Cronicas de la Lucha Wichi en Formosa: «Se levantan las comunidades indígenas en Formosa»
Desde hace un mes, más de 5000 wichis han decidido denunciar la situación de abandono a las comunidades indígenas en el centro-oeste formoseño. Demandan un «Año Wichi» que atienda a sus demandas históricas.
Por su parte, la comunidad Toba de Colonia La Primavera, refuerzan las denuncias acerca de la apropiación de su territorio indígena y la construcción de organismos universitarios, bajo todo tipo de amenazas.
Resuelto en la organización Interwichi, las comunidades iniciaron como medida de acción de lucha -reclamando urgente respuesta- un corte en la ruta nacional 81, a la altura de la localidad formoseña de Las Lomitas, desde las primeras horas del 20 de abril.
Para entender mejor de qué se trata esta demanda, vale destacar sus puntos claves:
Viviendas: La Interwichi demanda al gobierno provincial que destine dinero a la construcción de viviendas para las comunidades indígenas de esta zona formoseña, y que los recursos que el gobierno nacional envía a la provincia, sean destinados a las comunidades.
Dengue: el gobierno de Formosa, anunció, que no hay dengue en la provincia. Sin embargo, los Wichís de estas comunidades expresan, que la falta de viviendas genera situaciones en las que su pueblo sufre tanto el dengue como el Mal del Chagas, enfermedad endémica en la zona.
La situación alimentaria. preocupa a los dirigentes de las comunidades, manifestando que el 30 por ciento de los chicos menores de 6 años sufre desnutrición infantil. Agravado esta situación, teniendo en cuenta que la salud de las comunidades es atendida por agentes sanitarios que reciben planes Trabajar como forma de pago, desde hace mas de quince años.
Obras de escuelas y nombramientos de maestros: Tampoco llegan hasta las poblaciones wichí los fondos para la instalación de escuelas rurales bilingües. Luego de dos años de reclamos, solo se cumplió con la instalación de una escuelita, pero, la educación bilingüe sigue siendo una promesa en la provincia porque no hay maestros que hablen el idioma wichí.
Para que escuchen todos
Al promediar mayo, doce representantes de Comunidades Wichí de la Provincia de Formosa- integrantes de la organización Interwichí- viajaron a Buenos Aires, para entrevistarse con diversas autoridades del gobierno nacional, a fin de presentarle los reclamos que constituyen el motivo por el cual cortaron la ruta 81 durante varios días.
Aquella delegación estaba formada por: Nicasio Aranda, cacique del Barrio La Pantalla; Pedro García y Silvano Saracho, cacique y presidente de la Asociación Civil respectivamente de Colonia Muñíz; Evans Mendoza, presidente de la Asociación Civil de Laka Wichí; Nazarito y Avelino Rodríguez, cacique y presidente de la Asociación Civil del Lote 42 y 47; Gustavo Hilario, presidente de la Asociación Civil de Tres Pozos; Pastor Vicente y Jorge Bazán, presidente y cacique de Tich´a; Mariano y Patricio López, presidente de la Asociación Civil y cacique de Lote 27; Francisco López, pastor zonal de Tres Pozos. Todos ellos estaban acompañados por Roberto Gondar y Leonardo Dell’Unti, de la A.P.C.D. (Asociación para la Cultura y el Desarrollo) de Formosa.
Ante la total negativa del gobierno de la provincia de Formosa, de entrevistarse con ellos o al menos escucharlos, se vieron obligados a intentar un diálogo con autoridades nacionales. Estuvieron en el Ministerio de Desarrollo Social, en el programa de Plan Alimentario, y con miembros del INADI.
