Un Moreno exultante pide aplausos a sus visitantes por el papa peronista, no oculta su emoción. El edificio que es su búnker amaneció con afiches de salutaciones. Los domingos va a misa
Exultante. Desde el jueves así se mostró el secretario de Comercio, Guillermo Moreno, con el coronamiento de Jorge Bergoglio como sumo pontífice. Lo demostró en cada una de las reuniones que mantuvo cuando recibía a sus interlocutores, a los que les hablaba de un evento histórico para la Argentina y les afirmaba: “Estoy muy contento”. Ayer, en su habitual reunión con los supermercadistas, pidió a modo de homenaje abrir el cónclave con un fuerte aplauso por el “papa argentino y peronista”. No fue casualidad que el edificio que comanda en diagonal Roca y Moreno haya aparecido empapelado con afiches que rezaban lo mismo.
El secretario de Comercio, que se concentra en hacer sentar a los bancos a negociar una baja de las comisiones que les cobran con las tarjetas de crédito a los supermercados, les explicó a los ejecutivos de las grandes cadenas que el aplauso homenaje al papa se hacía «porque somos militantes populares y estamos alegres si el pueblo está contento. Lo que pasa es que compartimos este proyecto nacional con muchos que no son militantes populares».
Aunque este medio no pudo confirmar si se conocieron en esas épocas, Moreno y Bergoglio compartieron militancia en la organización de ultraderecha Guardia de Hierro. Moreno es católico practicante.
A misa. Todos los domingos repite el mismo ritual: acude a misa a la iglesia Inmaculada Concepción, sobre la avenida Independencia y Tacuarí, a pocas cuadras de su casa en el barrio porteño de Balvanera. Las cortas escalinatas de la parroquia suelen servir de asientos y camas para varios indigentes y personas sin hogar que acaso enfrenten al funcionario con las deudas del modelo y la falsedad de las estadísticas oficiales sobre la pobreza, que no son sorpresa para Bergoglio, impulsor de una encuesta que realiza la Universidad Católica Argentina a través de su Departamento de Economía, que demuestra que la línea de pobreza es más alta que lo que el Indec, intervenido por Moreno, afirma. Quienes más lo conocen aseguran que Moreno, acompañado por su familia, no se pierde nunca la procesión a pie a Luján.
Diego Cabot y Francisco Olivera en El buen salvaje: Guillermo Moreno, la política del garrote, afirman que Moreno se inició en la política en los 70 cuando su familia se mudó al barrio porteño de Lugano.
En esos años el Poronga militaba, al igual que su actual mujer, la escribana Marta Cascales, en Guardia de Hierro y desde niño asistía a misa con regularidad.
A pesar de que respeta la orden de la presidenta Cristina Kirchner de respaldar al vicepresidente Amado Boudou, entre sus íntimos Moreno no ahorró críticas a quienes impugnaron la designación de Bergoglio y las centró en la novia del ex disc-jokey que tuiteó que el ex cardenal porteño era un apropiador de menores.
Moreno ve otra ventaja en el asenso de Bergoglio. Como organizador de giras comerciales, asegura que tener un papa argentino refuerza la marca país y que ayudará a vender los productos argentinos por todo el mundo.
Eso a pesar de que el papa milita en San Lorenzo y Moreno es hincha de Racing.
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