Un nuevo arrepentido del caso del cuaderno de las coimas terminó de declarar este jueves en los tribunales de Comodoro Py. Se trata de Gabriel Romero, del grupo Emepa, quien admitió haber pagado por un decreto presidencial, que benefició a su compañía.
Romero declaró el martes ante el juez Carlos Stornelli. Este jueves volvió a hacerlo y el juez Claudio Bonadio homologó el acuerdo para que el empresario se convirtiera en «imputado colaborador», como ya lo han hecho otros hombres de negocios en el marco de esta causa.
De acuerdo a infobae.com, Romero admitió que hizo 2 pagos al gobierno de Cristina Fernández en el año 2010: uno un día antes que se publicara el decreto 113/2010 por el que se renegociaron las condiciones del contrato de explotación de la Hidrovía; el otro se produjo semanas después.
A partir de ese decreto el Estado le extendió en el tiempo la concesión del cobro de peajes por el río a la firma Hidrovía S.A. y le permitió ampliar la traza de la vía navegable más importante de la región. Por su parte, la empresa se comprometía a modernizar el sistema de señalización y el dragado.
Pero esto no fue lo único que confesó Romero. También explicó que era un contribuyente habitual a otro sector de la recaudación kirchnerista: dijo que coimeaba a Jaime, quien tenía la autoridad de control sobre el ferrocarril que explotaba y aún explota EMEPA.
En consonancia con lo que ya había dicho el empresario Aldo Roggio, Romero admitió haberle pagado a Jaime el cinco por ciento de los subsidios.
Pero como Jaime también tenía la supervisión de la Hidrovía, Romero también admitió haberlo sobornado por ese negocio. Le daba una suma fija anual, cercana a los 500 mil dólares, al ex secretario de Transporte.
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