A 3 días del default, Cristina busca apoyos. Participará el martes de la cumbre del Mercosur. No se sabe cómo seguirá hoy el diálogo en Nueva York.
La presidenta Cristina Fernández viajará hoy a Caracas, Venezuela, para participar de la Cumbre del Mercosur con la mirada puesta en la negociación con los holdouts, a tres días de que venza el plazo para entrar en default.
Por el viaje, el vicepresidente Amado Boudou, que está procesado por cohecho y negociaciones incompatibles en el marco de la causa Ciccone, quedará nuevamente a cargo del Poder Ejecutivo.
La jefa de Estado, que ayer se encontraba en Santa Cruz, tiene previsto regresar de Venezuela el martes a la noche, horas antes de que venza el plazo para entrar en default, en el marco del conflicto con los fondos buitre.
La mandataria buscará que la cumbre pronuncie una nueva declaración de respaldo de los presidentes de la región en el conflicto con los acreedores que no entraron en el canje de deuda, como sucedió en la reunión que mantuvo hace 15 días con los líderes del Brics.
La 46ª cumbre de mandatarios del Mercosur estaba prevista para el 17 de diciembre, pero no pudo realizarse por los problemas de salud de la Presidenta, quien fue operada de un hematoma intracraneal, y luego fue postergada en otras oportunidades por problemas de agenda y por la crisis política y social que atravesó Venezuela.
¿Comitiva o teléfono?
El país ingresó esta semana en la cuenta regresiva para lograr un acuerdo con losholdouts que evite caer en un nuevo default de la deuda pública, pero reinaba la incertidumbre sobre los pasos que dará el gobierno sobre si enviará una comitiva a Estados Unidos para seguir la negociación o si limitará el contacto a conversaciones telefónicas.
En este contexto, referentes del oficialismo y la oposición discreparon sobre la magnitud del impacto que tendrá en la economía local si el país cae en default, aunque todos coincidieron en que no será tan trágico como en la cesación de pagos de 2002, en el marco de una crisis económica y social.
El miércoles vencerá el período de gracia que tenía Argentina para evitar entrar endefault técnico, dado que no efectivizó el pago del vencimiento de intereses de la deuda a bonistas reestructurados que operó el 30 de junio porque el juez Thomas Griesa ordenó devolver al país el dinero que el gobierno había depositado para ese fin en las cuentas que el Banco de Nueva York Mellon tiene en el Banco Central.
Los dos encuentros mantenidos la semana pasada por el equipo encabezado por el secretario de Finanzas, Pablo López, con el abogado Daniel Pollack, designado por Griesa como mediador en el conflicto, fueron infructuosos, ya que el juez no repuso el stay (medida cautelar) para destrabar ese pago.
El stay que reclama el gobierno permite el pago a bonistas regulares y evita el default técnico, al dejar sin efecto momentáneamente el fallo de Griesa que ordenó abonarle a los holdouts 1.330 millones de dólares en un solo pago y en efectivo.
Por el lado oficial, el diputado Héctor Recalde relativizó las consecuencias de un eventual default al afirmar: “No va a tener consecuencias trágicas porque no estamos en el 2002, y el mercado interno va a seguir más o menos como en la actualidad”.
Cuatro economistas de larga trayectoria y diferentes concepciones políticas responden tres preguntas básicas:
¿Se podría haber evitado esta situación?
¿Cuáles son las consecuencias de un escenario de default para la economía real (sectoriales, tipo de cambio, inflación, situación fiscal)?
¿Qué debería hacer la Argentina para normalizar definitivamente su relación financiera internacional y en qué plazos podría alcanzar esa meta?
Fuente: La Voz
Comentar post