La oposición ahora se unió en el rechazo a la reforma del Código Penal. La UCR, Pro y la coalición UNEN se sumaron ayer al massismo, que fue el primero en cuestionar el anteproyecto impulsado por la Casa Rosada; todos piden «más tiempo» para debatir la iniciativa
Las después de las primeras críticas provenientes del massismo, la oposición unificó posiciones internas y salió, aunque por separado, a rechazar el anteproyecto de reforma al Código Penal impulsado por el kirchnerismo.
Con matices, la UCR, Pro y la coalición porteña UNEN que integran Elisa Carrió y Fernando Solanas coincidieron en que «éste no es el momento» para modificaciones de fondo en el Código Penal, y pidieron al Gobierno que aplace el envío del proyecto al Congreso.
Las críticas coincidieron también en algunos puntos del proyecto, llevado adelante por una comisión encabezada por el juez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni y de la que participaron dirigentes de la oposición como Ricardo Gil Lavedra (UCR) y Federico Pinedo (Pro).
Las «facilidades» para los reincidentes de los delitos (muchos de los cuales serían despenalizados); menores penas para casos de narcotráfico, trata de personas u homicidio mientras se produce un robo son los puntos básicos en los que los opositores se pusieron de acuerdo, aunque cada una de las agrupaciones prefirió dar su postura en forma individual.
Radicales, macristas y dirigentes de UNEN parecieron «correr de atrás», luego de la enorme repercusión pública que tuvieron las críticas de Sergio Massa y otros dirigentes del Frente Renovador al proyecto, que todavía no se conoció públicamente.
Una campaña a través de las redes sociales y el inminente lanzamiento de una consulta popular (Massa prometió 5 millones de votos contra la reforma) convencieron al resto de la oposición, que dejó de lado sus disidencias y se encolumnó en una postura de rechazo.
Luego de días de divergencias internas, el titular del Comité Nacional de la UCR, Ernesto Sanz, le pidió al Gobierno «que no envíe el proyecto de reforma del Código Penal» al Congreso. El senador mendocino afirmó que éste «no es el momento para discutirlo» y que la participación de Gil Lavedra en la comisión redactora se dio «como jurista» y no como político. «Hay que tener cuidado con los oportunistas y demagogos que después lo pueden ser también con otros temas», había dicho Sanz al mediodía, en un almuerzo con el grupo radical Progreso.
FRACTURA SOCIAL
Con parecidos argumentos, Mauricio Macri dijo que el proyecto oficialista «favorecía aún más la fractura de la sociedad», y pidió no hacer «populismo ni demagogia con el proyecto». Al igual que Massa, Macri habló de la existencia de «cárceles con puertas giratorias», y opinó que el debate del proyecto de reforma al Código Penal podría demorarse «dos años más» para que sea «de todos, no de una parte».
Al igual que en la UCR, la participación de Pinedo en la comisión redactora causó incomodidad interna. Macri dijo que Pinedo, sentado a su lado duramente la conferencia de prensa de Pro, «planteó objeciones» al proyecto y que no lo votaría en el caso de llegar a la Cámara baja.
Al igual que la UCR y Pro, que hablaron de «oportunismo» para denostar a Massa, la CC-ARI, que encabeza Elisa Carrió, también fustigó al ex intendente de Tigre y diputado nacional del FR.
«Es tan irracional la reforma propuesta del Código Penal como lo es el llamado a consulta popular para un asunto de tanta complejidad», apuntaron los legisladores de la CC-ARI, quienes agregaron que «los que piden consulta popular deberían contemplarlo a la hora de sumar dirigentes a sus filas», dijeron los diputados, en referencia irónica a la incorporación del intendente de Merlo Raúl Othacehé a las filas de Massa. Fernando Solanas, socio de Carrió en la Capital, dijo que la eventual reforma «no puede ser realizada a tambor batiente y sin un amplio debate nacional sobre la totalidad del problema».
No sólo la oposición criticó el anteproyecto encabezado por Zaffaroni. El presidente de la Comisión Episcopal de la Pastoral Social, monseñor Jorge Lozano, reclamó un «debate más amplio» antes de avanzar con los cambios en el Código Penal. «Tiene que haber una mayor participación de las distintas organizaciones sociales y diversos credos para enriquecer la propuesta», agregó el obispo de Gualeguaychú.
¿Qué hará el Gobierno? Fuentes del oficialismo reconocen, por lo bajo, que con la repercusión negativa que siguió a la difusión de algunos puntos del proyecto «será difícil avanzar» con el trámite legislativo. Y que dentro de las posibilidades está la de frenar el envío del proyecto hasta que los tiempos políticos sean más favorables..
Fuente: La Nación
Comentar post