Inflación de febrero subió 3,4% y Kicillof habló de distorsiones.En el primer bimestre, el nuevo IPC nacional aumentó un 7,2%. Se destacan alimentos y medicamentos.
Gobierno difundió ayer el esperado dato de inflación de febrero, con una suba de 3,4 por ciento en el mes, un valor que fue creíble para algunos y cuestionable para otros.
De esta manera, la segunda medición del flamante Índice de Precios al Consumidor Nacional (IPCNu), no despeja las dudas sobre la credibilidad de los indicadores elaborados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Según el IPCNu, la inflación acumulada en el primer bimestre de 2014 (no se difunde la comparación interanual) fue de 7,2 por ciento. Un dato más que relevante si se considera que en los 12 meses de 2013 el aumento fue inferior al 11 por ciento.
El resultado fue presentado por el ministro de Economía, Axel Kicillof, junto a la directora del Indec, Ana María Edwin, y el director técnico del organismo, Norberto Itzcovich, quienes fueron mantenidos en su s puestos tras las críticas que recibieron desde 2007 por “manipulación” de las cifras estadísticas.
La suba de precios informada para febrero fue inferior a la de enero, que había arrojado 3,7 por ciento.
Antes de difundir el número de la inflación del segundo mes de 2014, Kicillof realizó un largo discurso en el cual trató de justificar su postura: que los valores de enero y febrero “están sujetos a distorsiones provocadas por subas de precios que en algunos casos fueron injustificadas y excesivas”.
Según el ministro, “por la variación cambiaria de enero, algunos sectores productivos y la cadena de comercialización decidieron pasar el valor del dólar a sus precios mecánicamente, decisión que desde el punto de vista económico no tiene ningún sentido”. “Ni el sector más importador puede decir que esa es la variación que tiene que aplicar”, se quejó el jefe del Palacio de Hacienda.
En este aspecto, adelantó que en la segunda quincena de febrero hubo una desaceleración y anticipó que algunos segmentos se reducirán.
El rubro que más subió fue el de atención médica y gastos para la salud: seis por ciento en enero y 12,2 en el primer bimestre. Dentro de este, los medicamentos aumentaron 12,4 por ciento sólo en febrero. Kicillof aseguró que en marzo estos precios bajarán por el acuerdo con el sector.
Los alimentos incrementaron cuatro por ciento en febrero, con un alza de siete por ciento en la carne vacuna. En dos meses, subieron 7,4 por ciento.
Opiniones diversas
La difusión decepcionó a algunos y conformó a otros. La economista Marina Dal Poggetto, del Estudio Bein, consideró que la cifra de febrero “está en línea” con su medición pero negó que haya “estabilidad de precios”. “Se sabía que la inflación de febrero iba a ser alta y estos números estaban dentro de lo esperable”, coincidió Jorge Colina, de la consultora Idesa.
Por el contrario, Eduardo Levy Yeyati, exfuncionario del Banco Central, dijo que el dato de febrero “decepcionó” y que está casi “dos puntos por debajo” del estimado por Elypsis a nivel nacional. Para Nadin Argañaraz, del Iaraf, el número está casi “un punto debajo de lo que uno esperaba” y podría abrirse “un interrogante” sobre la “credibilidad” del Indec.
El diputado Claudio Lozano (Unidad Popular) consideró que la cifra “mantiene las viejas premisas de la manipulación” y apunta a “moderar” los reclamos salariales. En tanto, el Cippes advirtió que el Indec está “nuevamente alejado de la realidad” y dijo que su índice barrial arroja un promedio de 10 por ciento en el país.
¿Y la pobreza?
Desde que salió el nuevo IPCNu, el Indec no volvió a difundir las mediciones de las canastas básica alimentaria (CBA) y total (CBT), con las cuales se miden las líneas de indigencia y pobreza.
Cuánto es. De acuerdo con estimaciones privadas, para una familia tipo, a febrero la CBA trepaba a $ 2.500 y la CBT a $ 4.400 mensuales, cifras que casi triplican a las últimas estimaciones oficiales disponibles con el anterior IPC.
No es casual. Esta falta de información no resulta casual, ya que, de “blanquear” estos valores de las canastas básicas, el Gobierno debería admitir la presencia de 1 millón de indigentes y 3 millones de pobres más que los informados por el Indec hasta el momento.
Fuente: La Voz
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