Cuando el efectivo que está a cargo de la comisaría brilla por su ausencia, el reemplazo es el menos pensado: un preso. Sí, una mujer denunció que, al ir a realizar una exposición policial, fue recibida por una persona que se encontraba detenida por violación.
Vilma Pinilla, expresidenta de la Comuna, intentaba dejar constancia de la cantidad de dinero que se encontraba en la aldea para no tener problemas luego, pero se encontró con la comisaría cerrada. Al golpear en reiteradas ocasiones, una voz le preguntó quién era y, del otro lado de la puerta, dijeron: «Mire, el comisario no se encuentra, pero dígame qué necesita». Lo que nunca se imaginó era que, quien le hablaba, era un preso.
La mujer explicó por qué se encontraba allí, y al preguntar quién le hablaba del otro lado, se sorprendió. «Yo soy el preso, ocurre que cuando el jefe se va, me deja las llaves a mí», relató, de manera insólita.
Luego, el detenido lamó al comisario a cargo. «Dijo el jefe que le tome a la señora la declaración que él después va para allá», le dijo a Pinilla. Pero la mujer optó por no hacer ninguna exposición y le dijo al preso que volvería al otro día.
El comisario Rubén Cifuentes, jefe de la Policía de la Provincia manifestó que la situación «no es normal ni en pueblo chico ni en pueblo grande», y asumió responsabilidades. «Si hubo negligencia de los empleados policiales quienes deberían haber estado custodiando a los detenidos, administrativamente habrá responsables», explicó.
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