Por incremento en tarifas, alimentos y servicios, la inflación anual se acerca al 40%. Economistas privados y referentes de partidos políticos opositores observan que tras los aumentos en luz, carne, alimentos, peajes y abonos de medicina prepaga la inflación de 2016 estará más cerca del 40% que del 30% que se había estimado.
El alza de los precios de casi todos los rubros de la economía empezó a generar modificaciones en los números estimados de inflación para este año. Economistas privados y referentes de partidos políticos opositores observan que tras los aumentos en luz, carne, alimentos, peajes y abonos de medicina prepaga la inflación de 2016 estará más cerca del 40% que del 30% que se había estimado. Mucho más lejos aún de la meta de entre 20 y 25% que esbozó el ministro de Economía, Alfonso Prat Gay, hace unas semanas.
Por el lado del massismo, los economistas de confianza del ex intendente de Tigre observan una suba que irá entre el 30 y el 38%. Hace unas semanas, mientras Sergio Massa recorría el Foro de Davos junto a Mauricio Macri, Aldo Pignanelli les enviaba a sus clientes un informe de la marcha de la economía. En ese trabajo, se muestra una inflación por arriba del 30%, en ese número se incluye el impacto que, según la consultora del ex BCRA, tendrá en el bolsillo el aumento de tarifas de luz que el macrismo anunció para los próximos días. El tarifazo eléctrico, que muestra subas superiores al 500% para usuarios residenciales de las distribuidoras de Capital (Edenor y Edesur) -y cuyos alcances los precisó el viernes el ministro de Energía, Juan José Aranguren-, representará para Pignanelli una caída del consumo en la segunda parte del año. El economista más peronista de Massa agregó que va a perder importancia en el PBI el consumo interno, cayendo 1 o 2 puntos hacia fines de año.
Dentro de ese mismo espacio, la consideración de la empresa que conduce Martín Redrado es bastante más catastrófica que el planteo de Pignanelli: el ex golden boy del massismo pronosticó una inflación del 38%, también con el aumento tarifaria energético en esa ecuación. En la baja en el ritmo de actividad económica coinciden casi todos: un retroceso del 1% en el 2016, en línea con la consideración al respecto del Fondo Monetario Internacional (FMI). Para Pignanelli, el tipo de cambio acompañará a la inflación. De hecho, todos los economistas reflejan en reuniones la voluntad y puesta en práctica de Macri de mini devaluaciones semanales.
Por su parte, el economista de perfil kirchnerista Agustín D’Attellis maneja números más altos, con una inflación en torno a un 40% anual. «El primer trimestre será el más alto por la inercia inflacionaria de fines de 2015, consecuencia de la eliminación de retenciones a las exportaciones y la devaluación del peso. Por otro lado, la suba de tarifas implicará un salto de 9 puntos en el cálculo del IPC anual», ponderó.
En la misma línea, Enrique Déntice, de la Unsam, explicó a Tiempo que «va a haber una inflación muy alta para el 2016, con un piso de 32% o 33%, si el efecto del desempleo funciona como disciplinador de los salarios». El economista afirmó que, en principio, «la quita de subsidios va a tener un efecto en los precios de 9 puntos. Esto va hacer que en los próximos meses, la inflación muy alta, como viene siendo en el último mes producto de la devaluación y la quita de retenciones. No obstante, ya se llegó a un tope en precios de alimentos, ahora lo más importante va a ser la parte de servicios públicos. Recién en el tercer trimestre va a empezar a aflojar».
En el sector cárnico, las alzas superan el 50% según el área que se mida y los valores de los alimentos en los supermercados se mantienen con alzas de entre el 30 y el 40%. El Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortíz, que conduce Andrés Asiaín, sumó en su último informe el impacto de la devaluación: «La política de shock devaluatorio y eliminación de retenciones ya mostró sus primeras consecuencias. La inflación en diciembre (según estadísticas del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires) cerró en 4% mensual (60% anualizada) y 5% para los alimentos (80% anualizada), valores que superan en 2,5 veces la inflación registrada en noviembre y en 3,8 veces la de los alimentos», alertaron.
En otro orden, el gobierno nacional autorizó el viernes a las empresas de medicina prepaga a subir sus precios un 9% a partir de febrero. El alza se suma a otros aumentos del año pasado, que hacen que la medicina privada acumule un 40% de suba anual. Y en estos días se dio conocer un aumento en todos los peajes, con subas del 66 por ciento.
Para Fausto Spotorno, de la consultora Orlando Ferreres y Asociados, «en el primer semestre la inflación va a estar dada por el salto de precios por los aumentos de tarifas, la devaluación y la quita de retenciones». Y agregó que «el aumento de tarifas eléctricas va a tener un impacto de 2,5 puntos, dado que por cada 200% de aumento, hay un impacto de 1 punto en la canasta total. En cambio, en el caso del gas, sería un poco más.
Con el total de todos los servicios públicos, el impacto sería de 7 puntos». En este contexto, Spotorno observa un escenario base con inflación de 33,5%. Cabe destacar que en estos números no están contabilizadas las subas de las boletas de gas natural post quita de subsidios al servicio; ni las prometidas revisiones de los subsidios al transporte público de pasajeros.
Fuente: Tiempo Argentino.
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