Los granos le ganaron a la inflación. Soja, maíz y trigo tuvieron durante 2012 un alza de precios superior al costo de vida. El novillo fue el único que terminó por debajo
En una economía en la que la inflación parece imbatible para cualquier rentabilidad que pretenda ganarle la pulseada, los precios de la soja, del maíz y del trigo lograron este año mojarle la oreja al aumento constante de los valores.
De acuerdo con los datos difundidos a diario por la Bolsa de Comercio de Rosario, el valor de la oleaginosa subió durante 2012 un 42,6 por ciento, muy por encima de los indicadores privados de costo de vida, que lo ubican con un alza anual del 25 por ciento.
En el mercado de la soja funcionó casi a la perfección la ley de la oferta y la demanda.
Con una producción reducida por la sequía que afectó a la pasada campaña agrícola, la presión de la industria aceitera (elaboradora de aceites y harinas) y de los exportadores (venden el grano) por la debilitada oferta se reflejó en los precios.
Con una cosecha de 40,5 millones de toneladas, el volumen disponible fue 17 por ciento inferior a la de la campaña pasado, cuando se cosecharon 49 millones de toneladas.
Sólo la industria procesadora de soja tiene capacidad en el país para procesar 56 millones de toneladas.
En ese marco y ante la necesidad de reducir esa alta capacidad ociosa, la puja de los procesadores con los exportadores hizo que los precios de la oleaginosa mostraran un ritmo alcista durante el año.
Según la Bolsa de Cereales de Rosario, los indicadores comerciales elaborados a partir de la información del Ministerio de Agricultura de la Nación revelan que apenas resta vender 1,2 millón de toneladas de la soja cosechada en la campaña 2011/12, cuando a esta misma altura del año anterior aún había casi tres millones de toneladas disponibles.
El maíz y el trigo también ganaron su batalla, a pesar del mercado intervenido por los cupos de exportación que controla el Estado nacional.
En el caso del maíz, el repunte entre la primera jornada de operaciones de 2012 y la del último viernes fue de 41 por ciento (659 contra 931 pesos por tonelada), mientras que para el trigo la ganancia fue de 63 por ciento (657 contra 1.070).
No obstante, los analistas consideran que la cotización de ambos granos podría haber sido mayor si existiera una libre competencia entre la demanda interna (molinos y productores de cerdos y pollo) y la exportación. En los últimos días de diciembre, y luego de tocar 1.200 pesos por tonelada, el cereal cerró el año en 1.070 pesos.
“De cara a las próximas semanas, no se esperan grandes cambios en la dinámica del mercado. Es difícil que en el corto plazo la exportación vuelva a realizar negocios en forma fluida, quedando el mercado sin competencia para los molinos”, pronostican desde la Bolsa de Comercio de Rosario.
Corrió detrás. El que perdió la batalla contra la inflación fue el precio del novillo. De acuerdo con los precios, la cotización del kilo vivo de novillo subió 9,9 por ciento, un reajuste que lejos estuvo de absorber el aumento de los costos de producción que tuvieron los ganaderos.
Con las exportaciones de carnes con el peor registro de los últimos ocho años y un mercado interno que no repunta en los niveles de consumo, el valor de la hacienda tuvo un comportamiento que volvió a generar preocupación en la producción ganadera.
Fuente: La Voz del interior
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