que se mantuvieron al margen como una tercera alternativa. En el Senado, la distribución de fuerzas es mucho más equilibrada entre el oficialismo y la oposición, por lo que durante 2011 se repitió el desempate del vicepresidente Julio Cobos en una ley clave: la de la aplicación del 82 por ciento móvil a los haberes jubilatorios, que luego fue vetada por Cristina Fenández de Kirchner.
Bancas vacías
Más allá de la baja performance en cuanto a la aprobación de leyes, el ausentismo de los legisladores también afectó el funcionamiento de la Cámara de Diputados.
Según los números de la Dirección de Coordinación de Labor Parlamentaria del cuerpo, el ausentismo durante las 20 sesiones del año alcanzó el 5,29 por ciento.
Ninguna de las reuniones en el recinto tuvo asistencia perfecta. La sesión del 26 de mayo registró las máximas ausencias, con 41 diputados que no se sentaron en sus bancas, 16 se encontraban con licencia y 2 en misión oficial fuera del país. Por el contrario, la sesión del 8 de septiembre solamente registró 8 ausencias.
El incumplimiento del presentismo no conoce diferencias entre las bancadas del oficialismo y la oposición.
El legislador que en menos ocasiones asistió al recinto fue el oficialista Octavio Argüello, dirigente que proviene del gremio de los recolectores de residuos y que es muy afín al titular de la Confederación General del Trabajo (CGT), Hugo Moyano. De 20 sesiones, solamente estuvo en 7.
Normas bisagra
Los principales referentes del Congreso nacional acuerdan en que el período 2010 no fue del todo fructífero desde el número final de leyes sancionadas. Proyectos que modifican la vida institucional como la aprobación de matrimonio entre personas del mismo sexo se mezclan con las iniciativas que declaran de interés legislativo festividades provinciales o nacionales, como la del salame casero, que se realiza en Córdoba.
Entre las normas de fondo se cuentan -además de la de matrimonio igualitario- la ley que protege a los glaciares (que ya había sido vetada por el Poder Ejecutivo), la que da un nuevo marco a la seguridad bancaria contra las salideras, la regulación de las empresas de medicina prepaga (que estuvo a punto de perder estado parlamentario) y la del 82 por ciento móvil, aunque también fue vetada por el Ejecutivo en medio de una gran polémica y acusaciones mutuas entre oficialismo y oposición.
Los períodos anteriores, en cambio, estuvieron signados por los arduos debates parlamentarios: la reestatización de Aerolíneas Argentinas y de las AFJP, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, etcétera.
En tanto, durante este año quedaron temas sensibles pendientes de discusión: trata de personas, distribución de las ganancias de las empresas, una nueva ley de transplantes, hasta el comienzo del debate por la despenalización del aborto.
El Presupuesto 2011 merece un párrafo aparte: tironeos entre el arco k y el opositor Grupo A y denuncias de compra de voluntades para cambiar el voto (que luego terminaron en nada) dejaron al Ejecutivo (que tampoco aceptaba cambios en el proyecto) sin la «ley de leyes». El comienzo de 2011 espera la discusión.
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