“Un descontrol policial para cazar mujeres”. El colectivo NiUnaMenos, el CELS y otras organizaciones denunciaron el accionar policial tras la marcha de mujeres en la Plaza.
co antes de la medianoche del miércoles, más de dos horas después de finalizada la multitudinaria marcha del 8M contra la violencia de género, veinte personas (16 mujeres, una de ellas menor de 18 años, y cuatro varones), fueron violentamente detenidas por policías uniformados pero sin identificación y hombres de civil, a dos cuadras de la Plaza de Mayo que a esa hora estaba completamente vacía.
Ayer, durante una conferencia de prensa en la sede del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), un panel conformado por las organizadoras de la marcha, la ong anfitriona, legisladoras y funcionarias de la Defensoría de la Ciudad, denunciaron que se trató de un “hecho gravísimo”, una “cacería de mujeres”, que hubo una “decisión política programada para dejar hacer a la represión policial”, y que se buscó “generar miedo para aleccionar y disciplinar al movimiento de mujeres”, “desarticular la protesta”.
En el panel, además, Laura Arnes y Natalia Milduberger, dos de las mujeres violentadas, con la voz entrecortada, ofrecieron sus testimonios a los medios (ver aparte: «Testimonio de dos detenidas»).
Las detenciones ocurrieron a unas cuadras de la Plaza de Mayo, más de dos horas después de finalizada la marcha y fueron realizadas por policías de civil que se encontraban detrás de las vallas policiales que cerraban el acceso a la Catedral y por policías de uniforme pero sin identificación, que actuaron en grupo y sin previo aviso arrojándose sobre mujeres desprevenidas y aisladas.
Un grupo de mujeres fue detenido cuando salían de una pizzería y se dirigían a sus casas. Una periodista colaboradora del suplemento Soy de este diario (Laura Arnes) fue detenida cuando salía de la pizzería, y la fotógrafa (Jose Nicolini) colaboradora de Las 12, cuando intentaba tomar imágenes de la violenta detención, aunque logró zafar inexplicablemente.
Algunas, fueron sumadas a la cacería cuando intentaban sacar fotos con sus celulares. Varias de las detenciones, de todas maneras, se viralizaron porque fueron enviadas de inmediato, antes de que los mismos policías las arrojaran al piso o requisaran los teléfonos.
En uno de los videos se ve cómo cuatro uniformados se lanzan sorpresivamente sobre una mujer que camina sola por Avenida de Mayo, la arrojan al asfalto violentamente y se le echan encima.
“Después de la histórica y multitudinaria marcha que se realizó con toda calma y notable éxito, se buscó disciplinar al movimiento de mujeres –dijo la periodista Mariana Carbajal, integrante de la Comisión Directiva del Cels y del Colectivo NiUnaMenos, que encabezó la conferencia de prensa–. Lo que quieren es generar temor a otras que intentan acercarse a las protestas. Y lo cumplieron desarrollando una cacería de mujeres”.
María Rachid, a cargo del Instituto Contra la Discriminación de la Defensoría porteña, integrante del panel que anunció las denuncias por la violencia policial, relató que asistió a las detenidas después de enterarse por mensajes a su celular y por las redes sociales sobre la acción policial. “Fuimos primero a la comisaría 1ª. Las entrevistamos a todas.
En ese lugar había ocho. Nos encontramos con que las chicas que estaban detenidas no tenían ni idea de por qué las habían detenido, cuál era la acusación. En la comisaría 30 tenían a siete mujeres y dos varones. En la 4ª tenían a dos varones. Además había una menor de 18 que fue llevada a un instituto”.
Por haber una menor intervino Alejandro Cilleruelo, del juzgado 4 de Menores, quien arrastró el resto de las causas abiertas. Al mismo tiempo, ante la ausencia total de información por parte de la policía, y la ausencia de funcionarios judiciales que dieran una voz de ordenamiento legal, la abogada Laura Sánchez presentó un habeas corpus ante la jueza de Instrucción 16, Laura Bruniard.
La respuesta de Bruniard retrocedió cuatro décadas: “No puedo intervenir porque ya interviene otro juez (Cilleruelo, cuya mayor intervención fue su ausencia y la orden que dio a la policía para que realizaran el procedimiento de rigor y después, cuando la policía considerara completado el procedimiento, liberaran a las detenidas)”.
“Además, hubo cuatro chicas heridas internadas en el Hospital Argerich –completó Rachid–. A las chicas de la comisaría 1ª después las llevaron a la Alcaidía de la Comuna 4. En la 1ª fuimos pidiendo que las bajaran del celular para que el médico policial las revisara y así completar el procedimiento, pero cuando las trasladaron a la otra comisaría de nuevo las hicieron revisar.
El argumento fue que no se podían comunicar por teléfono con la 1ª y habían recibido un mail en el que les decían que colaboraran con el procedimiento de rigor, y entonces decidieron que tenían que hacer todo de nuevo. Y de vuelta entonces hubo que esperar al médico y de nuevo esperar que las revisara de a una.”
