Empleadas domésticas preocupadas por las nuevas escalas nacionales. El gremio local está revolucionado por la implementación de las nuevas escalas que, en parte, licúa la suba del 25% dispuesto por Trabajo. “Vamos a defender nuestros derechos adquiridos”, aseguró Alcira Burgos, referente del Sinpecaf.
Con “muchísima” preocupación y un movimiento de empleadas domésticas que no se veía desde hace varios años. Así se vive por estas horas en el Sindicato de Personal de Casas de Familias de Córdoba (Sinpecaf), a poco más de una semana de la resolución 886 del Ministerio de Trabajo de la Nación que determinó nuevas escalas y que en nuestra provincia significa, en la práctica, una licuación en muchos casos de parte de los aumentos dispuestos, ya que tira abajo el viejo decreto 3.922 que tenía condiciones ventajosas en nuestra provincia.
“Vamos a defender nuestros derechos adquiridos y hacer que la ley se cumpla”, aseguró a Día a Día Alcira Burgos, la máxima referente del Sinpecaf. Si bien prefirió no hablar de “cifras” hasta el “martes o miércoles”, días en que se seguirá debatiendo la “difícil situación”, en el gremio está la idea de aconsejar a las empleadas para defender en la negociación con sus empleadores el valor de la hora “oferta-demanda”, una denominación que impuso el Sinpecaf en nuestra provincia, pero que ahora quedó caduca y tampoco está contemplada en las cinco nuevas escalas.
En concreto, lo que el gremio pretende es que el valor de esa hora (para el sindicato tenía un costo antes del aumento de 28,7 pesos) se le aplique el 25 por ciento dispuesto en el último incremento que se pagará en octubre con el cobro del mes de septiembre. En ese caso, la idea a “defender” es llevar esa hora a 36 pesos, y desconocer los 25 pesos que establece la nueva normativa.
Claro que, al no tener un respaldo legal, los argumentos para defender ese aumento pasan sólo por la consideración de los empleadores y la conveniencia o no de la empleada, ya que la escala es tajante: desde septiembre, la hora cuesta 25 pesos en todo el país.
En la trinchera. “El gremio fue un hervidero toda la semana”, contó otra trabajadora del Sinpecaf consultada sobre cuáles son los principales planteos que están realizando las trabajadoras a partir de los cambios. En un panorama general, que fue caracterizado como de “confusión”, la mayoría de los empleadores está dialogando con sus empleados para adecuarse a las nuevas disposiciones en un año bien movido por el impacto que tuvo la puesta en marcha de la ley 26.844 y la registración de empleadores en la Afip.
“Vamos a ver qué se puede hacer”, es la frase que se repite en la sede de Sucre 466, en pleno Centro, ante el descontento de los afiliados. La reacción inicial había sido sopesar el hecho de contar con los derechos que otorga la nueva ley (iguala con el resto de los trabajadores registrados) con el retroceso salarial por quedar anulado el viejo decreto del año 1975. Pero ahora, ante el descontento general, se habla de “defender lo ganado”. “No estamos dispuestos a perder nuestras conquistas”, repitió Burgos, semi desbordada por la situación.
¿$36 la hora? Es lo que pretende el gremio. Trabajo la definió en $ 25, pero acá ya se pagaba $ 28,7. Habrá que negociar.
Cambios que restan. La resolución 886 de Trabajo fijó cinco escalas divididas por la función de la tarea y no por horas, ya que la nueva ley sólo determina una jornada de 8 horas. Esto dejó sin efecto la 6ª categoría (de cuatro horas), muy requerida en Córdoba. Hasta antes de los cambios, por cuatro horas una empleada cobraba 2.135 pesos. La 5ª categoría en Córdoba, que pagaba 2.568, pasa ahora a 3.220 pesos, un 25% más. El problema se produce acá, porque al dividir ese sueldo por la mitad (por 4 horas en lugar de 8) el sueldo se reduce a 1.610, un 25% menos de lo que cobraba. En este caso, el Sinpecaf dice que hay que multiplicar las horas trabajadas por el costo unitario de la hora.
Fuente: Día a Día
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