Garrahan: más de 1000 personas repudiaron el ajuste de presupuesto PRO. La comunidad hospitalaria, vecinos y hasta gremios de otras ramas acompañaron ayer el «abrazo» simbólico al hospital. La Ciudad adeuda $ 450 millones en los últimos dos años.
Médicos, pacientes y sus familiares, vecinos del barrio y trabajadores del hospital de niños Juan Garrahan realizaron ayer un abrazo simbólico al edificio, para denunciar y dar a conocer a la población el ajuste presupuestario del gobierno de la Ciudad que pone en riesgo el pago de salarios, el abastecimiento de insumos y la culminación de obras para mejorar la atención.
Ante la lluvia copiosa de la mañana, cerca de 1200 personas (según informaron los organizadores) se ubicaron en la parte techada de la explanada que da a la calle Combate de los Pozos, donde se leyó un documento graficando la crisis que generó el millonario recorte del PRO, más de $ 450 millones en los últimos dos años. Pancartas con el mensaje «con la salud de los niños no se jode» y el hashtag «Ni un peso menos para el Garrahan» en prendedores improvisados en las solapas, poblaron el ingreso principal.
La situación es el emergente de un conflicto que se viene generando desde hace más de 15 días, cuando Tiempo reflejó el pedido de los propios directivos del hospital de normalizar los aportes presupuestarios: el Garrahan tiene dos fuentes de financiamiento, la mitad lo aporta la Nación, y la otra mitad el Ejecutivo porteño. «La ley hay que cumplirla, y la Ciudad no la está cumpliendo», contó a este diario el docto Aldo Haimovich, uno de los jefes de Terapia Intensiva.
Es que además del ajuste de $ 450 millones general de los últimos dos años, el macrismo sólo se comprometió a pagar $ 44 millones de los $ 158 millones necesarios para cubrir el aumento que los trabajadores ganaron en paritarias.
Ese menor volumen de flujos de dinero permite garantizar el salario hasta octubre, pero pone en riesgo el pago del aguinaldo y los sueldos de todo el personal hasta fin de año. «Necesitamos una respuesta urgente del PRO, queremos saber cuándo van a poner la plata que falta», detalló Adriano Jaichenco, auditor de la Ciudad de Buenos Aires.
Él, junto a Haimovich fueron los encargados de leer el documento de denuncia. Un rato después, consultados sobre las razones que esgrime el Ejecutivo conducido por Mauricio Macri para justificar los recortes, sorprendieron con la explicación. «Lo primero que nos dijeron es que acá sólo el 15% de los chicos que se atienden son de Capital, y que por eso el presupuesto debe ser menos. Pero no dicen nada de que la Ciudad se financia con el consumo y el turismo que llega de casi todo el país», aseguró Jaichenco. Tras ese apunte del auditor, un grupo de médicos agregó que «acá por lo que peleamos es porque haya equidad para los chicos, más allá de su lugar de origen y su condición económica». Escuchaban atentamente sindicatos que fueron a respaldar la lucha, como los docentes porteños de UTE, dirigentes del Partido Obrero y delegados de ATE y UPCN.
El extremo que supone semejante manifestación pública, un pedido desesperado para un hospital emblema a nivel nacional, responde al fracaso en las negociaciones que consejeros y directivos llevaron adelante la última semana con los responsables políticos del PRO. En un encuentro que se realizó en la cartera sanitaria porteña, su titular, Graciela Reybaud, reconoció ante el presidente del Consejo de Administración, Marcelo Scopinaro y su par Rubén Nieto, que el aporte de la Ciudad es insuficiente, adelantó que se intentará normalizar, pero no hubo nada concreto.
«No nos dijo de dónde va a salir la plata, y se negó a discutir el presupuesto necesario para el año próximo», contó Jaichenco. En ese contexto, Nación movió fichas y el propio ministro de Salud federal, Daniel Gollan, se apersonó en el Garrahan para recorrer las instalaciones y charlar con los médicos. El funcionario se comprometió a tender un puente con los funcionarios del PRO para encontrarle una solución al tema.
La complejidad del tema se encuadra además en semanas en las que hubo probadas evidencias de desvíos de fondos en la Ciudad para cuestiones nimias, y el mega escándalo de cesión directa de $ 23 millones desde Espacio Público a la empresa La Usina, que terminó con la renuncia a su candidatura a diputado del PRO del dueño de esa firma, el periodista Fernando Niembro. Si se observan los números de lo que no se pagó al Garrahan y los usos de esos fondos (ver aparte), el contraste es aun más visible.
En un hospital en que se realizan casi el 80% de todos los trasplantes infantiles del país, y que ha sido ejemplo en la atención médica inclusiva. La madre de uno de los tantos chicos internados, bajó junto a su hijo al abrazo, cuando vio las imágenes en vivo en televisión. «Nos atienden de maravilla acá, y venimos desde lejos», contó un padre de una nena de tres años actualmente con tratamiento ambulatorio. Otro sonreía al ver semejante convocatoria por la causa única de la salud de los chicos que se atienden en ese hospital.
Las historias detrás del ajuste muestran que, en el fondo, el problema excede a la designación presupuestaria y se sustenta en la consideración de la Capital como un ente aislado, no integrado al área metropolitana. Una política selectiva en un país con deficiencias serias en salud pública, que sólo complejiza aun más los problemas estructurales históricos de los sistemas. «
Aníbal: «No les importan los pibes»
El Jefe de Gabinete y candidato a gobernador bonaerense, Aníbal Fernández, sostuvo ayer que el Hospital Garrahan «funciona porque el Estado nacional sigue poniendo dinero y tapa los agujeros que genera el gobierno de la Ciudad», tras lo cual acusó a Mauricio Macri de «inmoral» y de no importarle «nada lo que les pasa a los pibes».
En su habitual encuentro con periodistas al ingresar a la Casa de Gobierno, el funcionario se refirió a la falta de respuesta del gobierno porteño sobre el recorte presupuestario para finalizar las obras de ampliación del nuevo Centro de Atención Integral del Paciente Oncológico, y al incumplimiento de la ley que establece que el centro de salud debe ser sostenido en partes iguales por los gobiernos nacional y municipal.
Por último, el funcionario criticó a las autoridades del Ministerio de Salud del gobierno porteño y sostuvo que es «injusto decir que el 13% son pacientes porteños y el resto tienen que ver con la provincia de Buenos Aires».
Fuente: Tiempo Argentino
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