Recomiendan a Cristina evitar largos actos por su “condición cardiovascular”. En su retorno a la actividad, la Presidenta deberá “exponerse brevemente, evitar tiempos prolongados de pie y sofocamientos”, según le confió uno de sus médios de Capital Federal
El último parte de la Fundación Favaloro decía que Cristina Kirchner estaba en condiciones de volver este lunes a sus actividades formales, que presentaba ausencia de arritmia significativa y una buena condición cardiovascular.
Sin embargo, una fuente médica del entorno presidencial advirtió a que la Presidenta no podrá volver a los actos públicos, al menos por un tiempo, precisamente por su condición cardíaca y su tendencia a la baja presión, que derivan a veces en lipotimias.
Un doctor, que vio a la jefa de Estado en estas semanas, confió a este diario que a Cristina “se le recomendó breve exposición, para evitar tiempos prolongados de pie y sofocamientos, ya que son contraproducentes con su condición cardiovascular y su tendencia a la baja presión”. Eso contradice el parte mencionado, que habla de una “buena condición cardiovascular”.
A la jefa de Estado le pronosticaron –a través de una prueba Holter de 48 horas– un bloqueo intermitente de la rama izquierda (arritmia) del corazón que, en teoría, no debería obstaculizarle su regreso a la gestión. Es por eso que se le dio el alta.
Pero en el entorno médico de la Presidenta dijeron que la exposición en público es “contraproducente” con su condición cardíaca. Eso llama la atención. ¿Podría haber algo más que no se está haciendo público sobre la salud de Cristina Kirchner y su corazón?
En ese mismo parte que se difundió hace una semana se adelantaba que el 9 de diciembre se le hará una prueba de movimiento oscilatorio corporal, conocida como “Til Test”. Se trata de un estudio que analiza los cambios que se producen en la presión arterial y la frecuencia cardíaca durante la posición de pie prolongada.
Se indica, fundamentalmente, para el estudio de pacientes con desmayos (síncope) y otras alteraciones del sistema nervioso autónomo. La Presidenta tiene hipotensión.
Para realizar este procedimiento el paciente debe concurrir con tres horas de ayuno. En la prueba, Cristina tendrá que permanecer quieta entre treinta y cuarenta minutos en una camilla en la que primero estará acostada y luego se inclinará a un ángulo de setenta grados, con la cabeza hacia arriba, donde le monitorearán el ritmo cardíaco y la presión arterial.
En contraposición con lo que dijo a PERFIL el médico que vio a la Presidenta, un especialista indicó que la recomendación de no estar de pie durante largos períodos “no tiene relación con el bloqueo intermitente de la rama izquierda. Sí, con la baja presión. Si está mucho tiempo parada puede, en una persona predispuesta, ocasionar una caída de la presión arterial y llegar al síncope o desmayo”.
Para esa misma fuente, el “Til Test” no agrega mucha información. “Si uno tiene la evidencia clínica del síndrome vasovagal (hipotensión), el ‘Til Test’ sólo lo confirmaría. No agrega información sobre el funcionamiento cardíaco”.
El tratamiento para el síndrome vasovagal consiste en la reposición adecuada de líquidos, reposición de sal, caminatas, y algo que se llama “entrenamiento ortostático”, que consiste en estar preferiblemente dos veces por día en posición vertical con las piernas relajadas y apoyado contra una pared sin mover las piernas, para que el organismo se acostumbre a la posición vertical.
Fuentes del Gobierno dijeron a PERFIL que, por lo pronto, los actos públicos seguirán siendo encabezados por el vicepresidente, Amado Boudou. Además, la Presidenta debe evitar el estrés, algo complicado por la posición que ocupa. Pero se especula con que atenderá los asuntos de su administración en un despacho que acondicionó especialmente en la Quinta de Olivos.
De hecho, hace semanas que, aún estando en reposo, CFK está monitoreando los principales problemas que enfrenta su Gobierno y que recibe a Boudou y a varios ministros. En el gabinete aguardan con expectativas el regreso de Cristina, porque su ausencia genera conflictos internos que nadie sabe cómo resolver.
Recién ahora, que está enterada de los principales asuntos, baja línea del rumbo que debe adoptar el gabinete.
Fuente: Perfil
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