Boudou invocó a Néstor y Cristina en su mensaje por el 9 de Julio. Fue su primer discurso tras su procesamiento, en el festejo del Día de la Independencia. El Gobierno evitó transmitirlo por la cadena nacional.
En su primera alocución pública tras el procesamiento por cohecho que dispusiera el juez Ariel Lijo, el vicepresidente Amado Boudou habló aquí de la independencia económica iniciada a partir de Néstor Kirchner en 2003 y dijo que Cristina continuaba en el mismo rumbo.
Aludió a ministros que en anteriores gobiernos iban a Washington a sacarse fotos en la alfombra roja, en aparente contraposición con lo que ocurre ahora. Se quejó de que hay gente poderosa dentro y fuera del país que no quiere una Patria libre y soberana económicamente. Habló de “los poderes concentrados, que son económicos, pero fundamentalmente son financieros y mediáticos”.
El Día de la Independencia Nacional, lejos de festejarse como una fecha patria, se convirtió ayer en un acto que tuvo al vicepresidente Amado Boudou como figura excluyente y protegida por un férreo cerco que le tendió el oficialismo.
Cánticos, carteles de distintas agrupaciones peronistas y, en especial, unos 150 representantes de La Cámpora, con grandes banderas y al son de tambores, fueron minuciosamente elegidos para resguardar la desgastada figura de Boudou.
El gobernador tucumano, José Alperovich, fue a esperar al vicepresidente al aeropuerto alrededor de las 11.20. Boudou y su comitiva fueron recibidos con aplausos cuando aparecieron en el Paseo de la Independencia, a unos 80 metros de la histórica Casa de Tucumán.
Los organizadores, con la supervisión de Alperovich, esperaban unos 50 mil militantes que serían congregados por intendentes, legisladores provinciales y políticos identificados con el Gobierno provincial.
Sin embargo, no pudieron reunir a más de 10 mil personas en la Plaza Independencia, sembrada de carteles, pasacalles y banderas.
Cansado
“Ya no me aguantan las patas, creo que me caigo. Desde las 7 de la mañana que estoy esperando para que me salude José (Alperovich) y sacarme una foto con Boudou”, confesaba a tres o cuatro mujeres de su amistad el hombre vestido de payaso.
Con el uniforme de Piñón Fijo, se sacaba fotos con niños, hijos de militantes kirchneristas que querían llevarse un recuerdo.
Mientras esto ocurría tras las vallas, en el Paseo de la Independencia, a 70 metros de la histórica Casa de Tucumán, las familias humildes provenientes de los puntos más lejanos de la provincia para formar parte del blindaje del vicepresidente asistían a las ofertas de candidatos que dirimían internas para ver quién se posicionaba mejor para las próximas elecciones.
En toda la empalizada que rodeaba a la plaza, había un pequeño afiche con la imagen desteñida de Néstor Kirchner. La única que se pudo observar en toda la jornada. “Néstor era auténtico, el hombre que besa y abraza a la gente no tiene nada que esconder”, proclamaba el payaso.
Primero fue Julián Domínguez, presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, quien con camarógrafo y fotógrafo propio besó y tomó en brazos a un niño. La frazadita que cubría al pequeño desde horas tempranas se desplegaba sobre las vallas como ropa tendida. Poco más de 10 minutos después, se repitió la escena.
El vicepresidente, que en los últimos tiempos no se anima a salir y a mostrarse en su residencial barrio de Puerto Madero, repitió el rito de Domínguez. Hasta levantó al mismo bebé para la foto. Se paseaba, sonreía y posaba para las fotos de las mujeres con celulares.
José Alperovich respondió al llamado del falso Piñón Fijo. Boudou alcanzó a decirle: “Hay que aguantar hermano”.
El payaso se dio por satisfecho y desapareció. La fiesta de la Independencia continuaría en el Teatro Mercedes Sosa.
Sin cadena
Allí fue la ceremonia principal, que era seguida desde la plaza a través de una pantalla gigante. La televisión pública no transmitió para la cadena nacional. El acto se circunscribió a escuchar los discursos de Alperovich y Boudou.
La Policía cerró las calles cuatro cuadras a la redonda del centro histórico de la ciudad. El operativo de seguridad se adelantó tres horas para evitar el ingreso de opositores y en especial de los Familiares de Víctimas de la Impunidad, que reúnen a padres que perdieron sus hijos, encabezados por Alberto
Lebbos, padre de Paulina, cuya muerte se vincula con “gente del poder”, incluyendo a uno de los hijos del propio gobernador Alperovich.
Con los muchachos de La Cámpora ocupando la planta alta, el vicepresidente respiraba y disfrutaba en una realidad virtual. El teatro estaba colmado de hinchas kirchneristas. Las entradas de favor se habían agotado. Hombres de traje y mujeres con ropas de fiesta se paraban a aplaudir.
Arriba, los chicos de La Cámpora interrumpían todo para que el vice fuera aplaudido. “Viva la Patria”, repitió Boudou con voz alzada al concluir su discurso.
En el teatro no había pobres ni humildes, estaban en la plaza peleando espacios con el falso payaso, vestido de Piñón Fijo.
La Cámpora
Tribuna. La parte alta del teatro fue ocupada por jóvenes de La Cámpora, que en todo momento interrumpían con cánticos y aplausos que, en un 80 por ciento, eran dirigidos al vicepresidente. “Atención, atención, Amado es un soldado, es un soldado de Perón” gritaban.
Sonriente. Boudou, vestido de impecable traje azul oscuro, camisa blanca y corbata celeste, no dejaba de sonreír, aplaudir y de hacer con los dedos la V (de la victoria) para responder a las alabanzas. Los muchachos de La Cámpora tampoco se olvidaron de incitar al público para que se parara y saltara. “El que no salta es de Clarín”, fue la consigna, que hacía reiterar el agradecimiento de un exultante vicepresidente.
Fuente: La Voz
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