Con pronóstico de pocos cambios
Tras las primarias, ya con escasas posibilidades de disputar la presidencia, los partidos opositores volcaron sus esfuerzos en el último tramo de la campaña electoral en tratar de fortalecer su representación parlamentaria. Aunque en el Senado, de acuerdo al resultado de las PASO, no habría variantes significativas y el kirchnerismo mantendría su condición de primera minoría y un ajustadísimo quórum propio si logra encolumnar a sus aliados más fieles y también a los esporádicos. El Frente para la Victoria retendría las 14 bancas que ponen en juego en las ocho provincias que renuevan sus representantes en la Cámara alta, y otras dos de sus aliados más cercanos. Lo mismo sucedería con las cinco que arriesga el peronismo disidente y las tres del radicalismo. Las disputas con final más incierto se darían en Misiones, donde el FpV y la UCR compiten por la banca asignada a la minoría, y en territorio bonaerense, donde –según los sondeos– el duhaldismo, la Udeso y el FAP pelean por el segundo lugar en la lista de senadores.
Las PASO ahuyentaron los fantasmas que agitaban distintos pronósticos opositores y el FpV retendría los dos senadores que arriesgaba como mayoría en las provincias de Buenos Aires, San Juan, La Rioja, Jujuy, Santa Cruz y Formosa, donde recuperaría una banca tras la deserción de la senadora Adriana Bertolozi de Bogado, que renunció al bloque oficialista y se alineó con la oposición.
También conservaría su condición de minoría y una banca por San Luis y debe dar pelea en Misiones para salir victorioso o empatado en la disputa general por el control del Senado, ya que los tres senadores salientes por esa provincia se habían encolumnado con el kirchnerismo. El oficialista Frente de la Concordia –y aliado del gobierno nacional– se alzará con los dos senadores de la mayoría, mientras que el FpV sacó apenas un haz de luz de ventaja (1000 votos con el 15,95 por ciento) a la UCR (15,71) en la disputa por la banca de la minoría.
En tanto, la UCR retendría la banca por la minoría en Santa Cruz, Jujuy y Formosa, con lo cual su bloque seguiría como segunda minoría en la Cámara alta con 18 senadores y solo lograría uno más si finalmente revierte el resultado y se queda con el segundo lugar en Misiones.
Distinto es el panorama para el cada vez más disperso abanico del Peronismo Federal. Alberto Rodríguez Saá no tendría problemas para mantener las dos bancas en San Luis y se alzaría con la minoría en San Juan, donde uno de sus hombres salió segundo, con lo que se quedaría con la banca del también peronista disidente Roberto Basualdo.
La más complicada es la senadora por Buenos Aires, Hilda «Chiche» Duhalde, que va por su reelección. Aunque la esposa del ex mandamás del PJ bonaerense salió segunda en las PASO, el retroceso de su marido en las encuestas hace peligrar su reelección donde el denarvaísta Pepe Scioli –que encabeza la boleta de Udeso– le pisa los talones y el repunte del FAP también coloca con chances de llegar al Senado a Viginia Linares. La otra banca del PJ disidente está en manos del riojano Carlos Menem, que salió segundo en las PASO de su provincia detrás del FpV y ahora hace campaña pidiendo cortar boleta a favor de la Presidenta. Aunque su voto fue decisivo cuando el entramado opositor del Grupo A se quedó con mayoría de miembros en todas las comisiones del Senado.
De mantenerse en el resultado de las PASO, el FpV conseguiría 32 senadores propios, que sumados a sus cinco más cercanos aliados –los fueguinos de Nuevo Encuentro (2), el neuquino MPN (1), la santafesina Roxana Latorre y la rionegrina María Bongiorno– alcanzaría los 37 necesarios para el quórum propio. Lo que le permitiría tras el recambio legislativo de diciembre recuperar el control del Senado y sus comisiones
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