El negocio, con buenas perspectivas. Las bicis motorizan la ocupación de los locales; asientos y manubrios, entre los más vendidos
Para estar a la moda o para tener más confort, los ciclistas urbanos demandan cada vez más accesorios. ¿Qué ofrecen los locales y cómo se desarrolla el mercado en torno de esta tendencia? La bicicletería de barrio dejó de ser una foto en blanco y negro para volver a su época de gloria.
La reivindicación del uso de la bicicleta trajo aparejado un fenómeno que recién está en la punta del iceberg: los usuarios quieren estar a la moda y buscan funcionalidad. Desde timbres y manubrios hasta bolsos y canastos, todos los accesorios apuntan a cargar de estilo la bici.
Las cifras demuestran que andar en bici por la ciudad es más que una moda pasajera: en cuatro años, el uso como alternativa de transporte pasó del 0,4% de los viajes al 3%.
Según cifras de la Subsecretaría de Transporte del GCBA, a cargo de Guillermo Dietrich, las estaciones de ecobici tienen registros de picos de 6500 viajes diarios. Alrededor de este fenómeno parece crecer un mercado comercial que ofrece cientos de accesorios. Uno de los ejemplos es Dinamo Bolsos, una tienda que hace dos años cuenta con un local en Villa Urquiza de 30 m2, en el que invirtió unos $ 30.000. Además distribuyen sus productos en los locales de la Capital y el Gran Buenos Aires. «Somos ciclistas urbanos y sabíamos bien qué elementos necesitábamos para movernos en bici por la ciudad, pero ninguna marca ofrecía lo que buscábamos», comentaron Luciano Livszyc y Daniel Turner.
Algo similar sucedió con Belosophy, que empezó como proyecto de garaje, después abrió un local muy chico en la calle Seguí y en 2013 se instaló en Recoleta.
Alejandro Neston, de Muvin, contó que con su socio venían de la ingeniería y se presentaron en algunos concursos de planes de negocios, y luego de varios proyectos decidieron vincularse con este rubro. «Comenzamos con las bicicletas plegables y eléctricas; luego descubrimos los productos que son tendencia en el resto del mundo», dijo Neston. La firma -que cuenta con un local de 180 m2 cubiertos más un patio de 20 m2- debió desembolsar una inversión inicial cercana a los 100.000 pesos.
Otra propuesta es la que proponen las chicas de Hélice: «Comenzamos a hacer alforjas y canastos, y viendo la poca variedad que el mercado ofrecía decidimos ampliar la línea», expresó Tamara Rachi.
Pero como todo negocio, siempre existe un estudio de mercado que permite analizar fortalezas y debilidades antes de encarar un proyecto. Este es el caso de Monochrome Recycled Bikes, que nació en 2009: «Analizamos el mercado durante 8 meses y comprobamos que no había oferta de bicicletas urbanas de diseño y calidad, sólo se ofrecían de alta gama deportivas o playeras. También localizamos en todo el país lotes de bicicletas en desuso que se estaban utilizando como relleno de terreno. Juntando estas dos conclusiones nace nuestra firma: reciclamos los cuadros y las viejas horquillas de bicicletas antiguas, y fabricamos manubrios y asientos propios», comentó Luciana, de esta empresa.
Si bien todos coinciden en que Palermo, por ser la zona estrella del diseño, es donde se concentra la mayor cantidad de locales de este rubro, hay otros barrios como Recoleta que también son bici friendly: «Cuando decidimos instalarnos en Recoleta no había ninguna bicicletería en la zona. Nos pareció que nuestras bicicletas y accesorios iban con el perfil de la gente que vive por la zona», cuenta Estefanía, de Belosophy. Monochrome nació en 2009 en un departamento en zona norte. Tres años más tarde abrieron el Bike Shop en Gorriti al 5600, un local de 80 m2 con un sector de exhibición y venta, y con un taller donde se arman las bicis. «La inversión rondó los US$ 10.000, luego obtuvimos recursos de concursos ganados por $50.000 de Nokia Embajadores, $ 13.000 de Bid Challenge y un aporte no reembolsable del gobierno porteño a través del Programa Buenos Aires Emprende», dijo Luciana.
Las chicas de Hélice, en cambio, tienen un showroom de venta mayorista en el barrio de Colegiales y comenzaron con una inversión inicial de $ 60.000. Sin embargo, ellas también destacan a Palermo como uno de los que más concentración de locales del rubro tiene: «La cantidad de ciclovías que presenta ese barrio hace posible este fenómeno. Además esta zona se caracteriza por estar siempre a la moda», comentó Rachi. Los registros de la Subsecretaría de Transporte porteño confirman esta tendencia, ya que hasta la fecha tienen registrados 86 locales relacionados con las bicicletas y la cuarta parte de se encuentra en el barrio de Palermo.
PREFERENCIAS
Adoptada por los usuarios como un estilo de vida, la bici incorpora accesorios de moda. «La gente se acerca porque quiere accesorios para su bicicleta, para que sea más cómoda, más práctica, pero también más linda», opinó Estefanía sobre Belosophy, donde tienen un público más femenino orientado a una mujer que se anime a ir en bici por la ciudad cómoda, canchera y con sus hijos.
En los últimos tiempos se registró un aumento en la demanda de accesorios para el ciclismo urbano. Éstos son productos muy distintos a los que utilizan aquellos que usan la bici para hacer ejercicio o en forma recreativa.
«La bicicleta es un vehículo que admite muchos perfiles, existen subgrupos que se inclinan por las diferentes tendencias dentro de este variado mundo: los que son fanáticos de las plegables, los que son fanáticos de las bicicletas de piñón fijo o los modelos más retro», explicó Alejandro Leston
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