A dos puntas, Paritaria, Afiliados y Recursos… El gremio hará desde hoy asambleas y huelgas sorpresa que arrancarán en el transporte de caudales. Negociación reservada con Triaca por afiliados.
Hugo Moyano elevó ayer la presión hacia el Gobierno con una escalada de medidas de fuerza ante la falta de acuerdo en la negociación salarial de su sindicato, el de Camioneros, y de paso para agilizar un pliego de reclamos que exceden la paritaria y que apuntan a garantizarle que su poder seguirá intacto en la gestión de Mauricio Macri, más allá de su retirada programada de la primera línea de la CGT. Bajo esa premisa se reunió en secreto con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, al tiempo que su hijo, Pablo Moyano, lanzó paros desde hoy en el transporte de caudales y la semana que viene, en toda la actividad.
En la superficie, ayer volvió a fracasar una nueva audiencia en la paritaria. La principal cámara empresarial, Fadeeac, elevó en un punto su propuesta anterior de aumento y la llevó al 30,5% en tres cuotas, frente al 42% reclamado por el gremio, además de una compensación por el pago del Impuesto a las Ganancias. Tras rechazar la oferta, y de nuevo ante miles de camioneros que se concentraron en la sede de Trabajo en Callao al 100, Pablo Moyano lanzó las medidas de protesta: a partir de hoy, asambleas de cuatro horas por turno en toda la actividad (será en muchos casos un paro de facto) y huelgas sorpresivas por ramas, que arrancarán en el sector de caudales.
Mientras que para el jueves o viernes de la semana que viene el dirigente anunció un paro nacional que alcanzará sectores clave como la recolección de residuos, el traslado de combustibles, el movimiento de mercaderías y el correo. «Hay un ministro de Trabajo que brilla por su ausencia. Estuvo en Ginebra hablando de derechos laborales cuando a los trabajadores en la Argentina les sacan el salario con Ganancias», clamó el gremialista. La próxima audiencia se hará el miércoles, aunque los funcionarios sospechan que existe un preacuerdo entre las partes para subir entre 35% y 36% los sueldos.
La «ausencia» de Triaca, sin embargo, no fue tal. El martes por la tarde recibió fuera de agenda a Hugo Moyano en la sede central de la cartera laboral. Allí, funcionarios y sindicalistas confirmaron que ambos trataron varios puntos de la agenda de planteos que el camionero espera definir junto con la paritaria, y que incluyen, además del aumento salarial, subsidios para los transportistas de carga y una garantía de que retendrá una porción de trabajadores que sumó en los últimos años a expensas del gremio de Comercio, de Armando Cavalieri.
Pelea de fondo
Se trata de los choferes y empleados de la logística de los grandes supermercados y de las empresas de electrodomésticos. Moyano y Cavalieri rivalizaron durante toda la década pasada por ese personal, que en los años 90 permaneció bajo la representación del gremio mercantil. Gracias a su inicial alianza con Néstor Kirchner el camionero logró capturar buena parte de esas afiliaciones en sucesivos conflictos que protagonizó en supermercados como Carrefour y Coto, o casas de electrodomésticos como Garbarino y Rodó. Sin embargo, el enfrentamiento de Moyano con Cristina de Kirchner empezó a dar vuelta esa historia. El exministro de Trabajo Carlos Tomada le negó al camionero la incorporación del término «logística» a la personería del gremio de los choferes y, entre 2013 y 2015, comenzaron rechazos administrativos a las pretensiones de Moyano que antes eran atendidas.
Apenas asumido Macri, el camionero buscó asegurarse ese espacio. Lo hizo con un primer conflicto en la red de mayoristas Maxiconsumo. Cavalieri contestó con la presentación de un recurso ante Triaca para validar como propia la representación en logística. Ambos dirigentes, que en paralelo discuten en la misma mesa la próxima reunificación de la CGT, están pendientes de la resolución del ministro, que involucra no menos de 20 mil trabajadores de esa actividad.
Además de ese ítem, Moyano también incorporó a sus charlas con funcionarios el pedido de los empresarios del transporte por la restitución de los subsidios al gasoil (de modo de abaratar sus costos) y la posibilidad de saldar una deuda que, según los transportistas, asciende a $2.000 millones en aportes patronales no reembolsados.
Ag. de Noticias: ámbito.com
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