Tenía dos años y vivía en el paraje Los Baldes, a 500 kilómetros de la capital provincial, dejó de existir por desnutrición.
Una niña aborigen, de 2 años, murió por un cuadro de desnutrición grave en el paraje Los Baldes de la localidad de Morillo, a 500 kilómetros de la capital provincial.
La niña fue llevada en estado grave al hospital local, donde murió «por desnutrición grave», informaron autoridades de ese establecimiento.
El deceso se produjo luego de que al menos un niño muriera con el mismo cuadro en el departamento Orán y otros tuvieran que ser internados en el hospital San Vicente de Paul de esa ciudad, con síntomas similares derivados de carencias nutricionales.
En todos los casos los niños provienen de familias aborigenes residentes en esta zona, afectada por la pobreza y el desempleo.
En tanto, en lo que va del año siete niños murieron afectados por cuadros de deshidratación severa en comunidades aborígenes residentes en la ciudad de Tartagal, en el departamento San Martín, a 350 kilómetros de la capital salteña. En esos casos, si bien no se consignó la desnutrición como causa de muerte, los decesos fueron asociados con el bajo peso o riesgo nutricional.
Los niños de 1 a 3 años vivían en las misiones que bordean la periferia de Tartagal, en las cuales es escasa el agua potable y hay falencias de saneamiento ambiental.
En la mayoría de los casos los niños contrajeron enfermades gastrointestinales que les produjeron diarrea y vómitos, cuadros que derivaron en las muertes.
Ayer, el gobierno instaló un centro de operaciones en el norte provincial para tratar de paliar la crisis alimentaria de la zona. Equipos de los ministerios de Salud y Desarrollo Humano, permanecerán en la zona, según se informó, para implementar un plan de emergencia que reduzca los índices de desnutrición y al mismo tiempo prevenir las causas que llevaron a que se produzan muertes evitables.
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