La rabia es una enfermedad de origen viral que se transmite a través de la saliva de los animales domésticos y salvajes infectados. En Argentina, los transmisores son principalmente los perros y los gatos, pero también algunos animales silvestres como los murciélagos y los zorros.
Más de 100 años después de que Luis Pasteur desarrollara la vacuna antirrábica, la rabia sigue siendo una enfermedad fatal. Expertos instan a no bajar la guardia en esta lucha.
Si bien en el país se trata de una enfermedad controlada, la rabia no tiene cura y la vacunación es la única forma de controlarla. En todo el territorio, el último caso de rabia humana ocurrió en 2008 en la provincia de Jujuy, donde un niño fue mordido por un perro y falleció por no haber recibido la vacuna luego del contacto con el animal infectado.
Más de 100 años después de que Luis Pasteur desarrollara la vacuna antirrábica, esta afección sigue siendo una enfermedad fatal. En el mundo, es responsable de 59 mil muertes al año, y el 60% de las víctimas son niños menores de 15 años.
La vacunación constituye el único tratamiento eficaz contra la rabia y permite neutralizar el virus antes de que llegue al sistema nervioso central, pues si se ha alcanzado esa etapa, la enfermedad ya es fatal.
Para evitar el contagio a humanos, es fundamental que los animales se encuentren protegidos (en el caso de Argentina, la dosis anual para perros y gatos es obligatoria).
Asimismo, la rabia humana también puede prevenirse mediante vacunación tanto para grupos de riesgo (veterinarios, trabajadores de laboratorios, entre otros) y como medida de profilaxis posterior a la exposición. El laboratorio Sanofi cuenta con ambas vacunas.
El periodo de incubación de la rabia suele ser de 1 a 3 meses, pero puede oscilar entre menos de una semana y más de un año. Las primeras manifestaciones son la fiebre, que a menudo se acompaña de dolor o parestesias (sensación inusual o inexplicada de hormigueo, picor o quemazón) en el lugar de la herida. A medida que el virus se propaga por el sistema nervioso central, se produce una inflamación progresiva del cerebro y la médula espinal que acaba produciendo la muerte.
Ag. de Noticias: Dia a Dia
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