El juez Claudio Bonadio anticipó en una resolución que durante el gobierno kirchnerista hubo una «organización delictiva conformada por funcionarios públicos» que se «valieron de medios oficiales» para conseguir dinero en «forma ilegítima».
Para el fiscal Carlos Stornelli y el juez Claudio Bonadio, Néstor Kirchner y Cristina Fernández fueron los jefes de la asociación ilícita armada para recaudar coimas de empresarios con contratos con el Estado que quedó al descubierto con el relato de Oscar Centeno, ex chofer de Roberto Baratta, hombre de confianza de los Kirchner y Julio De Vido.
El dato surge de la acusación del fiscal que les leyeron a los empresarios y funcionarios detenidos como parte de la investigación judicial en el marco de la causa que destapó el relato del ex chofer.
Los 14 detenidos escucharon casi en simultáneo que esta asociación ilícita «desarrolló sus actividades aproximadamente entre el 2008 y noviembre de 2015» con la finalidad de «organizar un sistema de recaudación de fondos para recibir dinero ilegal con el fin de enriquecerse ilegalmente y de utilizar parte de esos fondos en la comisión de otros delitos, todo ello aprovechando su posición como funcionarios del Poder Ejecutivo”.
Según la justicia, los sobornos que obtenía Baratta y cargaba en el auto que manejaba Centeno en sus visitas a empresarios con contratos con el Gobierno era entregado alternativamente a Néstor Kirchner -o sus secretarios privados- en la Casa de Gobierno, la Quinta de Olivos o el domicilio particular de la pareja presidencial.
El texto de la acusación sostiene que la maniobra fue organizada por De Vido y Baratta, quienes se encargaban de realizar la recolección de fondos.
La imputación de 29 páginas, a la que accedió Clarín, sostiene en otro tramo que las entregas de dinero fueron en un “sinnúmero de oportunidades” lo que –según los investigadores- comprueba la “permanencia” en el tiempo de la asociación ilícita de funcionarios y empresarios.
En la parte donde se describe cómo estaba estructurada esta asociación ilícita, la acusación resalta que “los recaudadores contaron con la participación de los empresarios que pagaron” y se refiere a 35 millones de dólares.
Durante varios minutos los acusados escucharon la lectura de extractos textuales de los cuadernos de Centeno donde se mencionan entregas de dinero. «El sistema estribaba básicamente en unos puntos fijos de recaudación» en los cuales se reunían los funcionarios con los empresarios de los cuales recibían dinero en efectivo principalmente moneda estadounidense”, señala la imputación leída.
Stornelli sostiene en esa acusación que los cuadernos son “una verdadera bitácora del delito que escribiera Centeno entre 2005 y 2015”.
El texto sostiene también que “el primer circuito de recepción de fondos estaba conformado por quienes tenían contacto directo con quienes aportaban los fondos involucrados”.
En un “segundo circuito estaban quienes a su vez recolectaban esos fondos ilegales para entregarlos a quienes en definitiva comandaron y organizaron ese sistema”.
El fiscal concluye que “quienes se beneficiaron de este sistema recaudatorio que por cierto no es el único, según el conocimiento que en otras causa tramitan o tramitaron es este tribunal o son de público y notorio, son Néstor, Cristina Kirchner y Julio De Vido”.
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