Macri hizo campaña homenajeando a Perón el alcalde y candidato presidencial de Cambiemos inauguró un monumento del ex presidente. Formuló numerosas alusiones a históricos postulados del PJ y se mostró rodeado de Duhalde, Moyano y «Momo» Venegas. Contradicciones.
En la batalla electoral, también como en el amor y la guerra, todo vale. Por caso, en su desesperada búsqueda de votos peronistas, Mauricio Macri inauguró con marchita y todo una estatua de Juan Domingo Perón.
El aniversario 120 del natalicio del tres veces presidente fue el pretexto perfecto para que el candidato presidencial de Cambiemos para mostrarse con devaluados dirigentes peronistas y, de paso, reversionar aquel viejo apotegma constitucional que para el macrismo parece decir que «todos somos peronistas hasta que se demuestre lo contrario».
La estatua tiene cinco metros y fue construida por el escultor cordobés Carlos Alberto Benavídez. La ubicación fue elegida –dicen desde el gobierno de la Ciudad— por su cercanía con la Casa Rosada y la sede de la CGT.
El detalle, que tal vez no fue tomado en cuenta, fue que la plaza donde se encuentra la estatua lleva el nombre de Agustín P. Justo, uno de los máximos referentes de la ‘primera’ década infame.
El candidato presidencial se rodeó de viejos y nuevos compañeros del peronismo conservador y, sobre todo, antikirchnerista. En el escenario estuvo con el promotor de esta iniciativa, Cristian Ritondo; y con el ex senador Eduardo Duhalde; el dirigente Gerónimo «Momo» Venegas y con su nuevo «compañero», Hugo Moyano.
También estuvo la candidata a gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, quien se limitó a sonreír y hacer mohines para las fotos. En tanto, el veterano Tula, con su bombo a cuesta, intentó darle sin mucho éxito el tradicional calor de los actos peronistas. Pero eso no amilanó a Macri que interpretó un fogoso discurso en el que lanzó, a diestra y siniestra, elogios a Perón.
Tantos que no dudó en recurrir al icónico “todos unidos triunfaremos y el “mejor que prometer es realizar”.
Macri no es precisamente un cultor de la memoria de su gobierno y tal vez por eso no dudó en señalarle al gobierno nacional que “no está para reprimir a los trabajadores, ni para manipularlos políticamente, está para sentarse con ellos a la mesa y dialogar”, dijo.
Los aplausos de sus compañeros de escenario entusiasmaron al jefe de Gobierno porteño y sin nombrar al kirchnerismo buscó diferenciar lo bueno y lo malo de lo que para él es el peronismo: “No es narcotráfico, no es prepotencia y soberbia, es la búsqueda de la igualdad de oportunidades, a eso quiero invitar a los peronistas para que todos juntos trabajemos”, dijo y miró a sus peronistas preferidos.
Por si faltara algo, avisó como si se tratara de una novedad que “Perón y Evita vinieron a hacer algo histórico que es darle los derechos a los trabajadores”.
Cuando por fin terminó el discurso de Macri, unas guitarras comenzaron a tocar unos acordes más que conocidos y Hugo del Carril (hijo), micrófono en mano, imitó a su padre al entonar la marcha peronista.
Moyano y Ritondo hablaron luego con la prensa. El gremialista, quien supo ser feroz enemigo de las políticas liberales y ahora devenido macrista, dijo que el acto «no representa una ofensa» porque «más falta de respeto a Perón y a los trabajadores es la que hacen ellos (el FPV) con los sueldos miserables y las jubilaciones».
Luego, Ritondo indicó que Macri como Perón tiene los mismos valores y «los desafíos de 1946, como la revolución educativa». Nadie lo aplaudió.
Fuente: Tiempo Argentino
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