Hace varios años se ha instalado la idea de que existe una deliberada política oficial para perjudicar el desarrollo de las empresas privadas.
Análisis sobre la intervención nociva de ministros y secretarios en el funcionamiento de la economía se reiteran con fervor militante.
Economistas del establishment insisten con apelaciones a la ausencia de un amigable clima de negocio. Dirigentes de cámaras empresarias advierten sobre lo que consideran inseguridad jurídica que aleja inversiones. Todas esas observaciones críticas describen un escenario negativo para el mundo empresario, que derivan en lamentos sobre la dificultad que enfrenta el sector privado para expandir sus potencialidades de crecimiento. En un momento se llegó a especular que esa reacción estaba motivada en resistencias políticas o prejuicios ideológicos. En otra instancia, en presiones sectoriales para obtener algún tipo de beneficio impositivo o facilidades de financiamiento. Cumplidos ocho años de administración kirchnerista todavía sigue siendo notable la persistencia de esas voces de alerta sobre los riesgos de una profundización de lo que, en términos negativos, denominan «populismo». Lo sorprendente de esos cotidianos reparos ya sean políticos, ideológicos o interesados es que se exponen al tiempo que se difunden balances empresarios que contabilizan ganancias fabulosas. Esta peculiar contradicción entre una verba inflamada y resultados económicos extraordinarios no es explicada por los tradicionales voceros del poder económico, ni tampoco por empresarios mediáticos o dirigentes de cámaras sectoriales siempre preocupados por fantasmas que sólo ellos distinguen. Tanta incomodidad con el «populismo» desafía el sentido común cuando se observan las conclusiones de un detallado estudio sobre los balances de las empresas.
Ese trabajo minucioso acerca de los ejercicios contables de grandes compañías que cotizan en Bolsa, representativas de casi todos los sectores de actividad, describe ese favorable período económico. El Instituto Argentino de Mercado de Capitales, dependiente de la Bolsa de Comercio, realiza habituales informes sobre los balances trimestrales y anuales de las cotizantes. El último está dedicado a los primeros tres meses de 2001. Las principales definiciones de esa investigación refieren a que considerando un total de 83 empresas cotizantes, los resultados acumulados al primer trimestre de 2011 registraron un saldo neto positivo de 7346 millones de pesos. Esto implicó un aumento nominal del 41,3 por ciento respecto de las ganancias acumuladas en el mismo trimestre de 2010. Medidas en dólares, fueron positivas por el equivalente de 1811 millones, con un incremento interanual del 35,2 por ciento. Se trata de una utilidad impactante en divisas, teniendo en cuenta la obsesión existente con el billete verde por parte de inversores y empresarios.
Ese resultado neto trimestral surge de balances con ganancias por 7590 millones de pesos y apenas pérdidas por 244 millones, siendo el monto de las utilidades el más alto en términos nominales desde 2003. Del total de las 83 compañías relevadas, 59 mostraron ganancias y 24 pérdidas, lo que exhibe, además, que las firmas que contabilizaron quebrantos fueron por montos reducidos. Con información para 24 de los 25 sectores de la clasificación del instituto bursátil, se observa que 21 mostraron ganancias y 3 pérdidas (distribución de gas, energía eléctrica y transporte de pasajeros y peajes).
Si el saldo neto total al primer trimestre de este año se mide a precios del mismo período de 2004 para efectuar una comparación en términos reales, surge que el resultado positivo aumentó 16 por ciento respecto del mismo período de 2010. Los investigadores del Instituto eligieron como base el primer trimestre de 2004 porque lo consideran con el nivel de precios más estable de la serie, luego de superadas las turbulencias provocadas por la megadevaluación. Para el ajuste por inflación consideraron la variación anual del IPC elaborado por el Indec hasta el 2006 y para los años posteriores, la variación anual del IPC elaborado por la Dirección de Estadísticas de la Provincia de San Luis. Con estos valores se deflactaron las cifras anuales para reexpresarlas a precios del primer trimestre de 2004, resultado que puede suponerse un poco más alto que ese 16 por ciento, porque el IPC San Luis tiene un sesgo exagerado opuesto al IPC Indec, reuniendo ambos indicadores debilidades de representatividad. En valores absolutos, la ganancia agregada corregida por inflación (IPC San Luis) superó los valores de los años 2009 y 2010, aunque no así los de 2005 a 2008.
El principal aumento anual de los resultados por sector fue el de Industria de Petróleo y Gas (41 por ciento anual), que explicó el 32 por ciento del alza total de las ganancias. En segundo lugar se ubicó Industria Metalúrgica y Siderúrgica, con una mejora anual del 79 por ciento en sus utilidades, acumulando el 24 por ciento del aumento total. En tercer lugar se ubicó Bancos, con el 22 por ciento del incremento anual de las ganancias globales, al registrar una suba en sus balances del 48 por ciento.
Un indicador relevante para evaluar la magnitud de las ganancias para las empresas es el «Retorno sobre el Patrimonio» (return on equity –ROE–, en inglés). Entre más alto el valor de ese indicador, mayor es el ingreso generado por un cierto nivel de patrimonio. Especialistas en temas contables explican que el ROE es una medida del rendimiento obtenido por capitales propios (el patrimonio), generalmente con independencia de la distribución del resultado y por ese motivo la consideran una medida de rentabilidad más cercana a los accionistas que la económica, y de ahí que teóricamente, y según la opinión más extendida entre esos expertos, sea el indicador de rentabilidad que los directivos buscan maximizar en interés de los propietarios. En promedio para el total de sectores en el primer trimestre de 2011 fue de 6,7 por ciento, superando el 5,5 por ciento de igual período del año anterior. Con excepción del año 2008, ese ROE promedio fue el más alto desde el 2003. Hubo catorce sectores que aumentaron su ROE promedio respecto de 2010 mientras que diez lo redujeron. El mayor ROE correspondió a Manufacturas de Origen Agropecuario con el 14,6 por ciento, mientras que el menor fue el de Distribución de Energía Eléctrica con el 0,1 por ciento.
En el siguiente cuadro se expone el resultado del primer trimestre de este año de 18 empresas líderes relevadas por el Instituto Argentino de Mercado de Capitales, que contabilizan en conjunto utilidades por 6854 millones de pesos al concentrar el 90,3 por ciento del total:
1º trim. 2011, millones pesos
Empresa Utilidad
YPF 1774
Petrobras 653
Telecom 628
Siderar 610
Aluar 565
Bco. Santander Río 371
Nortel Inversora 345
Bco. Macro 258
Bco. Galicia 235
IRSA 228
Bco. Francés 223
Ledesma 195
Grupo Clarín 152
Cresud 142
Bco.Patagonia 121
Imp. Exp. Patagonia 108
Molinos 94
Esas compañías son representativas de nueve sectores dinámicos de la economía. Si se observan esos balances y la evolución que tuvieron desde 2003, los empresarios deberían ser los promotores más entusiastas de las políticas populistas que tanto maldicen.
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