Otro de los pasos importantes dados, fue la reunión con la Subsecretaría de Vivienda, en donde iban a establecer un convenio entre la Interwichí y dicha Subsecretaría, pero al llegar, se enteraron que horas antes había estado el presidente del Instituto Provincial de la Vivienda de Formosa, a quien esta repartición le solicitó elevar el pedido de viviendas de la Interwichí. En este pedido, las 13 comunidades wichí del centro oeste de Formosa solicitan la construcción de 910 viviendas y el mejoramiento de otras 92. Finalmente la Secretaría se comprometió a aumentar el presupuesto asignado a la Provincia y a fiscalizar, ante el temor expresado por estas comunidades de que dichas demandas no sean satisfechas, que las viviendas solicitadas por ellas sean ejecutadas normalmente.
La situación en Colonia La Primavera
«Queremos vivir libres, no encerrados en un pedazo de tierra», dice Don Félix Díaz, uno de los dirigentes que se encuentra al frente del reclamo en la Colonia Toba La Primavera, ubicada en el departamento formoseño Pilcomayo -a 180 kilómetros de la capital provincial.
Este lugar de vida para los hermanos tobas, perdió miles de hectáreas en las últimas décadas a manos de criollos y organismos del Estado. Félix Díaz, dirigente de esa comunidad, dijo ante el medio alternativo Indymedia, que los caciques son utilizados por el «sistema político» y denunció que un pequeño sector de indígenas del Partido Justicialista, amparados por el Gobierno provincial, se apoderó de la conducción de la Asociación Civil que representa a las 800 familias de la Colonia.
La intención de una comunidad de vivir sin condicionamientos choca con amenazas de muerte y despojo territorial.
Desde el 2000 Félix Díaz realiza gestiones y reclamos en la Capital Federal para que los organismos de Nación actúen ante la pérdida de tierras de la comunidad.
Su último viaje a Buenos Aires, entre fines de abril y principios de mayo, fue para denunciar la construcción del Instituto Universitario Agropecuario (IUA) en 600 has pertenecientes a la Colonia, las cuales previamente fueron «otorgadas» a familias criollas por la Provincia. Las topadoras comenzaron a actuar escoltadas por la policía el 24 de abril, desalojando a 9 familias tobas. El IUA es un proyecto acordado entre la Gobernación, la Universidad Nacional de Formosa, la Administración de Parques Nacionales (APN) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
La insistencia del dirigente toba en la Capital logró el compromiso de autoridades de viajar a Formosa y conocer la situación de cerca, específicamente dos abogados del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y una abogada del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI). Según dijeron, verificarían el despojo de tierras por parte de la Universidad Nacional de Formosa y también el «manejo turbio» vinculado a la personería jurídica de la Asociación Civil.
Pero todo se desvaneció pronto, cuando en la última reunión del 13 de mayo en la capital de Formosa, los funcionarios dijeron que no podían hacer nada.
Díaz habla sobre la falta de reacción de los organismos de Nación para parar el accionar de las topadoras en su comunidad: «Creo que esto tiene que ver con el tema electoral. Formosa es una fuerza política justicialista muy contundente. Me parece que hay complicidad».
La lucha por recuperar territorio está vinculada a una mayor autonomía política del sistema formoseño, que siempre se ha valido de los indígenas para hacer a su antojo. Para Félix significa»empezar a levantarnos y decir: ‘basta señores, queremos ser libres y vivir como queremos, sin imposiciones'». Con esa manera de pensar el Poder «pierde control de las comunidades» y no puede»seguir sometiéndolas a su capricho».
A Díaz y otros referentes comunitarios las denuncias les han valido amenazas de muerte y hostigamientos de distinta clase. «Dicen que soy una persona que ‘destruye la paz social de Formosa'», comentó el dirigente toba.
La última intimidación sufrida fue el 5 de mayo por la noche: mientras se encontraba en Buenos Aires tres personas armadas llegaron a su casa y dispararon al aire armas de fuego. «Es una lucha desigual. Es un poder muy grande económicamente y está muy bien organizado jurídicamente, pero me anima que soy perteneciente a un pueblo preexistente al Estado argentino», concluyó.
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