Rachid sostuvo que presentará un pedido de informes al ministro de Seguridad de la Ciudad, Martín Ocampo. “Nos preocupa que no haya habido ningún resorte administrativo, ni judicial, que permitiera a las detenidas ser liberadas y finalmente las tuvieron entre 9 y 10 horas presas”.
Por el CELS, Paula Litvachky, directora del Area de Justicia y Seguridad, se trató de “una razzia, policías de civil sin identificación, se produjeron detenciones al voleo, se llama razzia, y en un postmarcha se la puede llamar cacería.”
Litvachky remarcó la “enorme preocupación por el endurecimiento de la represión al derecho a la protesta. Nosotros habíamos cuestionado la puesta en funcionamiento del protocolo policial que habilitaba a las detenciones indiscriminadas, esto que pasó después de la marcha”.
En el panel remarcaron la necesidad de que todos aquellos que hayan sido testigos de la violencia policial o que hayan sufrido en forma directa, se comunicaran con la Procuvin y la UFEM, los dos organismos de la Procuración que iniciaron una investigación sobre la violencia policial y violencia de género (se reciben consultas a 5143-0803, y se reciben denuncias en 4371-3407/2658/6218).
Litvachky enumeró una lista de ilegalidades que marcaron la violenta actuación policial:
la actuación sin placas identificatorias, ni en el operativo ni en las comisarías.
la distancia de más de entre dos horas y dos horas y media del momento en que supuestamente las detenidas participaron de supuestos daños contra la Catedral. Las detenciones ocurrieron cuando la plaza ya estaba completamente vacía y en la misma Avenida de Mayo, donde se produjo la razzia policial, no había prácticamente nadie en la calle.
la distancia geográfica, al menos dos cuadras del lugar del supuesto daño contra la Catedral.
la inusitada e innecesaria violencia policial.
la inexistencia de un delito en flagrancia que justifique la detención inmediata.
al mismo tiempo, la ausencia de orden judicial para realizar las detenciones.
sin flagrancia y sin orden judicial, las detenciones fueron completamente ilegales.
la ausencia de control judicial de ningún tipo, ya que ningún funcionario judicial tomó contacto con las detenidas una vez informado por la policía sobre las detenciones. Tendría que haberse instalado en las comisarías y escuchar a las detenidas para verificar la actuación policial.
la violación a las disposiciones del caso Bulacio (que prohíbe las razzias policiales) por las que fue condenada la Argentina por la Corte Interamericana de DD.HH.
Durante la tarde, poco antes del inicio de la conferencia, las personas detenidas fueron liberadas.
La legisladora porteña del FpV Andrea Conde, dijo que “es la segunda vez en dos días que meten presas a mujeres por manifestarse. Este gobierno busca el disciplinamiento social. Tenemos un gobierno represivo, machista y violento”, sostuvo, y anunció que el FpV pediría la interpelación de Ocampo (ver aparte).
Nelly Minyersky, la histórica abogada militante feminista, también presente, sostuvo que “esta es una película que ya la vimos con Onganía, con Videla. No podemos retroceder. Hay que difundir estas denuncias. Hay sectores de la sociedad que no están enterados de lo que pasa y siguen a los medios hegemónicos que no dicen nada de esto”.
Una foto que presentó la legisladora de Izquierda Socialista Laura Marrone, muestra a una de las internadas en el Argerich, que había decidido participar por primera vez en una marcha y recibió tres heridas de bala de goma, “disparadas desde dentro de la Catedral”.
Los proyectiles no fueron tomados como prueba, y las mujeres internadas no fueron detenidas por la policía. El dato lo presentó Marrone como una “curiosa casualidad” del desinterés policial por detener a las mujeres heridas.
“Fue una provocación deliberada del Gobierno nacional –sostuvo el periodista Horacio Verbitsky, presidente del CELS, mientras informaba sobre Ignacio Monteagut, empleado del Ministerio de Seguridad nacional, el joven que inició los primeros incidentes en la Catedral –.
No fue casualidad. Estuvo preparado. Fue un guión mentiroso elaborado por el Gobierno Nacional. Se trató de un absoluto descontrol policial, programado específicamente por decisión política”.
Por la mañana, Patricia Bullrich, ministra de Seguridad de la Nación y su par porteño, Martín Ocampo, ensayaban una defensa de la actuación policial. Ocampo insistió en todo momento en que las detenciones ocurrieron lejos del lugar de los hechos (supuesto daño a la Catedral) para evitar escenas de violencia.
No se notó el esfuerzo. “A la policía no le tiene que constar si las personas detenidas fueron las que cometieron el delito –dijo Ocampo a la periodista Marina Abiuso–. Eso lo tiene que determinar la justicia”.
Fuente; Pagina 12
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