Un grupo quiso robar la carga de un tren que sufrió un descarrilamiento. La policía reprimió. Murió un joven de 16 y hay otro muerto, aunque no se sabe si está vinculado al hecho. Luego, vecinos atacaron con piedrazos la comisaría. Hubo corridas y saqueos a comercios
Fuentes judiciales confirmaron a este diario que un joven de 16 años murió baleado en las vías mientras efectivos policiales de la provincia de Buenos Aires reprimían el saqueo a un tren descarrilado, en José León Suárez. Otro chico, de 17 años, murió en un centro de salud, presuntamente tras haber sido herido en la misma escena, algo que anoche los investigadores aún no habían confirmado. Al cierre de esta edición, un tercer muchacho se encontraba internado en grave estado. Poco después de que corriera la noticia de las muertes, la violencia continuó en las calles del barrio: algunos de los heridos habían sido llevados a la sala de salud ubicada frente a la Comisaría 4a de San Martín. Familiares y amigos cortaron las calles. Luego de algunos minutos, sobre la avenida Márquez comenzaron las corridas, los saqueos y los disparos. Hubo al menos seis detenidos.
La policía detuvo al menos a 15 personas, todas ellas menores de edad. Ante las cámaras de los móviles de tv, en la puerta de la comisaría, un hombre acusó a los oficiales de haber detenido a su hijo de 12 años mientras caminaba junto a su madre por la avenida.
Por orden de la Unidad Fiscal de Investigación (UFI) 5ª, a cargo de Marcelo Sendot, la Policía Bonaerense fue apartada de la investigación. Se secuestraron las armas de los efectivos involucrados en los episodios cuyo confuso derrotero no llegó a ser despejado anoche; también fueron secuestrados patrulleros con impactos de balas. Cerca de medianoche, el fiscal Sendot, quien se encontraba recorriendo los lugares donde todo había transcurrido, confirmó que la investigación será realizada exclusivamente por su oficina y peritos de Gendarmería.
En la tarde, siete vagones del tren 8232, del Nuevo Central Argentino (NCA), descarrilaron a la altura de José León Suárez. Se trataba de un carguero que transportaba autopartes entre Retiro y Zárate. En un comunicado, NCA sostuvo que «un grupo de personas arrojó al paso de un tren (…) troncos de árboles con el fin de producir su descarrilamiento para posteriormente saquear la mercadería transportada». Este caso, añadió la empresa, no resultó inusual, porque en «los últimos 90 días se produjeron dos hechos similares con la misma finalidad».
En conversación con este diario, fuentes judiciales también sostuvieron que no se habría tratado de un accidente, sino que habría sido un sabotaje cometido por «gente del barrio Villa Independencia», cercano a las vías.
La carga de los vagones comenzó a ser saqueada por habitantes de ese asentamiento. Un llamado al 911 alertó de la situación. «La Policía Bonaerense llega al lugar; se produjeron enfrentamientos con la gente de la villa», aun cuando al cierre de esta edición seguía siendo incierto si esas personas estaban o no armadas.
El primero de los muertos llegó al Centro de Atención Primaria Nº 4 «José Luis Agote», ubicado frente a la Comisaría 4ª de San Martín. Fuentes de la investigación dijeron a este diario que, al llegar al lugar, el joven ya había fallecido. Una de las balas que recibió habría sido disparada desde cierta altura, porque el recorrido es descendente.
Al cierre de esta edición, por la distancia que existe entre el hospital donde falleció y el lugar de los hechos, los investigadores aún procuraban establecer si el segundo muchacho también habría muerto a consecuencia de heridas inflingidas al pie del tren.
Al trascender la noticia de las muertes, los heridos y las detenciones, la tensión estalló en las inmediaciones de la Comisaría 4ª y la sala de salud. Mujeres, niños y varones jóvenes dejaron las veredas para tomar la calle y obligar a colectivos, autos y motociclistas a desandar camino. Ya atardecía. A esos cortes de calle sobrevinieron corridas en cuanto efectivos de la comisaría procuraron liberar el lugar. La tensión estalló mientras chicos jóvenes, muchos de los cuales luego serían detenidos, arrojaban piedras a los policías, mientras otros rompían vidrieras y saqueaban comercios, como una casa de computación de la que anoche apenas quedaban algunos muebles.
Los móviles de la televisión transmitían en vivo. Las versiones eran confusas y hasta contradictorias. En la puerta de la comisaría, el jefe de la DDI de San Martín, Mario Briceño, confirmó la primera de las muertes, y sostuvo la hipótesis de que en las vías del tren se había producido «un enfrentamiento» entre habitantes del barrio carenciado y efectivos policiales. Briceño, sin embargo, procuró no relacionar a los heridos con el descarrilamiento.
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