La CGT a cargo de Moyano, exige aumentos de sueldos y cambios impositivos
A casi un mes del desplazamiento de los sindicalistas de las listas de candidatos kirchneristas y con un fuerte tono, Hugo Moyano activó ayer, desde la CGT, un plan para presionar al Gobierno con importantes subas salariales. La estrategia contempla exigir, además, la eliminación de los topes en las asignaciones familiares y la reapertura de la negociación para modificar el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias.
El planteo se produjo cuando restan pocos días para que se convoque al Consejo del Salario, integrado por el Estado, los gremios y los empresarios. La CGT pretende que el haber mínimo se eleve de 1840 a 2600 pesos. Esto supone un aumento del 41%, mientras que la idea del Gobierno sería ajustarlo un 24 por ciento.
La central obrera reclamó, también, eliminar el tope de 4800 pesos de las asignaciones familiares. «Es una medida altamente discriminatoria, sancionada durante el gobierno de la Alianza, y sería justo que sea eliminada lo más pronto posible», demandó el dirigente Juan Carlos Schmid, uno de los voceros de Moyano para dar a conocer lo que se había debatido durante tres horas en la sede gremial de Azopardo 802. Si bien Moyano acordó en abril con la Casa Rosada la suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias, la CGT reabrirá sus reclamos para intentar lograr otra modificación. Actualmente, el tributo es a partir de $ 5782, en el caso de los trabajadores solteros, y $ 7998, para los casados con dos hijos.
«El impuesto a las ganancias es un reclamo constante. Hay diferencias y no existe un criterio preciso», consideró Schmid.
El convenio acerca de Ganancias no fue el único que dejó insatisfecho a Moyano. El referente camionero tampoco se quedó conforme con el 24% de aumento que acordó en la negociación paritaria y que anunció con una sonrisa rodeado de funcionarios en la sede gubernamental.
«El arreglo de paritarias no fue un aumento. Sirvió para conservar el valor adquisitivo del salario y para correrle a la inflación», justificó Schmid.
Otro sindicalista también levantó la voz acerca de la inflación. «Te come los bolsillos. El supermercado, como dice siempre Hugo [por Moyano], ya marca índices bien distintos a los del Indec», dijo el dirigente.
La solicitud que podría anticipar un escenario de crispación es la del salario mínimo, vital y móvil que deberán negociar sindicatos, empresarios y el Gobierno. La reunión sería en la sede del Ministerio de Trabajo antes de las elecciones internas y abiertas del 14 de agosto.
La propuesta
La CGT pretende una suba del 41% y llevar el haber mínimo de 1840 a 2600 pesos. Esa será su postura en el encuentro.
En 2010, el incremento había sido de un 22%, con incrementos escalonados: pasó de 1500 a 1740 pesos entre agosto y diciembre, y de 1740 a 1840 desde enero hasta la actualidad.
En el círculo íntimo del ministro de Trabajo, Carlos Tomada, anticiparon que la cifra que plantearía el Gobierno sería de 2280 pesos.
A modo de desafío a la propuesta que llevarán las entidades empresariales, el dirigente Julio Piumato avivó lo que será el encuentro. «Espero que los empresarios vengan con balances y no disfrazados de linyeras», ironizó el referente de los empleados judiciales a través de su cuenta de Twitter.
La proximidad de los comicios nacionales y el desplazamiento que sufrió el movimiento obrero de las listas kirchneristas podrían condicionar la negociación salarial.
«Que haya elecciones no altera nuestro pedido. Lo que exigimos es razonable, lógico y prudente», opinó Schmid, que reconoció «tensiones» por el desenlace que tuvo la definición de los nombres de los candidatos del Gobierno.
Ayer fue el primer encuentro de la cúpula de la CGT tras el malestar que generó el relegamiento en las listas. Moyano no recibió críticas y planteos por el escaso protagonismo que le dio el Gobierno al gremialismo. Es más, el moyanismo temía por deserciones y una ola de ausentismo.
Sin embargo, la sala de reuniones del 4° piso tuvo representantes de la mayoría de los gremios que están alineados con la CGT que conduce el camionero. Se excusaron por razones de salud dirigentes de peso como José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Héctor Manrique (Smata). Tampoco estuvieron los independientes Andrés Rodríguez (UPCN) y el líder de la Uocra, Gerardo Martínez.
«Fue una reunión tranquila, en la que todos estuvimos de acuerdo para exigir una suba salarial», comentó un dirigente que suele expresar su disidencia con el camionero.
Moyano se sintió traicionado por el kirchnerismo y aún se lamenta por el desplazamiento electoral. Así lo reconocen hasta sus colaboradores más íntimos.
Su afán de redoblar la apuesta por la puja salarial también puede interpretarse como un intento de volver a unir a sus compañeros de la CGT justo cuando amenazan versiones de internas y alucinaciones por apresurar una sucesión en el mando de la central obrera.
LOS RECLAMOS DE LA CGT
Salario mínimo y vital
Exigirá en el Consejo del Salario una suba del 41% en el haber mínimo, que aspira a elevar a 2600 pesos.
Asignaciones familiares
Demandará eliminar el tope de 4800 pesos por considerarlo «altamente discriminatorio».
Impuesto a las ganancias
Pedirá una reapertura de la negociación en la suba del mínimo no imponible. Se había acordado en abril.
GERARDO MARTÍNEZ FUE A LA JUSTICIA
El secretario general de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra), Gerardo Martínez, presentó ayer un escrito en la Justicia para responder a la denuncia que lo señaló como supuesto agente civil de inteligencia de la última dictadura militar. «Vengo por la presente a ponerme a disposición de su señoría en la causa que se iniciara en mi contra», dice el escrito que presentó el gremialista cercano al kirchnerismo, que se negó a admitir o a desmentir si cumplió funciones en el Batallón 601 de Inteligencia del Ejército entre 1976 y 1983.
Comentar post