BAADE, la esperanza oficial
• Arranca el miércoles.
• El Gobierno espera obtener U$S 2.000 millones
Para el Gobierno, es ya la gran apuesta del blanqueo. El miércoles 17 comenzará a regir el Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Energético (BAADE), que según el Ministerio de Economía que maneja Hernán Lorenzino es, frente al CEDIN, el instrumento del régimen de exteriorización de capitales que más les conviene a las empresas y, como tal, por el que más dólares se podría obtener, al menos en el mediano plazo. No se lo reconocerá en público, pero por el BAADE se esperan ingresos por unos u$s 2.000 millones para fines de agosto.
El BAADE tendrá dos versiones: una para el público en general, la registral; y otra para inversores institucionales, la cartular. Pero además se mantendrá el Pagaré como tercera opción para ser utilizada en los estados contables de las empresas. Junto con el CEDIN, el BAADE debería ayudar a controlar el «blue», misión que en realidad tiene el primo hermano del BAADE, el CEDIN. Este título también podrá adquirirse en pesos en el mercado alternativo, que será operado además libremente por cualquier entidad financiera autorizada por la Comisión Nacional de Valores (CNV). El BAADE aportará un interés del 4% anual y podrá ser comercializado por cualquier banco en su versión registral, mientras que la colocación de la cartular será una operación exclusiva del Banco Nación.
Según fuentes del equipo de Hernán Lorenzino, esta versión de la oferta de repatriación de capitales debería ser, además, el instrumento preferido para canalizar pesos para comprar un instrumento en dólares, intentando debilitar la demanda del dólar «blue». La esperanza oficial es que en el caso de las personas jurídicas (especialmente las medianas y grandes compañías que quieran blanquear capital no registrado), opten por este título público, que se acomodaría perfectamente a los estados contables de los privados en sus dos versiones. También, interpretan en Economía, sería útil para los grandes contribuyentes nacionales que tienen grandes volúmenes de dinero para declarar y que ya manejan tenencias en deuda pública soberana de otras emisiones.
Este tipo de activos no paga Impuesto a las Ganancias, y puede ser luego vendido en un nuevo mercado secundario del BAADE que el Gobierno quiere crear lo más rápido posible luego de la sanción de la ley. Sólo por el BAADE, el Gobierno quiere obtener no menos de u$s 2.000 millones, los que servirían para cerrar el año de inversiones de YPF y avanzar en la infraestructura energética de los sectores de electricidad y gas. Puntualmente, una de las intenciones del bono es sacar del default a las empresas de servicio eléctrico (Edenor y Edesur) y apoyar el desembarco oficial sobre Metrogas. Obviamente, todo lo que se consiga por encima de esos u$s 2.000 millones ayudará aún más a paliar la situación contable de las prestadoras, por ahora, sólo privadas.
La emisión del BAADE tendrá vencimiento en 2016 y liquidará un interés semestral del 2% del capital exteriorizado. La emisión tendrá una versión registrable y una cartular o al portador, según lo que le convenga contablemente más al interesado. En la primera versión, cualquiera de los bancos y entidades financieras habilitadas para recibir los CEDIN podrá recibir los BAADE, mientras que para los inversores institucionales (sociedades y empresas) sólo el Nación estará autorizado a recibirlos. No habrá limitaciones para la comercialización de operaciones en la versión Pagaré. Con esta última opción, Economía busca una alternativa nueva para adquirir dólares de manera legal con moneda local, lo que podría ayudar a bajar la demanda sobre el «blue», al menos según la esperanza oficial.
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