Los cinco pedidos desde los editoriales de La Nación que cumplió el Gobierno. Desde el reclamo para que represores cumplan condenas en sus casas hasta los militares en los actos patrios.
Un repaso por las medidas tomadas en los primeros seis meses.Cambiemos tomó en 8 meses de gestióndecisiones en materia de Derechos Humanosque van a contramano de las políticas sobre este tema que se tomaron en la última década.
En ese retroceso se incluyeron varias medidas que se cumplieron desde el Poder Ejecutivo al pie de la letra según los diferentes pedidos y reclamos que se fueron haciendo desde los repudiables editoriales de La Nación.
Aquí, un repaso de las exigencias del diario que fundó Bartolomé Mitre y queel macrismo oyó y obedeció.Desde que asumió Mauricio Macri como presidente ya hay 50 militares y ex policías de la última dictadura que están condenados por delitos de lesa humanidad que ya cumplen con la prisión domiciliaria en sus hogares.
Desde el matutino fue un reiterado pedido que se hizo al nuevo Gobierno desde antes de asumido. En mayo de este año, el mensaje de La Nación fue claro. «Que el Estado argentino se ponga a derecho y les conceda la prisión domiciliaria o las excarcelaciones. Es un trato no sólo acorde a su edad, sino también a la necesidad de acceder a los centros de salud para tratar sus dolencias».
El ministro de Defensa, Julio Martínez, volvió atrás una medida de Agustín Rossi, que prohibía a los condenados atenderse en el Hospital Militar tras una doble fuga.
Hoy se dio a conocer que uno de los jefes del centro de detenciones ilegal Automotores Orletti, Eduardo Cabanillas, volverá a su casa. Y la Justicia evalúa también darle la domiciliaria a Miguel Etchecolatz.
«Las severas limitaciones presupuestarias que debe enfrentar el gobierno de Mauricio Macri se contraponen con la necesidad de inversiones en un aparato militar desmantelado.
Desde 1983, en el marco de un ambiente político adverso a las Fuerzas Armadas, se practicó un desarme, sin declararlo formalmente.
La Argentina fue así un caso atípico de un país que procede de esa manera sin precaverse mediante un acuerdo de defensa o de desarme regional, o mediante un convenio de protección por otra potencia militar», afirmaba un editorial de La Nación a comienzos de julio, cuando pidió así más poder a las FF.AA.
Al comienzo de junio, el presidente Mauricio Macri anunció mayores facultades para las Fuerzas Armadas a través de un decreto publicado en el Boletín Oficial, donde le otorga a la corporación mas autonomía respecto al poder civil.
El decreto que modifica es el 436/1984, firmado por el ex presidente Raúl Alfonsín, en el que destaca que cualquier decisión del Ejército debía pasar por la órbita del Presidente de la Nación y el Ministerio de Defensa de la Nación.
En resumen, el Presidente ejerce un control civil sobre las Fuerzas Armadas y le saca facultades de las que gozaban al término de la última dictadura militar.
Por otra parte, desde el Gobierno se anunciará próximamente que los militares se hagan cargo de la seguridad interior en el país. La idea se está gestando en el ministerio de Defensa y el proyecto se presentaría en los próximos meses.
El Gobierno cumplió hasta la letra chica del pedido desde un editorial de La Nación. Allí se solicitaba que los militares ocupen un lugar importante y vuelvan a las calles en los actos patrios para el 9 de Julio, como hacía 16 años no sucedía.
El macrismo obedeció y así fue. El día del Bicentenario no sólo estuvieron militares sino que además estuvieron dos personajes polémicos: Aldo Rico y Emilio Nani.
El primero dos veces intentó hacer un golpe de Estado. El segundo, militar reconocido por reivindicar la dictadura. El Presidente al otro día los justificó y habló de reconciliación.
A fin de junio, La Nación había solicitado: «Retomar la tradición de las grandes ceremonias militares conmemorativas es coherente con los gestos gubernamentales en pos de la unidad nacional».
Desde el diario se ha destacado la labor de la Asociación Civil del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), que nuclea a familiares y amigos de militares y ex policías de la última dictadura presos o muertos. La Nación pidió desde diferentes notas y editoriales que sean recibidos por el Gobierno nuevo.
El ministro de Justicia, Germán Garavano, tuvo un encuentro que en su momento no fue notificado oficialmente pero que sí fue difundido por la organización.
«Se restringe con exclusividad a lo ocurrido luego del 24 de marzo de 1976, cercenando la historia, desapareciendo a las víctimas del terrorismo de la misma y ensalzando a quienes fueron sus agresores, justificando sus acciones delictivas y eliminando cualquier rastro de culpabilidad y responsabilidad en la tragedia que todo el pueblo argentino vivió en los años 70», afirma un editorial entre otros publicado el 9 de noviembre de 2015.
«No más venganza». El editorial repudiado por hasta los propios trabajadores del diario La Nación fue el que más rechazo generó. Porque fue publicado un día después de la victoria de Mauricio Macri en el balotaje presidencial.
Allí se da cuenta de una parte de la historia que alimenta la «Teoría de los dos demonios» de una manera poco decorosa y violenta.
«Los trágicos hechos de la década del setenta han sido tamizados por la izquierda ideológicamente comprometida con los grupos terroristas que asesinaron aquí con armas, bombas e integración celular de la que en nada se diferencian quienes provocaron el viernes 13, en París, la conmoción que sacudió al mundo.
Aquella izquierda verbosa, de verdadera configuración fascista antes y ahora, se apoderó desde comienzos del gobierno de los Kirchner del aparato propagandístico oficial», afirma La Nación. Y agrega al final: «Sujetos que han sido responsables de haber incendiado al país en los años setenta convencidos de que las armas de fuego y los explosivos, con sus secuelas de muerte y dolor».
Estos ocho meses de gestión se vieron caracterizados por un desfile de personajes de los medios y de la política que a viva voz dejaron entrever su postura sobre la «Teoría de los dos demonios» y alimentados por guiños del oficialismo.
Así fue como Darío Lopérfido negó los 30 mil desaparecidos de la dictadura. Y hasta en Tecnópolis un cartel habla de 8 mil desaparecidos con la excusa de una cita textual a la Conadep (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas).
Por Jonathan Heguier
Fuente: Ag. Noticias (Dt)
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