Empresarios todavía apoyan más a Macri y a Massa que a Scioli. Un “aplausómetro” reveló que los discursos de los opositores en el Consejo de las Américas fueron más festejados que el del ganador de las primarias.
El empresariado del círculo rojo, finalmente, reconoce a su hijo pródigo, el candidato del PRO, Mauricio Macri. Pero también celebra, aunque algo menos, al postulante del Frente Renovador, Sergio Massa. Los hombres de negocios le agradecen haber frenado la re-reelección de Cristina Kirchner con su triunfo en 2013, y ahora estimulan para que se sume en algún acuerdo con el jefe de gobierno porteño.
Daniel Scioli, el candidato del Frente para la Victoria, es una opción resignada: sin euforia, los ejecutivos aceptan que es el presidenciable con más chances, que puede no ser el ideal, pero que al menos garantiza la era de la fe y la buena onda en contraste de los “modos” de la Presidenta, que tanto cuestionan los ejecutivos.
Tal interpretación no surge de declaraciones de CEOs y dueños de empresas, reacios a revelar sus preferencias políticas, más allá de que apoyen económicamente a uno o varios candidatos.
En una campaña donde los postulantes dedican más tiempo a la imagen, los gestos y las apariciones televisivas, PERFIL encargó medir el “sex appeal” de Scioli, Macri y Massa según cuánto y cómo los aplaudieron en la última edición, el miércoles pasado, del Consejo de las Américas, en el Hotel Alvear.
Allí, unos 700 ejecutivos, desde Alejandro Bulgheroni, de PAE, hasta Gustavo Grobocopatel, de Los Grobo, pasando por Héctor Méndez, de la Unión Industrial Argentina, y Carlos de la Vega, de la Cámara Argentina de Comercio, escucharon, como pocas veces ocurre, a los tres más votados de las primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO) y dejaron su registro en el sonómetro que la firma ArquiSonic dispuso para comparar niveles de aceptación, como si fuera una obra de teatro, o un recital.
Macri tuvo la ovación más estruendosa, con un pico de exposición sonora de 105,6 decibeles durante el aplauso final, que se extendió por 26 segundos. A lo largo de su alocución, además, había conseguido un festejo de risas y palmas a su promesa irónica de poner “un jefe de gabinete casi mudo”, en contraste con el hiperconferencista Jorge Capitanich y el todoterreno Aníbal Fernández, quien acababa de irse del estrado.
Las vueltas de la vida hicieron que Massa, que en 2014 rechazara estar en este tradicional cónclave de negocios argentino-estadounidense, por “cuestiones de cartel”, esta vez aceptara hablar incluso en el incómodo lugar “sándwich”, por orden alfabético.
Los tiempos cambian. Entonces lideraba las encuestas. Hoy quedó tercero en las PASO. A juzgar por los aplausos, en el Alvear le fue mejor.
En el cierre de su discurso lo aplaudieron 22 segundos, a 102,6 decibeles. Así, el tigrense y el porteño se quedaron claramente con las preferencias de los hombres de negocios, que tanto soñaron, y trataron de influir, para que hubiera un acuerdo electoral, que no hubo, aunque ahora sí, tras las denuncias de fraude en Tucumán, se muestren trabajando juntos.
Al final, Scioli generó menos respaldo. Quizás ya había empezado el éxodo que condenó al ministro de Economía, Axel Kicillof, a hablarle luego a un grupo de sillas vacías.
El gobernador bonaerense, tuvo un segundo más de aplausos que Macri (27 segundos), pero con menos ruido, como un “es lo que hay” tras una mala puesta en escena de una obra de teatro: 99,8 decibeles.
Fuente: Perfil
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