La fiscalía pidió 4 años de prisión para Miceli por la bolsa con dinero, en el comienzo de los alegatos, solicitó que sean de cumplimiento efectivo. La acusó de encubrir una administración fraudulenta y de sustraer el acta policial.
Fueron muchas versiones, a lo largo de estos cinco años. Se intentó minimizar el hecho hablando de un simple “descuido”. Primero le costó el puesto en el palacio de Hacienda y luego la carrera política. Y encima la Justicia no le cree.
La Fiscalía pidió ayer que la ex ministra de Economía Felisa Miceli sea condenada a 4 años de prisión y 8 de inhabilitación para ejercer cargos públicos a raíz de la bolsa con dinero encontrada en el baño de su despacho, el 5 de junio de 2007.
Durante el alegato, el fiscal Fernando Arrigo acusó a la ex ministra de encubrir una administración fraudulenta y de sustraer el acta policial . Pero no la imputó por la recepción de dádivas (dinero a cambio de favores administrativos), como había amenazado al comienzo del juicio. Además, pidió que se decomisen los 100 mil pesos , en caso de una condena.
Tal como anticipó Clarín el domingo, la Fiscalía solicitó una condena de cumplimiento efectivo menor a cinco años porque Miceli no tiene antecedentes penales y siempre estuvo a derecho.
Además, se tuvo en cuenta que no hubo perjuicio patrimonial para el Estado. Sin esos elementos, la ex funcionaria podría haber sido acusada hasta diez años de prisión. Como agravantes de su conducta, el fiscal de juicio valoró la jerarquía de Miceli al momento del hecho y su calidad de funcionaria desde 1975.
El 5 de junio de 2007, durante una inspección de rutina, dos policías hallaron un fajo de 100 mil pesos y 31.670 dólares adentro del placard que tenía el baño del despacho de Miceli, en el quinto piso de Ministerio.
La Fiscalía dio por probado que el “ladrillo” estaba termosellado y que tenía una faja con la inscripción “Lote 38057 Bco. 30”. Ese fajo fue trasladado el 21 de mayo de ese año desde el Banco Central hasta la financiera Cuenca, tal como confirmaron peritos contables, empleados de Juncadella y el tesorero de la entidad.
Para los fiscales, quedó acreditado que antes del 5 de junio, día del hallazgo en el despacho, Miceli recibió ese mismo fajo.
“No existen retiros (de Cuenca) en efectivo en ese período iguales o mayores a 100 mil pesos” , sostuvo Arrigo, dando a entender que se trató de una maniobra en negro. Lo dijo en otros términos: “Su desvío fue maquillado”.
Miceli escondió el dinero, según la Fiscalía, porque “sabía del origen espurio del mismo” . De hecho, la ex ministra no quiso utilizar la caja de seguridad que manejaban sus secretarias privadas para guardar objetos de valor.
Desde el primer día que habló en público, Miceli aseguró que el dinero era prestado y que tenía previsto mudarse porque estaba “cansada de las escaleras” en su actual casa.
En cambio, para los fiscales, la ex ministra no pudo probarlo. “ No hubo negociaciones ni boleto firmado” para comprar un inmueble, apuntó Arrigo. De hecho, una de las casas que le interesaba tenía varias escaleras, declaró la dueña de la inmobiliaria que la vendía.
Cuando estalló el escándalo, Miceli involucró a su hermano Horacio. Luego dijo que en realidad quien le prestó los 100 mil pesos era su otro hermano, José Rubén. Sea quien sea, los fiscales pidieron el decomiso de ese dinero. Los dólares, que se los habría prestado una amiga de toda la vida, finalmente quedaron afuera de la acusación.
A la ex ministra se le atribuye también el haber hecho desaparecer el acta original labrada por el personal policial de la Brigada de Explosivos de la Policía Federal.
“Su objetivo era sustraer y ocultar el acta que quedó en poder de los efectivos porque ella ya tenía una de las dos actas” , describió Arrigo durante la lectura del alegato.
El fiscal Guillermo Marijuán, quien investigó el caso desde el comienzo de la investigación, descartó que se haya “perseguido” a Miceli y cuestionó el supuesto “complot periodístico” que denunció la ex ministra hace pocos días.
“Ha llegado el momento de dejar de cargar responsabilidades en otras personas y asumir las propias”, lanzó Marijuán.
Miceli escuchó todo el alegato junto a sus abogados.
Como en el resto del juicio, tomó nota de algunas frases.
Esta vez, la acompañaron amigos y compañeros de trabajo. El martes próximo será el turno de la defensa. Y se espera que antes de Navidad se conozca la sentencia y se sepa si será la primera condenada del kirchnerismo en una causa por corrupción.
Fuente: Clarin
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